No se puede reformar un sistema político sin apoyo de una mayoría que entienda esas reformas, con fe y sin enojo. Para entenderlas hay que leer. La otra opción es tomar las decisiones en nombre del pueblo ignorante, pero eso es demasiado poco desarrollado y “Chile” aspira a lo contrario.
¿Cuál es el gran tema de la década 2010-2020 para Chile? Un grupo piensa que debe ser el sistema político, porque así avanzaremos con democracia hacia el desarrollo. Otro piensa que el tema es el crecimiento económico, ya que con empleos daremos de comer al país y así algún día seremos desarrollados. Otro cree que el medio ambiente, porque estamos destruyendo el futuro de nuestros hijos y acabando con lo que nos da sustento. Otro cree que es la energía, porque es clave para el desarrollo económico y con eso seremos desarrollados.
Yo creo que es la educación.
Primero, nuestra legislación no entrega excepciones para ir al colegio en temas ambientales, socio económicos o culturales. Si no hay un aire respirable igual debo ir al colegio (pregunten en La Greda, Santiago en invierno, etc.). Si no hay dinero, la ley me obliga a ir igual al colegio (pregunten en Huechuraba). Si no tengo medios de transporte o estos son humillantes, debo ir al colegio igual (pregunten a quienes usan Transantiago todos los días).
La ley no es humanitaria o ética, la ley solo dice que vayamos al colegio. La pregunta es ¿por qué? ¿Es tan necesario educarnos? Hay quienes piensan que la educación permite progreso económico. Otros que ennoblece el alma. Intuimos que de alguna forma nos hace mejores, sentimos un progreso.
¿Y por qué nos cuesta tanto ponernos de acuerdo en reformar una mala educación? ¿Cuál es el problema que debemos resolver para tener una mejor educación?
El financiamiento es clave creen algunos, no obstante, ni la educación privada es decente, según parámetros internacionales.
La falta de recursos implica que si no puedes pagar por libros, si no hay bibliotecas modernas, no accederás a lectura diversa y de calidad. Si no entiendes lo que lees no vas a entender tus derechos de salud, laborales, ciudadanos, entre otros. Si no lees no tendrás vocabulario para discutir con otro sin frustrarte. No podrás contener el enojo si estás constantemente frustrado.
No se puede reformar un sistema político sin apoyo de una mayoría que entienda esas reformas, con fe y sin enojo. Para entenderlas hay que leer. La otra opción es tomar las decisiones en nombre del pueblo ignorante, pero eso es demasiado poco desarrollado y “Chile” aspira a lo contrario.
Yo creo que los políticos no se dan cuenta de lo que discuten. Un grupo piensa que es una discusión sobre el tamaño del Estado. Otros creen que se discute el modelo económico. Yo quiero que se discuta sobre educación. Claro, hay que financiar el asunto, pero la mayoría de los recursos del país está en manos de un 0,1% de la población. Entonces, se convierte en una lucha ideológica. ¿Porqué no le decimos el monto y les pedimos una propuesta de financiamiento según sus posibilidades? ¿Tres cheques precio contado? O mejor aún, gastemos tiempo en explicarles las ventajas económicas de una mejor educación para la población.
No conozco a nadie que le guste el panorama general de nuestra educación actual.
Entonces, mi propuesta es que discutamos rápidamente la forma de financiamiento, reconociendo que hoy es insuficiente, y nos esforcemos en lo más difícil: qué educación queremos.
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