Seamos claros, sólo dos conglomerados políticos optaron por inscribir sus candidaturas en las primarias y por tanto, en esta primera etapa, las posturas que representan son las únicas que merecen el protagonismo y la atención del electorado. Amigos míos, sin querer mirar en menos el rol que juegan los candidatos restantes, dirijo esta columna a los que se llenan la boca con un espíritu demócrata que no tienen, especialmente a quienes hoy, escudados en una supramoralidad cívica absolutista, buscan propiciar campañas de voto malintencionado.
En realidad me preocupan las estrategias conspirativas que circulan en redes sociales, esas que hablan de participar en primarias para afectar a tal o cual candidato; para mi, toda idea que pretenda influenciar o afectar un proceso ciudadano destinado a ejercer democracia, solo a fin de dañar a tal o cual persona, denota un nivel de inmadurez cívica quizás solo superable por quienes incitan el desorden en las marchas.
Amigos míos, a la luz de la escueta participación electoral exhibida en cada una de las elecciones posteriores al voto voluntario, creer que determinados acarreos de independientes de la vereda opuesta pueden afectar los resultados finales es extremadamente pelotudo, así es, tal cual lo digo, implica no saber que hoy en día las elecciones se basan en voto duro y estas mismas acciones espantan a quienes por ratos desean salir de su sedentarismo ciudadano.
Chile necesita de la participación ciudadana, como he dicho antes, la ausencia de líderes congruentes, probos y sensatos, es lo que explica el alza de opciones poco interesantes y cuestionables o siendo lindorféscamente más explícito, si compiten menos leones, las hienas siguen de fiesta. Por esto mismo creo que el norte del próximo gobierno es a generar que este proceso venga acompañado de tareas de contenido; dicho de otra manera, ojalá quienes participen en futuras primarias lo hagan acompañando su nombre a un programa con ejes claros y posturas sólidas, similar al cuestionario que entrega ciudadano inteligente. Es más, incluir dentro del proceso de primarias debates en cadena nacional, con periodistas mordaces y un estricto análisis de antecedentes ideológicos, eso valdría oro.
Quienes discrepen conmigo y se molesten cuando sostengo que participar sólo para odiar, eso es algo estúpido, por favor lean esto primero.
Imaginemos que todos los votantes independientes de la nueva mayoría se unieran y consiguieran que Felipe Kast superara a Sebastián Piñera y Manuel José Ossandón.
¿Se imaginan el revuelo mediático? Felipe Kast no dormiría en semanas dando entrevista y crecería exponencialmente en nichos políticos hoy declarados indecisos; la sola idea de la renovación política y la fácil interpretación de este suceso bajo la consigna de nadie quiere un nuevo gobierno de izquierda, produciría tal cohesión interna dentro de la Chile Vamos, que aumentaría la posibilidad de acompañar el éxito presidencial a un éxito parlamentario.
Imaginemos que Sebastián Piñera y Manuel José Ossandón llegan a un empate técnico, el escenario sería similar al anterior, este escenario forzaría que ambos candidatos optaran a primera vuelta, y durante el tiempo de impugnaciones al Servel, continuaría la campaña fuerte de ambos, quienes correrían con ventaja sobre cualquier otro candidato.
Ahora bien, si imaginamos que todos esos independientes Nueva Mayoría participan en las primarias del Frente Amplio, el arrastre electoral que le darían a Revolución Democrática e Izquierda Autónoma terminaría acabando con la Nueva Mayoría, abriendo el apetito para aumentar su representación parlamentaria, de cajón Álvaro Escobar y Rafael Cavada al Senado #Corta.
Quienes discrepen conmigo y se molesten cuando sostengo que participar sólo para odiar, eso es algo estúpido, por favor lean esto primero.
En resumen, quienes crean ver una oportunidad en la no participación en primarias de la Nueva Mayoría es realmente pésimo estratega, porque las elecciones se ganan con votos y la opinión pública, tiende a seguir a quien marca más.
A diferencia de quienes gustan de catalogar de traidores a quienes piensan distinto, yo le encuentro sentido a las aspiraciones Presidenciales de Carolina Goic, tanto porque representa a un nicho político que no se identifica con el Frente Amplio, ni menos con Alejandro Guillier, como porque le da a la Democracia Cristiana una gran posibilidad de negociar un mejor lugar dentro de una nueva alianza electoral dentro de la izquierda (Sin saber si eso es lo que realmente quieren).
Por otro lado, no sé como a nadie se le ocurrió usar un miembro testimonial de la NM (Quintana o Pizarro por ejemplo), para permitir que Guillier participara en primarias, con la única y exclusiva tarea de bandejearlo, dándole así la oportunidad de presentar el programa de gobierno que aún no escribe y frenar (o disminuir la velocidad) con la que sigue perdiendo puntos producto de la aparición de Beatriz Sánchez, quien según mis predicciones, lo superará después de las primarias.
Quizás ahí residió el miedo del PS, quienes traicionaron sus ideales por miedo a que en un cara a cara, el presidente Lagos podría dejar al descubierto la solidez del otro candidato, pero eso es política ficción y la columna no busca darle más vueltas a aquello.
En fin, espero que en las primarias veamos ideas con sustento real, que podamos escuchar programas sólidos con símiles replicables, porque es re fácil decir «seamos como Finlandia en educación y como Alemania en economía» pero a la hora de la verdad, Chilean Way sigue siendo la ley vigente.
Así que compatriotas y compañeros (sea cual sea su vereda) VOTEN POR QUIEN DESEAN VER EN LA MONEDA, porque si cae en estas estrategias salfatescas, quizás solo este escupiendo al cielo.
Un abrazo y gracias por opinar
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Cuando se pierde la credibilidad, no hay representatividad cívica de los ciudadanos que votamos. Eso es muy peligroso, porque puede llevar a un régimen tipo Maduro que prometa tanto y no haga nada y se pretenda perpetuarse en el poder.