El domingo 30 de junio se desarrollarán las elecciones primarias presidenciales. La Ley N° 20.640, publicada en diciembre de 2012, establece un sistema de elecciones primarias para ser usado por los partidos políticos, cuando así lo determinen sus organismos internos.
Sería prematuro e irresponsable indicar algunas conjeturas y certezas a este “match”, pero no sería menos responsable a lo menos señalar algunas “movidas” en el tablero de ajedrez político.
A continuación indicamos, algunos de los intervalos en los que se han movido las piezas en otras “partidas”, y las expectativas de este inédito proceso político:
Primaria Frei-Lagos. Según estimaciones, el año 1993 en las primarias entre Eduardo Frei y Ricardo Lagos votaron aproximadamente unas 435 mil personas (cerca del 5,4% del padrón electoral).
Primaria Lagos-Zaldívar. El año 1999 se estimo en 1 millón 400 mil los ciudadanos que participaron en las primarias de Ricardo Lagos versus Andrés Zaldívar (algo si como el 17% del padrón electoral).
Primaria Orrego-Rincón. Las recientes primarias PDC no dan muchas luces del segmento que concurrirá a votar. Sin embargo, Claudio Orrego y Ximena Rincón convocaron a unos 56 mil electores para la definición del abanderado presidencial de la democracia cristiana.
Primaria y Expectativa de Quórum.
Diversos analistas han señalado que una estimación razonable de quórum -a propósito de otros procesos presidenciales- indican que en las primarias del 30-J votará el 10% del padrón actual. Esto se representa en un universo de unos 13,4 millones de personas , es decir deberían votar al rededor de 1 millón 300 mil electores. Un umbral más que razonable.
Una mirada un tanto más cautelosa -casi conservadora- señala como referencia que, en la última elección municipal en nuestro país se convocó solo a un universo acotado de 5,7 millones de electores, por ende, una primaria en esa frecuencia sería entorno a los 570 mil ciudadanos. Una compleja señal.
iversos analistas han señalado que una estimación razonable de quórum -a propósito de otros procesos presidenciales- indican que en las primarias del 30-J votará el 10% del padrón actual. Esto se representa en un universo de unos 13,4 millones de personas , es decir deberían votar al rededor de 1 millón 300 mil electores. Un umbral más que razonable.
Por otra parte, el espacio público que “construirá” esta elección tipo primarias, puede enfrentar algunas de las siguientes reacciones “ambientales”:
Lo plausible; de alcanzar un alto quórum los partidos políticos y la política serán dignos y merecedores de una aprobación. Además, un gran entusiasmo para una disputa ardua en el mes de noviembre.
El Paroxismo; una baja y mermada asistencia generan nuevas recriminaciones (el “viejo topo” del arrebato, irritación y encono subterráneo) entre quienes fueron sus organizadores y responsables.
La Epifanía; de los dos ganadores de cada bloque, se abrirá un nuevo escenario versión 2.0 de los desafíos, diseño y prioridades de la campaña presidencial en miras a la primera vuelta.
Sinapsis; Una vez conocido los primeros resultados, el escenario parlamentario activará una relación funcional de contacto con las candidaturas ganadoras. También, los movimientos, enroques y piezas fuera del tablero, dejarán innumerables “víctimas y daños” colaterales.
El Aforismo; se construirá una primera plataforma de ideas comunes, un programa colonizado de sugerencias orieantada a los «comandos» en las perspectivas de gobernar el Chile del siglo XXI.
Finalmente, las primarias son el segmento de una realidad política inestable, donde no se impondrá la sabiduría, sino situaciones desconocidas y actos más bien azarosos, con una variable que gravitará sobre las otras: La Demográfica.
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J: Godoy
nos parece un buen análisis. LO REENVIAMOS.
SALUDOS