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Precandidatos presidenciales, la lucha por la igualdad parte por casa

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Iniciemos con un acuerdo: la democracia es un sistema de organización del Estado que reconocemos como positivo.  Y creemos en sus bondades porque consideramos legítimo y justo que los ciudadanos tengan la posibilidad de elegir, cada cierto tiempo, a quienes serán los responsables de dirigir los destinos de la sociedad en que viven.

Acotación al margen.  No basta con la simple renovación periódica, base de la democracia representativa.  Malamente representativa en nuestro caso.  Es perentorio transitar a una de tipo participativa, con mecanismos para que los ciudadanos se puedan involucrar efectivamente en el diseño, ejecución y control de lo público.  Los cambios al sistema electoral para representar realmente las mayorías, la posibilidad de conformar verdaderos partidos políticos regionales, realización de plebiscitos sobre temas de interés general, la iniciativa popular de ley, los referéndum revocatorios de autoridades mediante recolección de firmas, la regulación del lobby, una mayor transparencia con respecto a los actos del Estado, son algunos de los otros avances que debemos dar como país.  No por nada en el ranking 2012 de The Economist (siendo muy liberal) Chile es calificado dentro de las democracias defectuosas.

Pero centrémonos en las elecciones.  Particularmente en las presidenciales.  Mal que mal, el principal cargo que estará en juego el próximo 17 de noviembre será el del Primer Mandatario (o Mandataria), esencial en un sistema político presidencialista como el nuestro.

Reza el dicho que la buena información nos permite tomar mejores decisiones.  Y, por cierto, una de las principales que podemos adoptar es elegir al principal cargo público del país:  la Presidenta (o Presidente).

Por ello la pregunta: ¿tienen los chilenos información, en igualdad de volumen y calidad, sobre las propuestas de los distintos precandidatos –aún no existe ninguno formalmente inscrito- que han expresado públicamente su interés en llegar a La Moneda?  La respuesta es sintomática: no.

Es probable que uno comprenda que en materia de publicidad habrá quienes, gracias a un gran despliegue, tengan más posibilidades de mostrar sus compromisos.  Pero aquí no estamos hablando de marketing (algo que en todo caso debiera ser regulado) sino de los medios de comunicación que, se supone, tienen un rol social importante que cumplir en la democracia.  Uno de ellos es la denuncia, muy bien ejercida en el último tiempo, pero también otra menos glamorosa.  Entregar oportuna, correcta y diversa información.

No creo que sean muchas las personas que sepan cuántos precandidatos (o precandidatas) a la Presidencia existen hoy en Chile.  Tanto es así que muchos se sorprendieron, e incluso fue nota de prensa en un medio nacional, cuando en la Cuenta Presidencial del pasado 21 de mayo se toparon con un hombre de atuendo nepalés en el asiento de los postulantes a La Moneda: Alfredo Sfeir, del Partido Ecologista Verde.

Entonces, ¿cuántos precandidatos son?  ¿Seis?  ¿Ocho?  ¿Diez?  No, son trece.  Trece ciudadanos y ciudadanas han expresado públicamente su intención de ser Presidente o Presidenta de Chile.

Lo que está claro es que el tratamiento que se da a unos y a otros en la prensa nacional es altamente discriminatorio.  Como está de moda la desigualdad, ésta también a veces toma la forma de cobertura informativa.  Lo digo como periodista y dirigente gremial que cree en la libertad de expresión, pero también en la responsabilidad de los medios de comunicación.

Analicemos, a través de una base de datos abierta, la cobertura que dieron los diarios nacionales en el período del martes 30 de abril (día siguiente de la nominación de Longueira) al domingo 26 de mayo a los distintos precandidatos.  Nos basaremos en la cifra de los artículos en que fue mencionado cada uno, sin evaluar su tenor positivo, neutro o negativo, ni la extensión de las crónicas.  Sólo si fue mencionado, toda vez que demostrado está que la recordación, hasta cierto punto, incide en la intención de voto.

¿Quién conoce las propuestas de Roxana Miranda? ¿Las de Gustavo Ruz? ¿Alguien puede afirmar que no son lo suficientemente buenas para el país como para justificar su ausencia del interés medial tradicional? ¿No tiene la ciudadanía derecho a conocerlas también? Un espacio semanal que dé cuenta de la diversidad de ofertas políticas para ocupar la primera magistratura no sería mala idea. En todo caso, menos mal que existen los medios digitales y las redes sociales.

El orden por resultados fue el siguiente: Michelle Bachelet (512 artículos), Pablo Longueira (410), Andrés Allamand (291), Andrés Velasco (179), José Antonio Gómez (121), Marco Enríquez-Ominami (59), Marcel Claude (19), Franco Parisi (17), Tomás Jocelyn-Holt (11), Claudio Orrego (11) y Alfredo Sfeir (10).  Todo ellos fueron invitados a la Cuenta Presidencial.  Tanto Roxana Miranda, abanderada del Partido Igualdad, como Gustavo Ruz, del Movimiento Nacional por la Asamblea Constituyente, no obtuvieron mención alguna en los diarios nacionales.  Y también fueron obviados por los responsables de cursar las invitaciones al Congreso Nacional.

Por cierto que éste no es un análisis científico.  Es simbólico de cómo funciona nuestra democracia.  La de la hegemonía, del atropello al más vulnerable, del ninguneo.  De la omisión.

¿Quién conoce las propuestas de Roxana Miranda?  ¿Las de Gustavo Ruz?  ¿Alguien puede afirmar que no son lo suficientemente buenas para el país como para justificar su ausencia del interés medial tradicional?  ¿No tiene la ciudadanía derecho a conocerlas también?  Un espacio semanal que dé cuenta de la diversidad de ofertas políticas para ocupar la primera magistratura no sería mala idea.  En todo caso, menos mal que existen los medios digitales y las redes sociales.

Pero el tema no es sólo de los medios.  Los precandidatos, partiendo por los más visibles, podrían aprovechar sus espacios para que los ciudadanos con menos cobertura puedan entregar su mensaje.  Por ejemplo, protestando porque no se invitó a todos a la cuenta presidencial.  ¿Demasiado ciudadano el planteamiento?  ¿Contradice el sentido de competencia de una elección? A alguien como yo, tal gesto le parecería meritorio.  Sería coherente con el país colectivo y solidario que muchos queremos construir.

La idea generalizada de que “así es la vida” y “tiene que ganar el más fuerte” representa más de lo mismo y replica el modelo competitivo, individualista y poco ciudadano del que ya tenemos demasiado.

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2 Comentarios

MIRIAM NINOSKA CHIBLE CONTRERAS

Me interpreta plenamente , te agradesco que hayas robado un poco de tiempo del diario vivir para ponerlo en escrito , lo replicarépor todas m partes para crear conciencia y generar un debate !!

peon

Gustavo Ruz

Quizá el único que realmente parece querer ponerse la camiseta de la nacionalización del cobre y otros.

Para mí una persona que tiene claro dónde hay que colocar el bisturí.

Que bueno que sea un candidato a la Presidencia y que en particular el movimiento por la A.C. lo haya declarado su candidato.

Bien por la transparentación, pero, obviamente mejor si existiera una plataforma digital que exhibiera las propuestas de los candidatos y simulara una votación digital, al mismo tiempo que hace el ejercicio de intersectar y unir a los programas de gobierno que presenta cada candidato, generando debate en torno a cada iniciativa de interés.

Tanto por construir en el área digital para simular cambios en la nación y en la organizabilidad ciudadana, que,

tan grande es ese nicho de creación de democracia que, por ser tan grande, pareciera que no lo vemos.

El tema acá sería ¿alguien lo quiere hacer?, ¿alguien puede mantener el proyecto?, ¿existe alguien dispuesto a financiarlo?, ¿lo puede crear una comunidad ad honorem?.

¿Quién plantea el modelo de organizaión digital de la ciudadanía como una forma de crear democracia, poder económico en el pueblo y desarrollo en las comunas?…

Perdón, eso lo hago yo, la pregunta es:

¿Quién crea el software que simule el proceso de organización digital de la sociedad civil?.

De ahí debiera salir un «Programa de Operaciones»

Y los candidatos que quieran acceder a la Presidencia pueden debatir entre ellos, para que la ciudadanía les conozca digitalmente, bloggeando.

Ese debiera ser el orden natural de las cosas que debe simular el software que necesita la sociedad civil para ejecutar un plan racional de organización…

Es decir, primero definir lo que necesitamos, o lo que queremos, o lo qué se habrá de hacer, colocando ideas base sobre las que construir un diálogo concluyente. Estos planteamientos los podrían colocar los propios candidatos y, de entre los que haya, escoger a uno que encarne las conclusiones.

El punto es: ¿dónde tenemos disponible esa página o software que organice a la sociedad civil?.

Lo que me extraña de entidades como los alumnos de la universidad de Chile es que aún no hayan creado esta plataforma.

Hay personas que dicen que la revolución pingüina fue iniciada por los pingüinos el año 2006.

Personalmente prefiero creer que la inició un desconocido el año 2005.

Si así hubiera sido, ¿si no tenemos otra revolución, es porque a nadie se le ha ocurrido como iniciarla?…