Estamos pasando por un tiempo de decisiones, donde cada vez la sociedad quiere participar más, una generación que ya no le teme a sus autoridades y les exige que cumpla lo que prometió. Se volvió más impaciente con los plazos y menos tolerante con las negligencias.
Ahora llegó finalmente la discusión que tenía que llegar, la del binominal, la que el ex Presidente Lagos llama “la madre de todas las batallas”. No sé si sea tan dramático, pero lo que si sé es que poseo el vivo recuerdo de cómo en años anteriores este cambio no alcanzaba ni siquiera a ser debatido, a causa de que los sectores más conservadores no deseaban hacerlo. Sin embargo hoy el cuadro es distinto. Hasta RN está de acuerdo con conversar el tema y cambiar el sistema de elecciones. La UDI se ha ido quedando sola en la postura de mantener el sistema.
A la luz de esto, invito a los defensores del binominal a plantearse la pregunta, ¿por qué razón se debe mantener?
Las elecciones son el medio con el que se eligen los representantes de la ciudadanía y claramente hoy estamos ante una crisis de representatividad. Si la ciudadanía no se siente representada por este medio de escoger a sus representantes, ¿por qué razón se debe mantener?
La justificación es el temor. He escuchado razones tan variadas como la cantidad de personas que las emiten, pero todas fundadas bajo el temor de lo que podría pasar. Por ejemplo, una de las más comunes sería una inminente invasión del comunismo en el Congreso. A esto la respuesta es: hagan mejores propuestas que el comunismo, si finalmente el comunismo es una consecuencia del abuso de una clase gobernante que no hace su pega. No apoyo los principios comunistas pero creo que no es difícil hacer mejores propuestas: sólo tienen que hacer una cosa, trabajar.
Otra justificación es el temor a perder el control, porque su mundito perfecto se les puede venir abajo. Eso es inevitable si su propósito es buscar el beneficio privado sobre el de la ciudadanía. A este argumento le contesto con mi convicción: debe llegar a existir un equilibrio justo, donde se beneficien ambos para crear un progreso más justo y que todos puedan disfrutar. Este temor se vence trabajando para quienes les eligieron.
Por lo tanto volviendo al principio, si uno se pregunta por qué se debe mantener el binominal, la respuesta es no hay razón. La ciudadanía no es tonta, estamos muy lejos de serlo. Queremos un sistema que sí nos represente y que obligue a los políticos a diferenciarse, dado que el binominal hace que las posturas sean casi iguales. Cambiar el binominal permitirá hacer propuestas que hagan avanzar a todos. No solo a algunos, no solo a los pobres, ni solo a los ricos, sino que a todos hacia un Chile mejor. Cuando lleguemos, estoy seguro que nos sentiremos satisfechos de haber dicho #ChaoBinominal.
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