Después de la (melo)dramática renuncia de Longueira, la Alianza da un espectáculo digno de un reality y acaso igual de relevante. Una vez más, cual bataclanas de la farándula, se despedazan mutuamente por una candidatura que, a fin de cuentas no tiene destino alguno. Si lo único que necesitan es un candidato que unifique las listas parlamentarias, podría perfectamente ser cualquiera, lo ideal alguien joven que gane mucho fogueándose y pierda poco cuando la elección se les vaya de las manos en esta crónica de muerte anunciada. Sin embargo, su lucha, sus tira y afloja y los lamentables insultos de cuico campechano que se prodigan hacen parecer que realmente se pelean por algo de valor. Tal vez sea porque en verdad lo hacen.
Hace mucho tiempo que la derecha es otro mundo o al menos otro país, un país que ya no parte en plaza Italia, sino en el Apumanque y que tiene sus colonias en la provincia; un país con costumbres, valores y principios ajenos a lo que para el resto de nosotros constituye nuestra cotidianidad. Un país que parece desarrollado, pero con servidumbre subdesarrollada, con colegios caros para los ricos en vez de educación pública gratuita y unos muy extraños principios judeo cristianos de los cuales ni Moisés ni Jesús nunca oyeron nada en sus mitológicas o históricas vidas.
Creo que el show para la gran mayoría de los chilenos es cómico, irrelevante, patético y, por lo tanto, irresistible para una sociedad que ha tenido que aprender a gozar con la morbosidad, pero sucede que es un show que tiene un público específico, determinado y que no somos nosotros, sino los chilenos que participan de ese otro Chile del Apumanque para arriba.
Perderán la elección, no hay que ser un genio de las encuestas para saberlo. Sin embargo, eso no importa porque esta elección de candidato busca darle coherencia a un sector de la sociedad que volverá a cerrarse en sí mismo cuando deba desocupar La Moneda. Quedó claro para ellos que el otro Chile no los comprende porque es un país de rotos malagradecidos y resentidos que no entiende que las nanas deban andar en furgón para que los niños no las vayan a ver caminando. Chile no entendió sus buenas intenciones, su sacrificio de trabajar ganado tres o cuatro millones mientras desatendieron sus pegas de verdad por este servicio social que fue gobernar y que se compara con trabajos de verano de la Católica.
Es el Chile del sector oriente el que recobra su importancia con la designación del candidato único de la Alianza, un Chile –otro Chile– que quiere creer que aún tiene su propia dignidad, su propia pompa y su propia importancia, porque defiende como las cosas debieron haber sido siempre antes de que los rotos se metieran en política y les ganaran todas las veces salvo la última. Por eso la designación de la nueva candidata tenía que ser peleada para que tuviera gracia. La misión de la nueva candidata debe ser poder decirle a los rotos que si le hubieran hecho caso al patrón, las cosas hubieran sido distintas. En ese sentido era obvio que Evelyn Matthei, con su pachorra y su lengua malhablada fuera la encargada de dar ese mensaje, el mensaje que dice que no importa quien gobierne, pero ellos no se van a dejar atropellar y que lo acompañe con un par de garabatos, para que la gallada entienda y, de paso ¿quién mejor que la hija del general?
Es el Chile del sector oriente el que recobra su importancia con la designación del candidato único de la Alianza, un Chile –otro Chile– que quiere creer que aún tiene su propia dignidad, su propia pompa y su propia importancia, porque defiende como las cosas debieron haber sido siempre antes de que los rotos se metieran en política y les ganaran todas las veces salvo la última.
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cindy-iriarte
Una corrección clave: la derecha del sector oriente ha GANADO TODO desde el golpe militar… Aylwin, Lagos, Bachelet, no son representantes del pueblo, sino meros títeres de los grandes capitales… sus contribuciones a la justicia social son mínimas, «en la medida de lo posible»… A angelini, Paulmann, etc… les da exactamente igual que salga mathei o bachelet… les financian las campañas a ambos.
Pablo benavente
usted esta confundido estimado, por que la derecha gana si o si las presidenciales. hay uno que es y se viste de azul y otro que es azul pero se viste de rojo. La derecha como han dicho por ahi no ha perdido desde el 73.
juan iturra
Se legitima aún más la candidata,puesto que ella es rubia natural.