Hoy trascendió un audio en que el General Director de Carabineros, Mario Rozas, señaló a un grupo de sus subordinados que estuvieran tranquilos, que él, aunque lo obligaran, no daría de baja a ningún carabinero con motivo de las tensiones que estamos viviendo en el país.
En lo personal, desde que lo nombraron, tengo una buena impresión respecto de él porque me parece que en serio llegó hasta su lugar actual luego de una laboriosa y motivada carrera interna, sin mayores padrinos. Para mí es (tal vez ahora debería decir, era) de los carabineros que honran a la institución luego de tanta corrupción y abuso de los altos mandos anteriores.
Pero acá se equivocó rotundamente por dos razones, una de forma y otra de fondo.
En lo formal, él no tiene la facultad de dar de baja a ningún efectivo con el solo mérito de su decisión unipersonal. Como en toda institución pública hay un procedimiento muy claro al respecto. Consecuentemente, la aclaración de Carabineros, cuando se confirmó la veracidad del audio, al tratar de interpretar a su jefe, no hace sino dejar en evidencia que habló demás.Enfóquese en la mayoría honesta y no en el puñado de efectivos que se sienten autorizados a seguir disparando criminalmente a cualquier civil que tenga por delante. Nadie se merece eso.
En lo de fondo, al decir lo que dijo, de alguna manera le está dando permiso, a aquellos efectivos que están ofendiendo y haciendo tanto daño a este uniforme tan valorado por tanto tiempo en nuestra sociedad. Por un carabinero desquiciado que le dispara a los ojos a un ciudadano como él mismo, u otro que viola a una persona detenida, hay decenas, o cientos de carabineros que están tratando de hacer su trabajo (muchas veces doloroso) de manera honesta, preocupados de cuidar la integridad física (no olvidemos que ese es su rol natural) de la comunidad. Al permitir que el (en mi opinión) delincuente infiltrado de carabinero haga lo que se le antoje, el General Rozas está ofendiendo a todo el resto de sus camaradas.
Como en todas las profesiones, oficios, etnias, etc., hay manzanas podridas y si, en vez de extraerlas, se las conserva y protege, se pudrirá el cajón completo. Estoy seguro de que no es eso lo que quiere para su personal el General Rozas.
Tengo amigos y familiares que han sido carabineros y los he apreciado y valoro profundamente. Sé de su pasión por su rol protector. Por favor, General Rozas, cuídelos. Para ello, enfóquese en la mayoría honesta y no en el puñado de efectivos que se sienten autorizados a seguir disparando criminalmente a cualquier civil que tenga por delante. Nadie se merece eso.
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