Claramente son los hechos los que han llevado a esos políticos no tradicionales a ser queridos y aceptados por los habitantes de sus comunas. ¿Cómo lo puede hacer un político para tener mejor aceptación en las encuestas?
Se acercan las elecciones municipales y luego las presidenciales y parlamentarias, entonces nuevamente viene el momento en que analizamos el ambiente político y somos espectadores de las disputas de los candidatos y de sus partidos.
Últimamente se ha dado un ambiente hostil y muy negativo, caracterizado por una oposición que busca destacar todo lo malo y se preocupa de relevarlo a diario, versus un oficialismo que trata de mostrar lo positivo del gobierno y sus logros, pero con imprecisiones. La mezcla de esto está a la vista: un país en su mayoría poco optimista respecto de los políticos y gobernantes y una oportunidad para quienes desean, desde sus ganas, empezar a gobernar con mayor conciencia social, pensando en lo que la gente quiere y no desde los intereses político partidistas.
Hay excepciones, por supuesto, ejemplos claros son algunos alcaldes de comunas emblemáticas que se me vienen a la mente: Ossandon (Puente alto), Carrasco (Pudahuel), Orrego (Peñalolén), apellidos que se me vienen hoy a la mente por su trabajo pensando en el bienestar de las personas. Seguramente muchos nos hacemos la pregunta: ¿cómo ellos sí pudieron? ¿Son los hechos o la forma de gobernar?
Claramente son los hechos los que han llevado a esos políticos no tradicionales a ser queridos y aceptados por los habitantes de sus comunas. ¿Cómo lo puede hacer un político para tener mejor aceptación en las encuestas? Podemos ver el gobierno de don Ricardo Lagos con los mismos problemas del gobierno de hoy, con la gran diferencia de la experiencia política y manejo mediático del gobernante. Seguramente cambiaría mucho la percepción de las personas respecto del gobierno actual si el Presidente Piñera tuviera un poco del manejo de don Ricardo. Para ser gobernante, o líder político, hay que tener una mezcla de cosas: hacer las cosas bien, pensando en la gente, comunicar de manera perfecta los logros, tener experiencia en los equipos de trabajo, tomar decisiones drásticas con los problemas de la gente (aún pienso que Piñera se perdió la oportunidad de ser el Presidente que cambió la educación en Chile), ser directo y claro en enfrentar a los adversario político y obviamente ser intachable, esto último es fundamental para que las personas creamos en los líderes.
Hoy la política se ha ensuciado de algunos personajes que lo único que han logrado es un descontento generalizado y, lo que es peor una desconfianza en el liderazgo. Entonces ¿qué nos espera hacia adelante? ¿Por quién vamos a votar? Seguramente tendremos que esperar mucho para que sucedan los cambios en la política. En esto también la gente va a tener que aprender a hacer valer su voto, informándose y no dejándose llevar por quien le regaló algo o le hizo una promesa en la feria o en la puerta de su casa el fin de semana.
Algunos ya están cambiando, pero la mayoría no. Debemos aprender para saber elegir a nuestros líderes, allí está el desafío.
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