El desarrollo pertinente de cualquier quehacer del Estado implica que éste responda a la categoría de problema público. Ello amparado en la visión de contrato social rousseauniano, el cual justifica la existencia del Estado como aquel ente sublime que garantiza derechos para los miembros de la sociedad; tomar responsabilidad por aquellas áreas públicas del quehacer social, cuya respuesta pertinente implique la solución a los problemas fundamentales y básicos del hombre en sociedad, misma que significará un progreso en su calidad de vida y capacidades de desarrollo.
Así pues, la consagración de un asunto como problema público, eleva la categoría del mismo a ser un asunto estatal, cuya solución trasciende más allá de la época gubernamental; cuya efectiva solución, al incrementar o mejorar las posibilidades de los ciudadanos, incrementa en la misma proporción las facultades del Estado para gestionar y reducir los niveles de incertidumbre; optimizando no sólo recursos sino que la gestión de la toma de decisiones pertinentes a los tiempos vividos.
América Latina, como región, contiene en su totalidad a países en la categoría de “en vías de desarrollo”; esto significa que son Estados que en el concierto Internacional tienen menos capacidades que otros pares actorales; situación que se refleja en indicadores macroeconómicos, sociales y de desarrollo humano. El esfuerzo internacional, por instituciones como PNUD, ha estado en lograr mejoras en los índices de desarrollo humano; aspirando por soluciones en el campo de la educación, medicina, acceso a bienes y servicios de primera necesidad, que permitan a los Estados subdesarrollados el abandonar dichas categorías para incluirse en la relación par; en los grandes temas de la humanidad, superando la brecha de desigualdad.
El acceso a información oportuna y de calidad, que permita reducir los márgenes del costo de decisiones, conforme se ha potenciado el desarrollo tecnológico, ha reducido los costes de entrada de los actores; ello quiere decir que si antiguamente el acceder a información contingente presentaba un valor X=10, con el desarrollo tecnológico de los últimos 20 años, vale decir la interconectividad plena y el acceso inmediato a información en desarrollo, dicho coste de ingreso a la información se ha reducido en casi un 100%; precisando solamente de la infraestructura para poder hacerlo. Mayoritariamente se reconoce en ello el influyente rol del ciberespacio; real escenario de interacción social que permite la inmediatez en los flujos comunicativos y con ello supone la mejor previsión para la toma de decisión estratégica. Con todo, la estructura crítica del ciberespacio se remite a infraestructura satelital; vale decir ingenios espaciales con funciones de tele-observación y telecomunicación, capaces de crear y sostener redes de comunicación y anticipación a fenómenos mediante la observación; suplen de inputs a las estructuras encargadas de analizar y sistematizar la información recogida en virtud del propósito actoral establecido.
El acceso a tecnología satelital, ha sido capaz de proveer de fuentes de información para decisiones estratégicas, tanto de actores privados como estatales, toda vez que hayan definido el acceso a la misma como un problema sobre el cual desarrollar un plan estratégico.
A nivel de Estado, no basta con sólo reconocer dicho problema, sino que es menester el otorgar la categoría de problema público. Un problema público precisa la elaboración de una política pública, la cual tiene como función principal el gestionar los recursos del Estado para dar solución al problema público, el cual dada su alta categoría es de alto impacto social. Así pues, una política pública debe establecer de forma clara y pertinente los mecanismos y dimensiones sobre las cuales se abordará el problema público; tiempos y procesos a fin de maximizar la oportunidades de respuesta exitosa, gestionando a las unidades dependientes del Estado acorde a sus funciones; una articulación intersectorial. De igual forma, una política pública generalmente es implementada por el organismo ad hoc a la naturaleza del problema público, a fin de que exista una estructura institucional central, capaz de aunar los esfuerzos intersectoriales.
La desincronización en el acceso al espacio ultraterrestre y su tecnología, por los Estados de América Latina y particularmente Chile, se traduce en el tardío desarrollo en materias de ciencias y tecnología, toda vez que al no existir la necesidad de desarrollar los instrumentos pertinentes para la exploración espacial, las áreas de innovación y desarrollo responderán a los desafíos prioritarios de la agenda, los cuales precisan de la información contingente que ofrece el acceso satelital, pero que al no abordarlo en la naturaleza que le corresponde, no logran satisfacer la necesidad de información y por tanto los temas de agenda pública y política no se logran solucionar, tal es el caso de la descentralización de la educación para Chile en virtud de su geografía.
Por su parte, Chile, ha perdido ventanas de oportunidades relacionadas con la intensa sociabilización del asunto espacial en el período de la Carrera Espacial en virtud de la cooperación sostenida con Estados Unidos, ello debido a la falta de institucionalidad pertinente para coordinar las áreas de acción.
Asimismo, la industria aeroespacial, devenida de los desarrollos de innovación, verá atrasado su desarrollo e inserción al mercado global, en virtud que debe superar la brecha generacional para lograr dicho cometido; industria que crece sostenidamente entre el 6% al 9% anualmente, generando nuevas oportunidades en el incremento de mejoras económicas para los Estados que la sostienen.
El desarrollo pertinente de una institucionalidad en materias de coordinación de actividad espacial, dota a los actores de la capacidad de maximizar los beneficios de la inversión en éste sector; para el caso de la experiencia brasileña, como ejemplo de la subregión del Cono Sur, también ha significado el tomar un rol regional hegemónico, en virtud de la participación en Organismos Internacionales en la materia; ello debido a que tienen un actor capaz de dialogar en igualdad con sus pares en el sistema internacional. Al ser capaces de realizar ésta acción, Brasil ha avanzado al desarrollo de una industria espacial competitiva, a fin de igualar las capacidades en un entorno asimétrico: logrando el cambio del statu quo devenido de su posición geográfica y tardío desarrollo.
Por su parte, Chile, ha perdido ventanas de oportunidades relacionadas con la intensa sociabilización del asunto espacial en el período de la Carrera Espacial en virtud de la cooperación sostenida con Estados Unidos, ello debido a la falta de institucionalidad pertinente para coordinar las áreas de acción. El desinterés sostenido, de forma general, por los distintos gobiernos a posterior; debido a la emergencia de cuestiones de respuesta inmediata y falta de financiamiento para todas las urgencias nacionales, ha desfasado el desarrollo científico – tecnológico chileno. Con todo, la estrategia chilena se ha desviado desde el desarrollo autónomo de la actividad industrial espacial hacia la búsqueda de liderazgo en organismos internacionales como la COPUOS, en donde el Estado pueda cooperar y marcar tendencia en la generación de discursos ad- hoc a los principios de Naciones Unidas en materias de desestimación de conflicto en espacio ultraterrestre.
Finalmente, en la medida que Chile no opte por la vía de institucionalizar la actividad espacial, bajo la figura de una Agencia Nacional Espacial, dando cumplimiento a lo mandado por la política espacial 2014-2020, no podrá acceder a los beneficios que la tecnología espacial brinda; por la naturaleza multisectorial del problema, debido a su característica de ser problema social, en dicha Agencia deben tener participación distintos representantes tanto de sociedad civil como de las FF.AA.; ello con el fin de optimizar los recursos existentes, coordinando y articulando esfuerzos de distintas áreas del conocimiento social; desde la academia hasta la ejecución física; con una sola misión: solucionar problemas sociales atendiendo a los intereses del Estado: la custodia y salvaguarda de la sociedad que dentro de sus fronteras vive.
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Wampa
Muy Interesante vuestro artículos sin duda lo compartimos al 100% dentro de nuestra naciente comunidad espacial donde hemos abordado este y otros temas al respecto esperamos pronto hacer realidad el sueño de que nuestro país posea una Agencia Espacial, así para darle una gran herramienta a todos los Chilenos.
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