Que me perdonen los amigos circenses por lo que voy a hacer pero voy a describir la política chilena a través del espectáculo que a ellos los reúne: el circo. No es que le encuentre algo malo a los circos en general —a los que usan animales, definitivamente, sí los encuentro malos—, pero lo voy a hacer porque considero que la política chilena se asemeja mucho a un tipo peculiar de circo. Se asemeja a uno lleno de payasos fomes, repetidos y ajenos al público, donde todos los números artísticos ejecutados en él están a cargo de estos personajes de vestimentas, maquillaje y pelucas llamativas, los que supuestamente deberían hacer reír y que hace harto rato que no hacen reír a nadie. Al contrario, ¡hacen llorar! ¨Para empeorar las cosas, además de ser fomes, en escena se ven siempre los mismos. En algunas ocasiones dejan de aparecer algunos de ellos, pero al final siempre vuelven a aparecer. De yapa, confeccionan rutinas sin considerar lo que realmente hace reír a la gente y sin el objetivo de hacerla participar, trayendo como consecuencia inevitable la apatía total de la concurrencia.
Con el tiempo nos hemos ido acostumbrando a ser parte de ese público falto de interés y nos hemos ido olvidando de algunas cosas, como que al circo se va a pasarlo bien y que en los verdaderos circos—los que merecen ser llamados así— debería existir una gran variedad de números artísticos. ¿Dónde quedaron los acróbatas? ¿Los magos? ¿Los tragafuegos? ¿Los contorsionistas? En el patético espectáculo que tenemos frente solo podemos ver payasos y estos se encargan de todos los números artísticos. Eso sí, no lo hacen todo tan mal. Son tan rimbombantes a la hora de gastar bromas, hacer piruetas y contar chistes, que terminan por apartar nuestra atención de lo lamentables que son.
Súmenle a esto que se toman bastante en serio el trabajo y podemos ver todos los tipos de payasos que hay. Podemos ver a los elegantes y maliciosos clown; a los que se dedican a desbaratarlas iniciativas de estos, los traviesos augustos y los torpes contraugustos; y a los simpáticos y bobalicones tonys, ¿A que no se les pasaron varios nombres de políticos por la cabeza? ¡Si tienen hasta casi las mismas características!
Pero no está todo perdido. Pese a que los auténticos dueños del circo nos han hecho creer por mucho tiempo que no hay más payasos y que no hay otros tipos de artistas, eso no es así. No me cabe duda de que les conviene que creamos eso, mientras, tras bambalinas, disfrutan cómodamente de los jugosos beneficios del negocio. Sin embargo, tampoco me cabe duda de la existencia de montones de otros payasos, infinitamente más divertidos, y de otros tipos de artistas, que volverían a subirle el pelo al circo. Pero, ¿dónde están? Están más cerca de lo que uno cree, aunque son muy difíciles de identificar, principalmente porque casi nunca los vemos en el medio más importante que utilizan los dueños del circo para difundir el espectáculo: la televisión (cuando logran aparecer, los de la televisión no vacilan en dejarnos claro que las posibilidades que tienen de llegar a formar parte del circo son muy bajas, por no decir nulas). Hay que buscarlos en otro lado. Esos sí que son hábiles.
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boris-tomislav
Tu artículo me parece una payasada, obvia visceral. Ante el troleo cuasi desde la ultratumba de Pinochet que despreciaba a la política y a los políticos (tú en este artículo te sumas a éso), haces mofa de un ejercicio ciudadano que siempre ha sido como es. Nunca ha sido distinto. En tiempo de la UP, que muchos nostálgicos de las redes sociales cuasi quisieran remasterizar los tiempos de la UP, a partir de las protestas estudiantiles, también durante todo ese periodo apasionada, convulsionado, los políticos eran los de siempre.
Cuando la política genera y crea líderes, los líderes, como tales, no son para uno o dos años, líderes son líderes. Allende fue líder político desde que era estudiante de Medicina hasta que se suicidó en La Moneda, como su último gesto redentor. Ya no era joven, cuando jugó ese rol y fue elegido presidente después de dos intentonas anteriores.
¿le iba a espetar a Salvador Allende, si hubiéras estado vivo en esa época, que ya estaba viejo, que le venías viendo su cara bigotuda y sus grandes lentes, desde niño? ¿que ya estaba bueno que le diera paso a los jóvenes?.
Creo que tu artículo, no saca ni la menor sonrisa. Es obvio y hasta discriminador,
La política no es un asunto de jóvenes o de adultos o viejos. La política es un asunto de todos y de siempre. Tu idea central: «los mismos de siempre», es de una típica frase tipo de las redes sociales, que resulta discriminatoria.
Me extraña en tí, que seguramente estás por la tolerancia y por respeto a las minorías.
¿me dirás que a mis 54 años, ya no deba yo opinar ni participar en política? ¿si me hubiera presentado a Concejal, me hubieras espetado que soy un viejo?
Desprolijo total tu artículo., Yo he estado y me sigue interesando la política desde joven y eso no muere cuando uno tiene sueños.
¿le dirás a Ricardo Lagos que el no tiene derecho a seguir pensando este país? ¿no tiene derecho a opinar porque tiene más de 60 años? ¿le dirás (de hecho lo das a entender), que todos los políticos, que como tú, desde joven se han interesado en esta pasión, deben irse porque tú lo dices, porque son viejos?
Tu artículo no es serio. No es intelectualmente serio.. Es un artículo que se sustenta sólo en la mofa, en la ironía. Apela a la emocionalidad y a la parodia. No es serio como reflexión. Es un sofisma apoyado en la ironía con la metáfora circense.
En tu artículo subyace esa suerte de que la política y los políticos le hacen mal a la sociedad. Lee mi artículo, acá mismo: Esos Señores Políticos.
Te rebato como articulista, porque no me parece serio, seguir desprestigiando el ejercicio de la política y de los políticos, al margen de que haya hoy en día muchos politiqueros, aparecidos de última hora.
¿Me dirás que la nueva savia de la política son los encapuchados? ¿son solamente los que salen a las calles a protestar? ¿son los políticos en 140 caracteres?
Reprocho tu artículo porque no es una reflexión académica e intelectualmente seria y le hace mal a la política como ejercicio ciudadano (el mismo que estás ejerciendo en este artículo, porque es un artículo político), porque sólo contribuye con ese espíritu pinochetista de desprestigiar constantemente a sus contendores, desrpreciándolos.
Sólo veo desprecio de tu parte. Nada más.
Bayo
Hola Boris:
Muy de acuerdo contigo. Lo que pasa es que cometí un error: debería haber puesto el artículo bajo la etiqueta «humor» (¿Existe?). Mira, léelo de nuevo -pensando que está bajo esa etiqueta- y le encontrarás otro sentido.
Saludos.
Angol Mamalcahuello
Muy bueno el artículo. La analogía no puede ser más pertinente. Aunque pensándolo mejor, bien podría verse superada por la realidad ya que los Payasos y el Sr. Corales de este gran circo llamado Chile están no sólo en el ámbito político, sino que en muchos otros (comunicaciones, cultura, por nombrar algunas). Este gran circo Chileno, circo pobre pero con serias intenciones de parecerse al circo Du Soleil, no da para más. La democracia interna de este circo, se basa en la omisión y en la indiferencia. Nada cambiará en Chile después de estas elecciones municipales, muy a mi pesar. Por eso, este domingo YO NO PRESTO MI VOTO para que siga funcionando este circo.