No soy quien para juzgar a otra persona. No sé quién podría tener la autoridad y también la legitimidad en Chile para juzgar a Rojas Vade, a pesar de qué ya ha tenido un juicio en la “plaza pública” que son las RRSS ¿una forma de justicia primitiva?
Una persona no merece el castigo social que él ha tenido porque ha sido tratado cómo mínimo de “villano”, para no nombrar otros epítetos más fuertes. Pero ¿qué podemos pedirle a Rojas Vade que no sea algo de lo que nosotros también hacemos que es mentir? De ahí que nos tilden de mentirosos hay un muy pequeño margen porque estamos demasiado acostumbrados en Chile a juzgar a los demás.
No sabemos si él es un mentiroso compulsivo o si es otra expresión de una persona que tiene que sobrevivir en una sociedad que condena tácitamente a los portadores del VIH al sufrir de discriminación, sobre todo cuando uno es discriminado por su origen racial, su origen social y cuántas otras formas que toma la discriminación en Chile. O tal vez es su gran mentira en la que quedó atrapado porque si tener una enfermedad en Chile como el cáncer tiene un gran nivel de simpatía debe ser porque es una de las enfermedades más caras y dónde todavía se manifiesta con mayor fuerza la profunda desigualdad social que hay en Chile.No sé quién podría tener la autoridad y también la legitimidad en Chile para juzgar a Rojas Vade
Concluyo, preguntando ¿qué nos enseña la vida de una persona que elige mentir para ganarse un espacio social en una sociedad, que es feo decirlo, ha convivido con las mentiras y esa persona que ha mentido para ser elegido párticipe y responsable de la redacción de una nueva constitución y que indudablemte representa el mayor bien social que podemos tener y por cierto, debiera contener en su esencia, definición y aplicación los principales valores que nos identifican y proyectamos como ciudadanos y demócratas?
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