La Constitucion de 1980 con todas sus reformas incluidas, ya está condenada a morir y el rechazo solo le dará un poco mas de tiempo. Y es por ello que, si gana el Rechazo, será ganar perdiendo o para los partidarios del Apruebo… Perder Ganando.
Cuatro de septiembre es la fecha indicada y no por azar. Todo en la historia y la vida está cargada de simbolismo y emociones, de puestas en escena grandilocuentes que allanan el camino hacia los objetivos que buscamos
El 4 de septiembre puede ser un día mas en un largo proceso que podemos remontarlo al mochilazo o pinguinazo de los inicios del primer gobierno de Bachelet, que luego continuo con la revuelta estudiantil por la gratuidad en la educación superior. Todo ello enmarcado en el binomio Piñera/Bachelet del cual recién estamos saliendo. Y que paradójicamente con la firma del Piñera en el proyecto de reforma constitucional nos llevó a este proceso histórico. El periodo Piñera/Bachelet seguramente será analizado en la historia , como lo fueron otros periodos cargados de hechos contradictorios, revueltas, avances y retrocesos. No deja de llamar la atención de que ambos mandatarios hayan sido los dos polos en el ultimo proceso. Piñera completamente sumergido y silente respecto a la campaña del rechazo y Bachelet “dando cara” en una perfomance audiovisual de la emblemática franja, como una ultima carta del apruebo que de la vuelta a un resultado que es casi inevitable su resultado.
El 4 de septiembre marca el fin de un proceso legal y constitucional, el cierre de un proceso emanado del acuerdo de noviembre y muchos pensamos que sería un mero trámite, luego de dos años (aumentado por la contingencia de la pandemia), que nos uniría a todos en torno a la casa de todos, que tan popular se ha tornado dicho concepto. Pero sabemos que la intención es una y la realidad es otra y nos vemos enfrentados en una contienda que claramente divide a la opinión publica. No hay grandes consensos respecto al texto, al borrador, a la propuesta, a pesar que su elaboración correspondió a un elevadísimo quórum que debiera haber sido suficiente garantía de fortaleza y consenso democrático. Algo pasó en el intertanto que el gran proyecto se lleno de dudas, contradicciones e incertezas. Descartemos en este asunto todo lo relativo a la actuación de los redactores, su forma de elección, sus perfomances destempladas, su entendible inexperencia, el ingreso de muchos independientes que claramente desconfiaban del “antiguo régimen” y que al final de cuentas cayeron en las mismas actitudes que siempre criticaron de la “elite” política. Como no recordar el bochorno de la inscripción del candidato presidencial de la extinta “Lista del Pueblo”. Descartemos todo eso y concentrémosnos en el resultado y de todos modos algo hace ruido, tanto ruido que casi en la hora nona del plebiscito el Presidente, llama a su coalición a firmar un acuerdo que establezca que en caso de ganar el apruebo se deben realizar una serie de cambios y reformas al texto Constitucional. Es indudable y fuera de toda duda que la propuesta contiene avances sustantivos en asuntos claves como los derechos sociales, el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente, el reconocimiento de los pueblos originarios, el derecho a la educación y la salud y en definitiva es el cambio sustancial de un estado subsidiario por un estado democrático de derechos, pero las dudas persisten y el plebiscito no será el que las resuelva.
En caso de ganar el Apruebo la implementación de las leyes que den conformidad a lo señalado en la Constitución deberá lidiar con la conformación de un Congreso hostil y sin mayoría suficiente, por lo tanto el camino será lleno de obstáculos y en caso de ganar el Rechazo, será necesario allanarse a un acuerdo con las fuerzas opositoras y sectores de la “centro izquierda para en base al acuerdo que la misma coalición oficialista acordó.
Indudablemente el 4 de septiembre no habrá sido el fin del proceso o el cierre de un ciclo enmarcado en el itinerario establecido en la ley de reforma constitucional del acuerdo de noviembre, pero de todos modos el desafío queda abierto para seguir buscando la manera de seguir adelante en un proceso que se hace inevitable. Si el Rechazo llega a imponerse, como es lo que seguramente ocurra el 4 de septiembre, podría ser solo una victoria “pírrica” para los sectores que no quieren el cambio. La Constitucion de 1980 seguiría vigente en términos jurídicos, ya que al rechazarla es la consecuencia de aquello. Pero estamos claros que solo en el papel, porque la Constitucion de 1980 con todas sus reformas incluidas, ya está condenada a morir y el rechazo solo le dará un poco mas de tiempo. Y es por ello que, si gana el Rechazo, será ganar perdiendo o para los partidarios del Apruebo… Perder Ganando.
Comentarios
04 de septiembre
Perdieron. Y por lejos
Por alguna vez… Dejen de describir una realidad que ustedes imaginan.
Ahora habrá que refundar Chile, pero una refundación de continuidad, en la que se mejora, no que reinventamos todo. Por favor, dejen de escribir litros de odio y entiendan que, sin dejar de entender muchas cosas, el país prefiere mejorar que refundarse.
Saludos a todos mis rojos contertulios
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