Un reciente reportaje del diario electrónico «El Desconcierto» da cuenta de que la familia Piñera-Morel envió 542 millones de dólares (en torno al 20% de su fortuna, avaluada en 2.800 millones) a paraísos tributarios o fiscales.
Si usted toma el 20% de su inmensa fortuna y lo lleva a «Paraísos Tributarios», la señal es muy clara: quiere reducir el nivel de impuestos pagados en su país. Si quiere pagar menos impuestos en su país, usted hace esa jugada financiera para su beneficio personal y familiar, y con ello notifica que las políticas sociales de su país (Salud, educación, obras públicas), que por definición requieren de impuestos para ser financiadas, le importan un verdadero carajo.
Pero el problema no es ese. Sebastián Piñera ha sido así toda la vida. En su carrera laboral y política desfalcó un Banco, ha mentido, engañado, confabulado, torcido y violado la Ley, para su beneficio personal y para amasar su fortuna. Que quiera pagar menos impuestos acá en Chile es un verdadero «pelo de la cola» al lado de su largo prontuario de fechorías. El problema es otro. El problema es que hemos construido una sociedad donde esa miserable actitud de Piñera es admirada. «¡Pucha el tipo vivo! ¡Pucha el tipo astuto! ¡Pucha el tipo bacán».Somos nosotros, las y los ciudadanos, los que nos hemos equivocado, y groseramente. Hemos sido tan poco reflexivos, que creemos que esas acciones que le reportan éxito financiero a Piñera, no solo son admirables, sino que además deben premiarse con la Presidencia de la República
Somos nosotros, las y los ciudadanos, los que nos hemos equivocado, y groseramente. Hemos sido tan poco reflexivos, que creemos que esas acciones que le reportan éxito financiero a Piñera, no solo son admirables, sino que además deben premiarse con la Presidencia de la República. Y aquí estamos. Con un cadáver político en La Moneda que hace semanas no le responde ni una sola pregunta a los periodistas, encerrado en el palacio, sin tomar medidas que de verdad den cuenta de que escuchó la movilización social.
Lo dijo, y con una lucidez brillante, hace unos días el periodista Mirko Macari, en el programa «Comando Jungle». Señaló: «Esto no se trata de personas, pero la persona de Piñera simboliza y concentra la decadencia final de este proceso, en que estamos a cargo de políticos ineptos. Hace mucho rato que ningún problema central se soluciona desde el sistema político. Entonces, lo que nos toca escenificar, es la ineptitud al máximo de un apostador bursátil que terminó de presidente, porque valoramos más el dinero y las oportunidades de ganancia personal que el sentido de lo colectivo. Y la mayoría que votó por Piñera -y la minoría que lo respetó- se la tendrá que comer, porque esa fue una decisión del colectivo, entonces, todos somos responsables de eso. Miremos la parte que nos compete a todos. A unos más, a otros menos. Si elegimos a esas autoridades incapaces, pues bien, nos sirve de reflexión para la siguiente«, finaliza Macari.
¿Reflexionaremos para la siguiente? ¿Votaremos en forma informada, sensata y reflexiva? ¿O seguiremos valorando y premiando más el éxito y dinero personal por sobre el sentido de lo colectivo? ¿Votaremos mejor?
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