En los años ochenta se popularizó una serie de comedias tituladas “¿y donde está el piloto?” que se basaban en emergencias aéreas enfrentadas por una tripulación torpe y absurda. Los guionistas, que explotaban los sketch cómicos de corte fácil, parecieron olvidar un traspié tan elemental como improbable: que el avión se quedara sin combustible por no cumplir el itinerario del viaje. Pero como muchas veces la realidad supera la ficción, nuestro Presidente se apunta una nueva piñerada acometiendo una “emergencia” en su helicóptero privado originada precisamente en quedarse corto de bencina.
El episodio fue justificado por el ministro Hinzpeter: “Pienso que el país conoce al Presidente de la República, quien tiene una forma de ser y creo que los chilenos lo eligieron por esa forma de ser”. En otras palabras: ¡Toma, cachito de goma!
Ya que el gobierno ha estado preocupado de la imagen país, que según parece se potenció con el rescate minero mediante la frase “la manera chilena de hacer las cosas”, se podría hacer una campaña con el chascarro para demostrar que también tenemos sentido del humor. El guión puede ser algo así:
S: Oiga compadre, parece que nos estamos quedando cortos de combustible, ¿le echaste en Santiago, mira que esta semana te tocaba a ti?
A: ‘Tai loco, si el helicóptero lo llené el domingo pasado, asi que tú tenías que preocuparte. Si lo compramos a medias es lógico que los gastos se compartan.
S. Pero no podís ser tan apretado. Además ni me acordé…como me renunció un ministro y aproveché de cambiar unos cuantos…piensa que con los sueldos son reguleques del sector público no es tan fácil encontrar gente. Si hasta tuve que pasar la grúa por el Senado.
A: Claro, pero no esperes que yo asuma el gasto del juguetito. Más enicima se te ocurrió reponer el impuesto a la bencina cuando sigue subiendo…si seguimos así vamos andar en monopatín.
S: Le pones color, si aquí hay que hacer caja de alguna parte y que mejor que pague Moya. Mira, bajemos en ese camino, llamamos a Carabineros y, por mientras, aprovechamos de comprar pan amasado y unas empanadas.
A: Ya, pero ¿trajiste plata?
S: No, pero tengo la tarjeta de crédito y ahora funcionan en todos lados. Si hubiera sabido que el negocio iba a prosperar tanto no lo vendo ni a cañón.
A: Siempre te pasa lo mismo
S: …es que le agarro cariño a las cosas, tú sabes.
A: ummm.
S: Bueno, mientras esperamos el helicóptero de rescate anda sacando la manguerita por si no traen bidones.
A: Ya, linda la división del trabajo.
S: No te quejes tanto si después nos vamos a reír de esta tontera. Por cierto, le voy a decir a los cabros que digan que esto es una emergencia, mira que si no el negro nos va a subir al columpio todo el verano. Pasame el teléfono satelital.
A: Oye, dile que le pongan color, mira que si se arma mucha alharaca hasta podemos sonar con el helicóptero y ahora es complicado viajar por tierra.
S: ¿Por qué tanto?
A: Por seguridad, como los puentes valen callampa…
S: En realidad, y pensar que al inicio del gobierno vendíamos el concepto de las construcciones modulares: casas modulares, escuelas modulares y lo más fantástico, hospitales modulares. Si hasta estábamos estudiando hacer cárceles modulares…pero con lo de los puentes se nos devaluó la idea. En fin, hablemos de otra cosa. Por cierto, ¿te mostré el papelito que decía que estaban vivos los 33?
A: chuta, no empieces de nuevo…mejor tráete unas frutillas que aquí se dan muy buenas y recuerda que estamos de vacaciones.
S: No me digái nada, tu sabes lo que me cuesta desconectarme. Claro que llegando le voy a pedir a los diarios que me manden unos paparazzis…al menos que me tomen fotos y si hay suerte hasta puedo hacer unas declaraciones…quien sabe si ahí puedo vover a mostrar el papelito.
FIN
* cualquier parecido con la realidad o es mera coincidencia o se queda corto.
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Foto: Helicóptero – Ludmila Tavares / Licencia CC
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