Estos días han sido más que complejos, ya que ni al hablar de complejidad se puede definir la gran cantidad de emociones entre las que se ha movido la sociedad chilena estas semanas. A veces hay sensación de libertad, otras de angustia, para finalmente mezclarlo todo y llegar a la perplejidad. Está en curso una explosión que algunos no quisieron ni pudieron ver, mientras otros la anunciaban. Un acontecimiento político y social que superó cualquier profecía al respecto y cuya intensidad nos llena de preguntas.
Las calles son un campo de batalla en el que se miden varias fuerzas; están quienes tienen un relato claro, los que quieren hacer visible su precarización, como también quienes atentan en contra de todo lo material, escenificando una mezcla entre individualismo, rabia y ganas de destruir el viejo orden de esta democracia que nos habló de tantas cosas a la vez, pero nunca escuchó. Del otro lado, los mandatados a defender lo que se está desmoronando son policías amparados por un gobierno que se ha movido de manera esquizofrénica, con un mandatario que gobierna como si estuviera apostando en la bolsa, dando por resultado la pérdida de vidas.
Sí, porque nuevamente los Derechos Humanos están siendo vulnerados en Chile. Es decir, si es que somos un poco más rigurosos, realmente nunca terminaron de serlo del todo, lo que pasa es que hoy una vez más lo estamos viendo con más cotidianidad, con familias enteras observando el actuar errático de una institución como Carabineros, que ha afrontado todo esto sin que se le haya hecho la intervención política que muchos sectores pidieron antes de que esto explotara.Un nuevo acuerdo social hoy parece realmente impensable con un Presidente que no sabe de política y que anuncia a la pasada que está “pensando” hacerle reformas a una Constitución
Piñera, creyendo ser un gran estadista, ha decidido no escuchar a quienes quieren que se haga algo al respecto con el trabajo policial. Y es que lo suyo no es oír. Por el contrario, su vida empresarial y su trayectoria política han estado marcadas por sus enormes ansias de saciar sus incontenibles ganas de aparecer, hacer, ganar, triunfar y pasar a la historia. Esto, claro está, sin mirar más allá de sus intereses transitorios, los que no tienen ninguna continuidad, ni pretenden lograr algo más allá que dejarlo tranquilo consigo mismo un rato.
Ahora la pregunta es, ¿puede estar alguien tranquilo con lo que está sucediendo en Chile? ¿Puede Sebastián Piñera dormir en las noches como si no pasara nada en las calles? A diferencia de lo que debe decirle su grupo de asesores (muy malos, por lo demás) y el fans club que se hace llamar “equipo político”, lo concreto es que sus discursos a veces altisonantes y otras veces mediocremente “sociales”, se han transformado en el principal obstáculo para que haya una solución concreta.
Un nuevo acuerdo social hoy parece realmente impensable con un Presidente que no sabe de política y que anuncia a la pasada que está “pensando” hacerle reformas a una Constitución que ya no solo es la representación de la hegemonía política y económica dictatorial institucionalizada y legitimada en democracia, sino también el gran impedimento para comenzar un proceso constituyente en el que discutamos, nos miremos y pongamos en entredicho lo que se nos negó por mucho siquiera pensar en cuestionar.
Realmente no se ve nada de bien la cosa si es que Piñera insiste en creer que su permanencia en La Moneda es algo así como la garantía de la estabilidad de un orden económico y político que merece ser revisado. Su inoperancia y su impulsividad, lo convirtieron en algo más que la representación clara del poder arrasador del capital; hoy la primera autoridad política del país es el principal problema.
Comentarios
11 de noviembre
Tres comentarios
1- Acuerdo de Unión Civil, Cierre de Punta Peuco y Nueva Constitución, extrañamente, las grandes banderas de la izquierda son ejecutadas por la centroderecha, sin tener mayoría parlamentaria, suma y resta, a Chile le conviene que la izquierda sea oposición, dado que cuando son gobierno.. las calles duermen.
2- el Instituto Nacional de Derechos Humanos (en Chile), ha sido, será y seguirá siendo, una defensoría legal encubierta de izquierda, que defiende solo a su rebaño revoltoso, ojo, no estoy de acuerdo con la violaciones a los derechos humanos, ni torturas, ni vejámenes de cualquier índole, pero me gustaría ver que alguien se pone en el lugar del trabajador de clase media y media baja que se quedó sin pega por culpa del niñito que tiene un balin en la pierna y los ojitos llorosos por el humito encebollado.
3- La pregunta no es si Duerme o no el Presidente cuando se desestabiliza el orden público, sino, cómo es posible que duerman los políticos de izquierda, que entretenidos viendo como se desprestigia el ejecutivo, centran sus declaraciones en todo menos el ciudadano afectado…. en fin… mejor pensemos en Chile y en quienes necesitan un cambio social, sin violencia, incluso si es escrita.
+1
11 de noviembre
No veo violencia en mis palabras. Veo la descripción de una incertidumbre; de un gobierno que recién ayer comenzó a hacer política en una de las crisis más graves de nuestra historia reciente. El orden público se mantiene con policias que ejerzan la ley democráticamente, y no como la ha hecho Carabineros, haciendo de todo, usando balines, bombas lacrimógenas solo aumentando el desastre. Cero estrategia; solo una conducta errática y abusiva que a cobrado vidas y ojos.
11 de noviembre
*Ha cobrado