La vida íntima de un viejo de la población es recordar su pasado y mirar en el presente su olvido involuntario, y ese presente de extravíos que es atendido por la familia, carece de pensamiento crítico, solo hay espacios de adoración a quien tiende la mano solidaria.
Piñera tras su cuenta pública de éste 1 de junio, no ofreció a los ancianos esa mano que pudo ser solidaria. Solo nos anunció que aumentará las cotizaciones de todos para tener una supuesta mejor vejez.
El mandatario dejó muy claro que en derechos humanos y responsabilidades sociales no desea estar a la estatura de un estadista, porque ya está comprometido con los grandes empresarios, en todo caso era una situación esperable desde el momento que decide retirar el proyecto de reforma previsional del anterior gobierno, el que otorgaba la calidad constitucional al Consejo de Ahorro Colectivo, instancia que permitía avanzar notablemente en el apoyo a los pensionados.
Un mensaje presidencial que muestra abiertamente que Piñera y su gobierno está predispuesto por la “globalización de la indiferencia”. La advertencia que nos hizo el Papa Francisco, primeramente alcanzó al mandatario.Queda claro entonces que Piñera jamás cambió los pañales a sus hijos, menos a sus viejos, si así fuera, la historia en la cuenta pública sería distinta.
Y nos dimos cuenta en su mensaje, tal cual señalaron Duch-Chillón: “ese aire tóxico que se respiraba en todos los ámbitos sociales”, por la reducción del sentido humano que hace Piñera y que lo asocia al emprendimiento. ¡Piñera, no todos los ancianos pueden emprender! Los viejos apenas pueden cambiar sus pañales.
Solo así y ante sí, el gobierno de Piñera nos ha convocado a la mutación de Kafka para no reflejarnos como sociedad, y solo permite que una vez más los impunes de siempre vuelvan a dejar en el olvido a la sociedad de los viejos, de los niños, de las mujeres, de los estudiantes tras un escuálido informe al país, en donde no se reflejó ese mundo de los abuelos que levantan sus manos para afirmarse del aire porque sus piernas son blandas en el caminar.
Las expectativas que tenían los ancianos pensionados y jubilados se vinieron abajo, pero ellos saldrán con sus bastones una vez más a las calles tras la exclusión de Piñera. Los y las ancianas no permitirán que la lacra de la indiferencia destruya sus identidades avejentadas.
Estos adultos mayores, que en un tiempo construyeron sus espacios de significaciones, de identidades presentes y futuras, ven el largo camino transitado al mirar hacia atrás. Ellos son los caminantes de un otoño e invierno que comienza a moldearse en los frágiles huesos, poco resistentes, como la camisa y el pañuelo de algodón.
El mensaje de Piñera es no entender a esos viejos que ayer cambiaron pañales, y que reían al ver aquella nueva vida en sus manos solidarias, y que hoy ven cómo la existencia inicia su retorno esperando que sus pañales sean cambiados. Esa fraternidad de memoria no les será arrancada.
Piñera no logró comprender ni tomar el caminar silencioso, de profundidad reflexiva que tienen los viejos, y ni siquiera alcanzó la certeza que ellos poseen cuando descubren que pronto dejarán de ser una persona, y que partirán al recuerdo de los que le seguirán más adelante.
Queda claro entonces que Piñera jamás cambió los pañales a sus hijos, menos a sus viejos, si así fuera, la historia en la cuenta pública sería distinta.
Comentarios
03 de junio
Estimado Sergio, a las personas puede o no gustarle un político, es más lo puede denigrar y llenar de epítetos y clasificarlo como Ud. quiera o sueñe, el político sabe eso, es parte de su mundo, así como hay otros que lo idolatran. Pero quizás se equivoca Ud. al señalar que el viejo «carece de pensamiento crítico», normalmente las personas al avanzar en edad se hacen más sabias, y sus pensamientos adquieren una lucidez que pocos escuchan, el pensamiento crítico de la vejez contiene una visión y sabiduría que quisiéramos para este mundo perdido.
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03 de junio
Hola estimado Javier; comparto plenamente lo que dices. las personas al avanzar en edad se hacen más sabias…. tal vez cuando escribo «y mirar en el presente su olvido involuntario, y ese presente de extravíos que es atendido por la familia» …tal vez debí especificar un poco más «olvido involuntario» y decir: demencia senil, alzheimer…Un gran abrazo amigo…..
04 de junio
No soy partidario de Piñera, ni tampoco de Bachelet, pero, ambos ya han tenido la oportunidad de hacer «algo más». Que las cosas no estén hoy hechas como se quisiera, da cuenta de su poco interés en que se hagan. Al menos Bachelet, pienso, creó una pensión para personas que nunca habían impuesto. Lo que no hizo en su segundo Gobierno, fue mandar a tiempo determinados proyectos de Ley, tal como el de nueva Constitución o el que modificara el sistema de pensiones. Pienso que se le olvidó, si fuera un chiste cruel. Siendo objetivo, creo que nunca hubo compromiso, o más bien no tuvieron permiso para hacerlo…Son las consecuencias de tener un sistema político gobernado por partidos que han sido financiados por quienes quieren favores del ganador…
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