Hace un par de días, Felipe Kast, fundador de Evopoli, decidió viajar a Cuba y apoyar a las Damas de Blanco, por más loable que sea la empatía del diputado, peca de inocente en lo estratégico e irresponsable en lo familiar, considerando -claro- el manejo que los Castro dan a los disidentes.
No pretendo cuestionar lo que sucede en Cuba, ciertamente es una realidad que no me interesa en demasía, lo mío es Chile. Lo que me enerva de esta situación es otra cosa, quienes creemos en la militancia dentro de partidos políticos, especialmente de derecha, estamos frente a una crisis de representatividad y desprestigio colosal. Los votantes cada día están -estamos- más desencantados con quienes están encargados de estudiar, crear y mejorar las leyes que regulan nuestra sociedad, y al mismo tiempo, nuestro enojo se incrementa al ver la falta de empatía que nuestros parlamentarios tienen hacia la realidad que todos vivimos a diario.Usemos nuestras competencias para apoyar desinteresadamente a las juntas de vecinos y agrupaciones sociales en sus acciones particulares, en sus postulaciones a fondos públicos y sus cartas de petición de acceso a beneficios.
Como soy de derecha, llevo meses -sino años- diciendo que nuestro norte debe ser lo social y que el vehículo para alcanzarlo parte del regalo de nuestra preparación en pro del ciudadano. Por lo mismo, tener que ver cómo un buen ex ministro del gobierno de la Udi, que además estuvo encargado de la reconstrucción de las zonas devastadas por el 27F, prefiere usar su semana distrital para ir a Isla, en vez de visitar a los vecinos que le dieron el voto, o por último, ir a las zonas de Chile que necesitan más representatividad, lo encuentro francamente irresponsable.
Mas si recordamos el antecedente de otro caso, de quien partió a Venezuela a sacar fotos donde no correspondía, para figurar como víctima de una opresión con personas haciendo filas para conseguir papel higiénico y leche de bebes. Pero, repito, tampoco me importa en demasía lo que sucede en la tierra inMadura, lo mío es Chile. Contraria a mi costumbre, reconoceré que el ex presidente Sebastián Piñera tiene la facultad para unirse a otros ex jefes de Estado y cuestionar la realidad de otras naciones, lo que no implica que coincida en cómo se hace esto.
Volviendo al análisis inicial, con qué cara ahora vamos a criticar a Navarrin cuando vaya a pedir plata al país cocalero o a la dictadura petrolera; con qué convicción vamos a poder criticar las acciones de todos los irresponsables que dejan de lado a sus votantes para salir a otros países. Este error es garrafal, bastaba hacer una marcha en plena Alameda, con exiliados cubanos contrarios al castrismo y así molestar a Orrego con una autorización que no quiere dar; pero no, era mejor caer detenido en una cárcel de alta peligrosidad, arriesgando distinto tipo de agresiones a la integridad personal, todo para poder dar una declaración en punto de prensa que de nada sirve en la opinión pública.
Voy a ser aún más ácido, por el bien del futuro de la alianza, o por lo menos de los RN que sí me importan. Nadie en este país (exceptuando los militantes de derecha) cree que algún político aliancista pueda ser un paladín de los derechos humanos, repito, nadie. Quizás los exiliados de Amplitud (aun no entiendo por qué no dialogamos con ellos y sí con la UDI), han logrado abrirse paso marchando por derechos sociales y las libertades individuales, sin tratar de ser considerados como los nuevos guardianes de los DDHH. Por lo mismo insisto, dejemos de hacer el ridículo.
Usemos nuestras competencias para apoyar desinteresadamente a las juntas de vecinos y agrupaciones sociales en sus acciones particulares, en sus postulaciones a fondos públicos y sus cartas de petición de acceso a beneficios. Trabajemos por recuperar una confianza extraviada en dictadura, dialoguemos con la oposición sin tratar de forzarlos a cambiar, tarde o temprano siempre hay una excepción que puede ver mas allá de lo evidente.
Comentarios