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Partidos y ciudadanía: reconquistar la legitimidad democrática

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El Bicentenario de la República es ocasión de reflexión sobre lo avanzado por Chile a través de su historia, las tareas del presente y las proyecciones futuras.

Son momentos para alzar la mirada por sobre los afanes del día a día y no conviene confundir esa reflexión con los avatares del momento.

Es en ese plano – y no en otro – que he estado planteando algunas tareas pendientes de nuestro desarrollo democrático.

La necesidad de realizar cambios en la cultura y los procedimientos de los partidos políticos es universal. En todo el mundo, en la era de la información ellos viven una crisis de legitimidad. Esto abarca países desarrollados y en desarrollo, regimenes parlamentarios y presidenciales.

El papel de los partidos políticos, como el de toda la institucionalidad democrática, se encuentra afectado por la revolución de las comunicaciones, y está siendo cuestionada su relación con la ciudadanía.

Sin embargo, no hay alternativa frente a su papel central en las corrientes de opinión y propuestas de futuro que compiten en democracia.

Se trata de reforzarlos, y para ello es necesario que se abran a los ciudadanos; que actúen como organizaciones de bien público bajo escrutinio y control democrático. Sólo así no serán visualizados como instituciones particularistas al servicio de sus miembros y sólo ligados a un desnudo ejercicio del poder.

Chile también lo necesita: somos uno de los sistemas políticos mas fuertes de la región, pero nuestros partidos están muy atrás en el aprecio de la gente y en la necesaria legitimidad de sus líderes. No hay otro camino que ampliar sus bases, hacerlos atractivos a los jóvenes, hacer participar a sus electores en la elección de sus dirigentes y candidatos a la representación popular. Es decir, elecciones primarias abiertas y vinculantes, como las que se hicieron las 2 veces que fui candidato presidencial, en 1993 y 1999 y, más recientemente, el 2009.

Sólo así conformaremos una democracia sólida del siglo XXI con partidos políticos nuevamente apreciados y legitimados.

 

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5 Comentarios

apechile

Lo mas sorprendente de nuestra democracia es la fragilidad que mostró cuando un hábil oportunista que maneja los medios, logro posicionarse por sobre una tradición, la «gente» lo ha seguido a ultranza, sin siquiera requerir de algún norte político o económico.

En este contexto los medios pesarán mas que los votos, no importando así si hay o no primarias abiertas u otro mecanismo para selección de candidato, Quien tenga financiamiento y ambición suficiente siempre tendrá mejor oportunidad de superar a quien solo tenga tradición e ideología.

    fatimao

    Estimado Andrés, las grandes revoluciones y cambios sociales fueron impulsados por la ciudadanía, por la «gente» organizada y con ideales claros.
    ¿Por qué esa lógica del financiamiento no se puede romper, también en Chile? Depende de todxs nosotrxs!
    Saludos!

xavier

La representatividad y legitimidad de los partidos va más allá de las elecciones. Al final los partidos politicos una vez que salen elegidos se dedican a representar sus intereses (y los de los empresarios amigos) y no los intereses de quienes los votan.

jorge1812

No basta con garantizar primarias al interior de los partidos -mientras éstos tienen nichos de poder garantizados gracias al sistema electoral- lo que termina por convertirlas en meros instrumentos de legitimación de las oligarquías partidistas. Un adorno para una proclamación ya cocinada a cuatro paredes.

Lo que hay que hacer es aumentar la competencia política a nivel general, al interior como fuera de los partidos.

Es decir, que gente -independiente de militar o no en alguna organización política- pueda competir por un cargo de representación, de igual a igual, sin las desventajas y asimetrías que hoy significa competir electoralmente con el aparataje de un partido político.

Esto incentivaría un diálogo mayor y más rico a nivel local y parlamentario, puesto que los acuerdos no estarían determinados por las disciplinas partidarias, ni las imposiciones de mesas directivas autoritarias, o por la imposición de los intereses corporativos y clientelares de un partido grande sobre uno pequeño, como ocurre hoy en la partidocracia imperante.

nicodelsolar

nicodelsolar

Dejemos en claro que los partidos politicos son un mal necesario para la organización y vida política del país.

El punto radica en la oportunidad que tienen todos los chilenos de ingresar y manejar finalmente el destino de los mismos y no lo que sucede en la practica, ser manejados por ellos. Así, la proliferación de candidatos independientes es cada vez mayor. El hastío de la direccción que hacen las cada vez mas viejas cúpulas, no hace sino estancar el desarrollo de nuevos líderes.

Sin embargo, mucho de estos independientes vuelven al nido que los vio nacer, simplemente por falta de financiamiento. No es posible en este país ser electo a un cargo popular si no se tienen los recursos para hacer una buena campaña publicitaria. El manejo de los medios es trascendental para la vida politica moderna.