¿Existe relación entre los modelos de generación eléctrica y el desarrollo de los territorios donde estos se alojan? La respuesta es sí, existe una relación entre ambos y si bien todavía queda por investigar y demostrar cuán importante es esa relación, debemos poner en consideración está cuestión a la hora de dar curso a políticas en el ámbito energético chileno.
La ciudadanía en general desconoce un sinfín de temas técnicos que rodean el tema energético y concretamente nuestro modelo de generación eléctrica. Cuando la gente se mostró en contra de la instalación de una termoeléctrica en Barracones, poco se sabía de las cuestiones que implican nuestro modelo energético. Por ello es tan importante la información y, sobre todo otro, punto de vista.
El diario La Tercera publicó ayer una interesante nota sobre la decisión del consejo de ministros de dar curso a la conexión entre el sistema interconectado central (SIC) y el sistema interconectado del norte grande (SING). La conexión de los dos más grandes sistemas chilenos dará la posibilidad de reducir importantes problemas que hasta ahora se presentan. Una vez conectados se necesitarán menos centrales de respaldo, puesto que – digámoslo de manera sencilla – un sistema respaldará a otro. En la citada nota también se destaca que aquello colaborará en la implementación de energías renovables por el mismo hecho de contar con centrales de respaldo.
El costo de la conexión, que aún se está evaluando será de aproximadamente unos 600 millones de dólares. Así explicada, la idea resulta muy interesante y junto con darle la ¡enhorabuena!, deberíamos hacernos algunas preguntas sobre qué modelo energético está siguiendo el país y cuáles son las alternativas que desde una propuesta progresista verde podemos hacer.
En el ámbito energético, como en casi todo, hemos privilegiado un sistema de libre mercado que ha entendido el desarrollo como una cuestión de porcentajes totales y chorreo en vez de una mirada del desarrollo privilegiando lo humano y la diversidad de dimensiones que éste contiene. Por ello, no es novedad que las políticas que emanan (y emanaron) sean de corte liberal, buscando socializar los costos y privatizar las utilidades.
Siguiendo la nota, es cierto que la conexión del SIC y el SING son una gran noticia para las grandes empresas que necesitarán en el futuro más energía para la producción que se planifica para los próximos años. Es, por tanto, un favor a las empresas, que con este modelo tienen al Estado a sus órdenes y requerimientos en un sistema neo-liberal de desarrollo energético.
También es cierto que bajarán los niveles de contaminación (aparentemente), por una simple cuestión matemática. Ya que si en vez de dividir 100 por 1000, lo hago por un 1.000.000 claramente el resultado es más bajo ¿cierto? No hay mejoras reales, simplemente aumento el tamaño del sistema y reduzco por arte de magia la huella de carbono al incluir en un sistema como el del norte grande que actualmente es de un 96,6% de generación termoeléctrica, a las hidroeléctricas.
En teoría la idea es que mejoramos la capacidad de generación y la seguridad para las grandes empresas, clientes no regulados que son los que utilizan el 60% de la energía. Es posible que a los regulados, todos nosotros, nos baje en algo la factura media, pero a qué costo ambiental.
El Estado chileno una vez más invierte en favor de las grandes empresas, como la gran minería del norte grande, que también es la gran contaminante del agua y produce residuos de dudoso tratamiento.
¿Es posible una alternativa diferente? Claro que sí. Podemos avanzar con esa misma inversión, con un instrumento parecido al que propone la comisión nacional de energía, en tener un plan para cambiar totalmente el actual modelo de generación energética en el norte, que sea también financiado por privados, pero que en definitiva produzca más y mejor desarrollo. No sólo sería limpio; también traería trabajo de largo plazo a las familias que viven en los territorios.
Actualmente, la línea de transmisión sólo produce un tejido productivo en su fase de implementación y luego las mismas empresas se hacen cargo de la mantención, sin beneficiar el desarrollo de los territorios por donde pasa dicha línea de transmisión.
Debemos dejar de subvencionar la riqueza de unos pocos y apostar nuestro dinero al desarrollo de la gran mayoría de chilenos y chilenas que pueden vivir perfectamente en un país con desarrollo sustentable.
* Sociólogo, Master y candidato a Doctor en Medio Ambiente.
————————————
Foto: Mutan Rashen / Licencia CC
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad