Año de elecciones y al poco andar ya hemos visto algunos sucesos que deberían generar más de algún dolor de cabeza al mundo político, pues para nadie pasó inadvertida la abstención del 94,6% en las ultimas primarias de la Nueva Mayoría y Chile Vamos, dejando un incierto panorama para los próximos comicios municipales de octubre ya que el fantasma de la baja participación se hace presente y con más fuerza que nunca. A pesar de todo esto, los partidos políticos siguen su enérgica marcha hacia lo que se viene, han surgido nuevas colectividades además de un gran número de candidaturas independientes, apelando a que este “podría ser su año” debido al enorme descontento de la ciudadanía con la política. Pero más que avizorar una oportunidad de cambio en estas próximas elecciones, hemos visto en reiterados casos “ofertones” y críticas vacías, todo esto anunciado con letras de liquidación. Sin duda se ha empobrecido el debate y es en este punto donde surge la interrogante ¿Dónde quedan las ideas y propuestas?
Para responder esta pregunta nos bastaría con mirar a nuestro alrededor y ver quienes ya se han alzado como rostros que llegarán a la papeleta en octubre, revisar algunas declaraciones y en base a eso sacar un diagnóstico. En repetidas oportunidades el menú no variará mucho y la irresponsabilidad a la hora de ofrecer nuevamente será premiada con el voto de un electorado apático pero con una memoria bastante frágil en varios casos. En este punto se hace pertinente recordar que la culpa es compartida y el tirón de orejas también debe retumbar en los candidatos, quienes en muchas oportunidades –cuando pertenecen a alguna colectividad– llegan a completar los cupos se dan vuelta en slogans y frases repetidas que hemos escuchado desde “el año del Rey Perico”, pues si lo pensamos bien están obligados a competir y algo deben decir para aportar votos al rostro de la lista y quién sabe si son arrastrados. Por eso los candidatos caen en la irresponsabilidad de ofrecer sin ningún filtro y repetir como parlanchines las mismas frases de incitación al voto.“Seré la Alcaldesa de los adultos mayores y los jóvenes” “Soy el Concejal de los pobres” Simpáticas frases pero que muchas veces esconden la brutal falta de propuestas y sentido a una candidatura
“Seré la Alcaldesa de los adultos mayores y los jóvenes” “Soy el Concejal de los pobres” Simpáticas frases pero que muchas veces esconden la brutal falta de propuestas y sentido a una candidatura. Esto se evidencia de manera sencilla y es que muchas veces los propios postulantes no tienen claro o simplemente no conocen sus atribuciones y funciones. Sin saber aquello podríamos deducir que no tienen conocimiento alguno de la Ley 18.695 o LOC de Municipalidades, la cual reglamenta legalmente el funcionamiento de la misma. Claramente esto afecta la seriedad de cualquier propuesta de cualquier índole o postulante al Concejo Municipal, ya que si ni siquiera se conoce a lo que se va no podemos esperar mucho. Por eso es imperativo recordar que no solo las ganas de trabajar son suficientes, sino que también hay multiplicidad de elementos que son necesarios al momento de ejercer esta labor de servicio público.
Más que quedarnos en lo negativo y redundar en las carencias que presentan gran cantidad de candidatos que se medirán en octubre próximo, es necesario señalar que el objetivo de esta columna es justamente realizar una crítica constructiva a partidos políticos y postulantes independientes para que así no solo dejen de lados los atractivos “ofertones” que se intentan vender antes de cada elección, sino que también es un llamado a poner los pies sobre la tierra, estudiar detenidamente el funcionamiento de una Municipalidad, conocer claramente las atribuciones y funciones del cargo al que se postula y en base a aquello poder saber perfectamente “a lo que se va”, generar propuestas aterrizadas y realizables desde el espacio a ocupar para así no crear falsas expectativas, lo que finalmente puede ayudar a ejercer cargos con mayor responsabilidad. Sin duda estas simples acciones podrían ayudar mucho a mejorar la calidad de la política que tenemos actualmente y por consiguiente, iniciar un largo camino de reconstrucción de la confianza entre la ciudadanía y la política, aunque la gente también debe tomar un rol activo exigiendo estos requerimientos a los candidatos. En ese sentido es muy necesario recalcar todo lo dicho anteriormente con una reflexión final y es que cuando algo no resulta bien, siempre debemos ver que hicimos en el camino, identificar los errores y así no tropezar con la misma piedra.
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