Toda la carne a la parrilla. Longueira no entró a La Moneda, ni a Mideplan, ambiciones de las que había hablado alguna vez. El ahora ex senador entró al gabinete en un ministerio de menor cuantía política. Pero al que seguramente dotará de un relato. En las próximas semanas escucharemos repetidamente palabras como clase media o pymes en nuevos envoltorios. De todas maneras, el nuevo ministro deberá recurrir a toda su experimentada trayectoria para sacar brillo a esa cartera.
Con él, suben a seis los presidenciables de la Alianza en el gabinete. Si esa orquesta logra tocar afinada será muy seductora su música. Si no, el gobierno habrá gastado una bala de plata. Y ya no le queda otra.
SOS. Lavín entra a un ministerio que siempre ha estado dentro de los sueños de la UDI para dar más fuerza a su carácter “popular”, cuestión que planteó el ministro Kast en un comienzo, pero que no logró realzar.
Lavín sale de Educación porque no pudo contener la crisis ni dar rumbo al ministerio. Su mayor logro mediático fueron los denominados semáforos, que entran a la lavinesca colección de botones de pánico, playas en Santiago, bombardeo a las nubes, etc., con el que el ministro brilló en la era del cosismo. Pero también sale por que se complicó con sus vínculos anteriores con universidades privadas, en momentos en que el lucro es un tema en debate en el país.
Dañado en el ala en sus ambiciones presidenciales, Lavín tendrá la difícil tarea de sacar adelante, relevando, una cartera con poco peso político. El último que lo intentó en serio fue Luis Maira y no le fue bien.
Diálogo. El ministro Bulnes ha sido destacado como una autoridad que busca el diálogo. Su traslado a Educación pondrá a prueba tal capacidad. Tiene que trabajar mucho para evitar ser subsumido por un ministerio que es una “máquina de moler carne”. Hay mucha pega ahí, y el estará más expuesto que en Justicia a los vaivenes de la política. Las expectativas que hay sobre él pueden terminar jugando en su contra.
Operado de los nervios. En la vocería se elige a un político experimentado que puede a la vez abrir diálogos con la oposición y ser rudo. El cambio de la ministra Von Baer era una necesidad. La ex autoridad nunca pudo encontrar el tono adecuado e hizo de aquella vieja monserga marketinera de la repetición constante, un dogma. Chadwick va con pretensiones de conducir, según sus primeras señales. El nuevo vocero se atropella en sus declaraciones, como queriendo dejar en claro el gran vacío que existía en el área comunicacional del gobierno.
Hinzpeter recargado. Hinzpeter se queda en La Moneda. Esta es la señal más potente del cambio de gabinete, confirmando la simbiosis que tiene con el Presidente y lo que representa en el diseño de gobierno.
Aunque cuestionado en su rol de conductor y con resultados intermedios en seguridad pública, Hinzpeter representa un alma liberal que no tiene demasiada fuerza política en su sector pero que de no existir, la derecha no habría llegado ser gobierno.
Conducir a un equipo experimentado será una tarea más ardua de lo que venía haciendo este ministro, pero hay un grupo más político que el anterior. Esto incluye la conversión de Golborne de técnico a político. El nuevo Ministro de Obras Públicas cortará cintas y, desde luego, no olvidará, ahora con mayor poder, sus desavenencias con el recargado jefe del gabinete. Además, con Chadwick en La Moneda siendo el equilibrio político que la UDI buscaba en palacio, se abre la competencia entre ambos por la conducción.
En definitiva, el nuevo gabinete tiene la tarea de sacar adelante la gestión política y abrir el diálogo. Esto último nada de fácil porque hoy la oposición no solo está en el parlamento. A eso se suma que es un gabinete con exceso de presidenciables: si la orquesta toca bien, será interesante observar su desarrollo, pero para eso se requiere un director que encuentre los tonos adecuados. De lo contrario, las zancadillas estarán a la orden del día y, cuando alguien se de cuenta el segundo tiempo ya habrá terminado. Y el procedimiento de intercambio entre senadores y ministros aunque constitucional y usado antes de manera excepcional, excedió los marcos de toda prudencia y no será fácil convencer a los actuales diputados de la alianza que otros ocupen escaños senatoriales que ellos piensan reservados para sí.
Entretanto, el nuevo gabinete despertó en su primer día con una mala noticia. El índice de victimización de Paz Ciudadana experimentaba un alza significativa. Desde 2007 que no subía. Esto fue anunciado por el Presidente la semana anterior cuando comentó las dificultades para "terminar con la delincuencia". Cuesta arriba.
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