¿Hay presos políticos en Chile? Es una buena pregunta que algunos no se atreven a hacer y otros responden taxativamente de manera positiva o negativa. Mientras hay un sector que mira sarcásticamente esta definición sobre quienes aún están presos por haber participado del estallido social del 18 de octubre del 2019, desde la otra vereda afirman que el hecho de que haya personas detenidas por razones políticas es la evidencia más clara de que estaríamos en una dictadura. Cuestión que no es tan así. Las dictaduras tienen muchos otros componentes que hoy no se observan.
Para ir despejando un poco lo que está pasando con quienes están privados de libertad sin aún un proceso claro, se puede decir que, según los estándares comunes, se pueden identificar motivos políticos detrás. ¿La razón? Porque hay criterios políticos no explícitos. Porque las prisiones preventivas han durado más de lo que se estima que deberían durar, sin que se dé una explicación convincente y acorde al estado de derecho, y hay quienes han sido procesados con un agravante invisible, pero presente, que es el haber participado de un evento político de características políticas.¿Es posible creer que no hay presos bajo agravantes políticas implícitas con un Estado que tiene cierta noción de lo que es la “seguridad nacional”? ¿Parece tan descabellado señalar que hay cierta categorización soterrada de lo que es ser un “enemigo político”?
Cuando se dice esto, por lo general se acostumbra a cometer un error desde ambos lados. Desde la derecha, particularmente, se estima que afirmar que hay presos bajo los mencionados criterios políticos es glorificar un tipo de acción; pero lo cierto es que, si bien bastante gente lo hace, en principio esta definición debería hacer visible que la privación de libertad en estos casos no es solamente por acciones comunes.
¿Es posible creer que no hay presos bajo agravantes políticas implícitas con un Estado que tiene cierta noción de lo que es la “seguridad nacional”? ¿Parece tan descabellado señalar que hay cierta categorización soterrada de lo que es ser un “enemigo político”?
Pero ojo, al decir esto, no se quiere decir haya heroísmo en quienes están detenidos necesariamente; tampoco tendría, como dije atrás, la osadía que da la ignorancia de afirmar que estamos en una dictadura en curso y que ellos son los mártires de la lucha contra ella. Estamos hablando de las visiones bajo las que se deciden ciertas situaciones procesales. De si están en la situación que están simplemente por los actos de los que se les acusa, o porque hay representado en sus figuras un adversario político más que un delincuente común, según nociones ideológicas que permean nuestra institucionalidad. Esa es la pregunta. Y la respuesta no es tan difícil de conseguir.
Temas como estos deben ser tratados con cuidado y no ser sometidos al discurseo fácil. Frente a un gobierno que anda viendo conspiraciones hasta demenciales, lo correcto es no hacer de todo una gesta heroica. Más bien hay que clarificar lo oscuro. Y lo claro es que hay un proceso digno de ser mirado de cerca. No debiera extrañar la posibilidad de que haya una especie de “señal política” que se quiere dar con ciertos detenidos. Y eso, repito, no los convierte en héroes, sino que puede revelar vicios ideológicos en nuestras instituciones.
Comentarios
17 de diciembre
Estoy de acuerdo en que dejen libres a todos, menos a los que aprovecharon las manifestaciones para cometer saqueos y quemar buses.
Lo otro, no pueden convertir estos hechos en costumbre. Esta masa es igual a un cardumen, es decir, actúa mucho más de lo que piensa y esto último es peligroso. Ya es tiempo de parar las protestas violentas y comenzar a pensar en buscar buenos constituyentes que defiendan las demandas sociales.
Saludos
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