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Ministerio Seguridad Pública: objetivos desde el desarrollo regional

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Con la creación del nuevo Ministerio de Seguridad Pública, se espera que las coordinaciones de seguridad sean cada vez más especializadas. Un Estado que se reorganiza institucionalmente para responder a las problemáticas sociales demuestra su compromiso con los asuntos que afectan a las personas, como el crimen organizado, la violencia y la protección de las fronteras.

Este ministerio, compuesto por Carabineros, la PDI, Gendarmería, la Agencia Nacional de Inteligencia, gobiernos regionales y municipales, permitirá coordinar nuevas estrategias de seguridad, que hasta ahora han sido insuficientes en la práctica, bajo la Política Nacional de Seguridad Pública (PNSP). Sin embargo, junto con este ministerio, es urgente crear un marco legal que establezca directrices claras para los planes de seguridad y sus instrumentos respectivos. Este marco permitiría no solo una mayor eficacia, sino también avanzar gradualmente en su estructura orgánica para lograr una descentralización efectiva, llevando el ministerio a las regiones del país.

Este enfoque me recuerda a la creación, por parte del expresidente Eduardo Frei Montalva, de una institucionalidad dedicada exclusivamente a la planificación y a las viviendas sociales. En 1965, con la creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y a raíz de los desastres naturales como los terremotos, así como de las estrategias de planificación territorial de la época, se logró articular un plan ordenado para organizar el territorio. La coordinación interinstitucional durante la crisis fue tan eficaz que la gestión se percibió como un gran logro ministerial.

A lo largo de nuestra historia, hemos visto cómo los instrumentos de planificación creados bajo nuevos ministerios han tenido que actualizarse constantemente para abordar los desafíos del momento. Esta actualización ha sido crucial para mejorar las políticas públicas urbanas y rurales, y ampliar tanto el radio urbano como la participación ciudadana. En este sentido, la creación del nuevo Ministerio de Seguridad Pública debería seguir el mismo camino: modernizar el Estado, enfocándose en áreas clave como la seguridad pública, el territorio y la seguridad humana.

Hoy, este ministerio debe posibilitar una mayor coordinación entre las policías, los gobiernos regionales y los municipios. Si bien existen los Consejos de Seguridad Pública, no es lo mismo realizar una coordinación estratégica interna respaldada por una ley que garantice el secreto de estos temas y futuros consejos, evitando que se conviertan en información pública. Esto es especialmente importante, considerando que los casos de corrupción o acuerdos entre actores poco éticos han expuesto estrategias de seguridad, particularmente en las coordinaciones entre agentes policiales y narcotraficantes.

Desde las regiones más alejadas de Santiago

Fomentar la descentralización en materia de seguridad debe ser una prioridad, y debe ir de la mano con lo que permitirá el nuevo ministerio. Es necesario crear una Política Nacional de Seguridad Rural (...) Para que la descentralización sea real, es necesario mejorar las estrategias a nivel municipal, regional y nacional

La Región de Los Ríos, una de las más extensas en territorio rural, representa el 56,8% de su superficie. Esta realidad genera una brecha en la coordinación de seguridad, que se concentra en las zonas urbanas y deja desprotegidas las áreas rurales. La falta de una Política Nacional de Seguridad Rural es una grave omisión para enfrentar el delito y la violencia en las zonas más alejadas. Si bien los delitos ocurren en todo el territorio, el narcotráfico encuentra en estas zonas un terreno fértil para sus actividades ilícitas. Las rutas ocultas, la escasa presencia de cámaras de seguridad, la falta de patrullajes y la débil coordinación intercomunal están dejando una deuda pendiente en la seguridad pública.

La ausencia de medidas efectivas ante esta situación solo ha incrementado el poder de las organizaciones delictivas, al aprovechar la falta de control y fiscalización. Existen diversos factores que dificultan la mejora de las condiciones en los municipios y las regiones, como los presupuestos limitados de las direcciones de seguridad, la falta de personal especializado y un enfoque predominantemente preventivo centrado en el espacio público urbano. Sin embargo, estas medidas no han logrado reducir los puntos de calor del delito, que siguen expandiéndose hacia el territorio rural.

Fomentar la descentralización en materia de seguridad debe ser una prioridad, y debe ir de la mano con lo que permitirá el nuevo ministerio. Es necesario crear una Política Nacional de Seguridad Rural, aumentar la dotación de policías, restructurarlas, mejorar la infraestructura para las tenencias de carabinero, establecer policías de investigaciones en otras comunas, aumentar el presupuesto para regiones y municipios de forma equitativa, modificar la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. De lo contrario, solo estaremos descongestionando el rol del gobierno central sin hacer efectiva la descentralización de los asuntos de seguridad pública. Para que la descentralización sea real, es necesario mejorar las estrategias a nivel municipal, regional y nacional. Solo con políticas coordinadas y un enfoque más efectivo podremos frenar el avance de la delincuencia y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.

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3 Comentarios

Maineim

Me gustaba el camino a la antigua, con hartos carabineros en las calles y fiscales y jueces que actuaban en contra del delito, hasta que todo cambió. Los carabineros fueron perseguidos, golpeados e incluso se les intentó quemar vivos y así su interés por pertenecer a Carabineros decayó y disminuyeron los carabineros disponibles; de hecho, por el octubrismo hay más carabineros detenidos que terroristas que incendiaban el país… También fueron cambiados los fiscales y jueces con cierto criterio desproporcional que, junto a la apertura de las fronteras, han ocasionado aumentos en la delincuencia que no se han detenido. ¿Habremos de suponer que con un nuevo Ministerio de Seguridad se actuará con un mínimo de criterio y ahora las fronteras estarán cerradas al ingreso de los delincuentes que nos envía el viejito pascuero a disfrutar de los beneficios en Chile de un estado de bienestar en el que son atendidos los extranjeros con preferencia sobre los criollos, mientras solo estos últimos pagan los impuestos que se necesitan para mantener a los mantenidos extranjeros? Paso de la idea de cuestionar a este Ministerio por ser un aparataje político que ofrecerá suaves asientos en buenos lugares a algunas posaderas ansiosas de buenos sueldos. Más podría preocuparme que este Ministerio albergará bajo secreto asuntos de seguridad que serán controlados por una extrema izquierda admiradora de terroristas metralleteros lunáticos tal como el inigualable gurú de la destrucción, el señor Allende… Y digo que me preocupa más lo uno que lo otro porque el Estado ya tiene más de 900.000 empleados públicos, entonces que lleguen otros cien mil parásitos y que lleguemos a un millón de empleados públicos creo que ¡debiera ameritar una gran celebración nacional!, por convertirnos en un país distinguido en el mundo por albergar a tanto parásito inútil que presiona por mejores sueldos y aguinaldos, mientras la pega la hace la policía y los fiscales y jueces se hacen los lesos…

cristian barria

Sabe este sujeto «desentralizador», que el incorporar a las principales policías y los organismos penitenciarios es una idea NAZI, que además es hasta el día de hoy considerada por el derecho internacional público penal , como una organización criminal estatal. Que este IGNORANTE, busque en internet la rhsa de los tiempos de hitler y después opine,

Jifhxciug

Todo sistema enorme que presente parasitismo, deficiencias o problemas, debe ser mejorado, o racionalizado, si se quieren mejores resultados, entendiendo a esto como los resultados que nos hacen estar mejor a casi todos, o a ese todos probabilístico. Ejemplo uno, las AFPs, en las que no se ha racionalizado lo que es burdo en el sistema, tal como la forma en que se retienen los dineros para no pagar nunca un monto principal importante (más bien cuando todo el monto del afiliado es relativamente pequeño), a lo que se suma impresentablemente los supuestos años hasta los que vive “la víctima de las AFPs”. Es decir, cuando uno ve esta clase de burderío o abuso descarado del sistema en contra de las víctimas, uno entiende que nadie en ninguna parte está para arreglar estas cosas y que todos los discursos son falsos, inútiles o mal intencionados en el sentido de querer privilegiar a las AFPs. Todo esto me hace suponer que sería bueno que hubiera una AFP de los trabajadores que actúe racionalmente respecto a lo comentado, mejor si a esto se le suma un banco que mejore los montos de los afiliados.

Otro ejemplo de sistema por mejorar, apenas racionalizando lo burdo que hay en él, sería lo que comenta esta columna sobre seguridad y un nuevo Ministerio que ¿traería seguridad? ¿Qué le pediríamos a este Ministerio como salida de su operación? Que las fronteras se cierren, que los delincuentes no sean liberados sobre cierto nivel de reincidencia, ya que algunos entran y salen del sistema penitenciario casi como deporte (habría que buscar al récord nacional con más detenciones). Al cerrar las fronteras se cierra el grifo de entrada clandestina y algo de delincuencia que así no llegará al país. Al evitar la salida de delincuentes con cierto nivel de reincidencia cerramos otra gotera que derrama delincuencia. Y tercero, habría que quitar de las cárceles toda la chatarra que los hace delinquir desde la cárcel. Habría que bajar el costo de mantener cárceles y presidiarios a como dé lugar para acomodar a nuevos huéspedes en nuevas cárceles. Respecto a fiscales y jueces pro ideas de Gobierno que suelen dejar en libertad a algunas personas ¿qué podríamos decir para racionalizar la situación?

En resumen, si no se quita lo burdo que está mal en los sistemas, la gente seguirá creyendo que los políticos no vienen a representar al pueblo. Por lo mismo creo que el pueblo debe ser representado a través de un Poder Civil que vele por sus derechos y asuntos económicos para protegerlo del Estado y de la mafia política coludida con intereses que no procuran el mejor bienestar posible para todos…

¿Qué decir de la minería y la vergüenza sobre cómo y cuánto se roba en Chile?