Cuando en la Concertación perdimos el gobierno hace más de un año, muchos chilenos y chilenas lloraron de manera amarga. Extrañamente, quizás, a mi ni siquiera se me pasó por la mente. Es posible que la razón esté en que el resultado de la elección no me sorprendió como a tantos, porque era consciente desde hace mucho que esa era una posibilidad real si éramos objetivos en el diagnóstico de cómo iban las cosas en los gobiernos de la Concertación.
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gabmarin
Victoria, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. No recuerdo como se resolvió el caso de la Sra. Wolff, pero sí recuerdo en su momento la lapidación pública que sufrió por un tema menor (reprobable, pero menor) cuando mayores desaguisados estaban ocurriendo y cuyos protagonistas hoy siguen campantes sin dar cuentas. Las últimas filtraciones de Wikileaks demuestran que a mayores niveles que los de la Sra. Wolff, las habas que se cocían eran más podridas. Ella tuvo la decencia de poner su cargo a disposición.
esilvau
El caso de La Florida confirma mundiagnóstico: somos ciudadanos huachos. Los ciudadanos solíamos hasta hace algún tiempo, depositar con cierta tranquilidad nuestra confianza en nuestros representantes. Podríamos también cambiar la palabra «tranquilidad» por «comodidad», en honor a la verdad.Sin redes sociales ventilando el comidillo político, anticipándose al comunicado de prensa , a la noticia publicada, la verdad es que poco y nada uno se enteraba de los altercados internos.
Las cosas cambian, no las roscas, que siempre han existido, solo que ahora son algo más tristemente evidentes. Cuando la Concertación estaba en el poder muchas cosa se ocultaban para mostrar una foto que hablara de lo bien que se llevaban, no hacerlo así implicaba un costo más alto, la pérdida del poder. En este escenario cuando poco o nada hay que perder, cuando todo está a un tweet de distancia, las cosas son distintas.
Mi problema es simple: a quién le creo? Yo trabajé con la Elinett y claro que le creo lo que me dice, a pesar del absurdo episodio que señala Victoria en el post anterior, cualquiera, que obviamente no se ciega por el titular chanta con bombos y platillos, sabe que la Elinett jamás se hizo rica a costa de su trabajo en el sector público, sino lo cree consulte en Transparencia o vaya Contraloría a averiguar como siguió su caso.
Le creo al señor Gajardo, no lo conozco pero tiendo a creer que es un hombre honorable. Le tengo que creer a Andrade cuando dice que no sabía nada? Si es él el Presidente del Partido Socialista.
El señor Gajardo dice que su partido no lo apoyó. El señor Carter, siendo de la Alianza, por su parte dice que sí apoyo y con fuerza a Gajardo,
La conversación no presenta hasta ahora antecedentes contundentes en que se sustenta el altercado. Si viviera en La Florida no se que pierdo, no se que gano en un bando o en otro.
A una ciudadana huacha como yo solo le quedan algunas lecciones:
1. Ser socialista puede ser una gran gama posibilidades.
2. Ser socialista o de la Concertación, o de la Alianza no le asegura al ciudadano nada.
3. No podemos seguir avalando que nuestras autoridades se repartan la torta como un botín. SI LA TORTA SOMOS NOSOTROS, los hasta ahora, demasiado silenciosos.
4. Se tienen generar procedimientos y condiciones que aseguren que esto no solo sea un altercado entre dirigentes, pues la ciudadanía debiera tener un mecanismo para hacer sentir nuevamente su voluntad. Lo mismo debe pasar cuando dimite un diputado o senador.
5. Situaciones como esta dan cuenta y visibilizan las pifias de una democracia frágil.
Como ciudadana huacha, con la fe fracturada en la dirigencia, creo que hay que sacar lecciones y organizarnos para fortalecer una democracia más sana y más participativa.
xavier
Probablemente está señora no lloro por que ella ya habia perdido el trabajo, no como los otros que lloraban ante la perspectiva de la cesantia. Excepto su jefa, claro, que cambio una central termoelectrica en un area verde por un trabajo de primera en la ONU.
vickyleft
¿»Nos duele a los puros y sinceros»? Me parece impresentable que una funcionaria del ex gobierno de la Presidenta Bachelet que se hizo tristemente célebre haciendo mal uso de los bienes fiscales, tenga cara para escribir sobre los puros (!) y sinceros y se incluya entre ellos.
Más impresentable me parece decir que es por los enjuagues deshonestos que la gente dejó de votar por la Concertación. Entre las grandes razones de la caída de la Concertación está, justamente, este doble estándar para predicar cuando se tienen cuentas pendientes con uno mismo. No necesitamos la Concertación de los que lloran y se pegan en el pecho. Necesitamos una alianza de gente honesta en la que podamos confiar, que establezca alianzas confiables -no como en la Florida- y que sea capaz de hacer los mea culpa que corresponda sin caer en la autoveneración.
No quiero caer en la falacia «ad hominem», pero me parece que hay que tener cuidado con lo que se dice, más cuando se habla tan bien de uno mismo en la pasada.
La pena de la falta de modestia, me inunda el alma.