Es la hora de pedir perdón. Eso por lo menos es lo que ha quedado en claro en estos días que anteceden a los cuarenta años del Golpe de 1973. Algunos piden que otros se disculpen por lo que apoyaron, ya sea la UP o la dictadura de Pinochet, tratando de dejar así el acto de disculparse por la historia como algo colectivo y, por lo mismo, el hecho mismo del 11 de septiembre como un karma transversal para la historia de Chile.
En los periódicos oficialistas -y grandes propagandistas de lo sucedido- han aparecido grandes personeros de lo que fue la Unidad Popular pidiendo disculpas o haciendo, nuevamente, un reconocimiento de lo sucedido. Que eran muy inexpertos y que la juventud los traicionó. En definitiva: que estaban muy equivocados en el accionar es lo que sale a la luz con entrevistas y declaraciones. Todo muy comprensible y hasta digno de protagonistas de una historia tan compleja como la ocurrida hace ya cuatro décadas.
Sin embargo, lo que parece curioso es de quienes vienen estas explicaciones. Uno es Oscar Guillermo Garretón ex Mapu y el otro es Max Marambio, ex MIR. La coincidencia de ambos es que hoy en día sus labores revolucionarias fueron dejadas de lado y lo suyo son las grandes empresas. Garretón ha sido destacado ejecutivo de un sinnúmero de corporaciones en Chile, mientras Max Marambio formó su fortuna en Cuba, en un extraño acto “revolucionario” al alero de la dictadura castrista. Ellos dos hoy son las principales voces que, a través de medios de comunicaciones que en los setenta ponían “Se Busca” debajo de sus fotos, han hablado de su “infantilismo” y mirado el proceso con cierta melancolía critica.
¿Está malo eso? Claramente no. Al contrario, hacer criticas -como lo ha hecho la izquierda desde el comienzo de la dictadura- a un proceso de las magnitudes de la UP, es sensato. Recordemos que, independiente de lo central de la idea que puso el gobierno de Allende sobre la mesa, hubo intolerancias, desacuerdos y situaciones que terminaron socavando la estabilidad del objetivo central del proceso. El tratar de hacer cambios con minorías en el Congreso no fue lúcido. También hay que recordar que Allende discutió con muchos de quienes hoy se sientan en grandes sillones empresariales con sus poncheras de multimillonarios, sobre la manera en que se debían concretar algunas medidas, mientras éstos dudaban mucho de la efectividad de la vía institucional.
No obstante lo anterior, la visión del mandatario era la del gobierno, que era la de una revolución a la chilena -que muchos podrían llamar realmente reformismo- que terminó, de todos modos, como todos sabemos. Por lo mismo, ¿son acaso los mencionados los verdaderos culpables que cualquiera que sea el conflicto, esto haya terminado en una violencia de proporciones? Si es que uno lee la historia, no. Esto porque, independiente de cómo se hubiera llevado a cabo o no la Unidad Popular, ya había fuerzas que querían detenerla desde un principio, desde antes, incluso, que el Congreso ratificara a Allende en la Presidencia. Antes de que se supiera cómo reaccionarían comunistas y socialistas en esta nueva alianza. Hubo personas que vieron el futuro de ese gobierno con anterioridad a que los mismos se dieran por perdidos al tratar de conciliar a reformistas con partidarios de la opción armada.
Son quienes hoy ponen a estos ahora hombres de negocios en los diarios a decir que la responsabilidad de ese quiebre democrático fue de todos los participantes y no así de un grupo identificado, y que el hecho de que hayamos estado gobernados diecisiete años por un autoritarismo gris y guardián de los intereses de unos pocos es una culpa colectiva. Son precisamente quienes no quieren pedir perdón. Quienes responsabilizan a una sociedad asustada y dividida de lo que sólo un grupo hizo y llamó a hacer.
¿Quiénes son ellos? Bueno, son precisamente quienes están exigiendo que los masacrados por un régimen militar de las dimensiones del que comandó Pinochet, y la derecha política de nuestro país, sigan ofreciendo sus disculpas. Pero sobre todo: son quienes hoy ponen a estos ahora hombres de negocios en los diarios a decir que la responsabilidad de ese quiebre democrático fue de todos los participantes y no así de un grupo identificado, y que el hecho de que hayamos estado gobernados diecisiete años por un autoritarismo gris y guardián de los intereses de unos pocos es una culpa colectiva. Son precisamente quienes no quieren pedir perdón. Quienes responsabilizan a una sociedad asustada y dividida de lo que sólo un grupo hizo y llamó a hacer.
Por lo mismo, parece importante diferenciar entre las responsabilidades de quienes quisieron cambios fuertes y bruscos, lo que iba en contra de una democracia y de las medidas de lo que La Moneda quería en esos años, y quienes llamaron a la ruptura sangrienta, cuando -aunque se diga lo contrario- siempre hay otras opciones más sanas para la totalidad de un país, y no sólo para el mencionado grupito. Una vez diferenciados, es preciso que quienes optaron por la opción militar, pidan perdón.
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Fabio Salinas B
Se equivoca crasamente, Allende nunca creyó en la revolución armada, tanto así que no tuvo la capacidad de defenderse para el golpe (ojo, golpe, no pronunciamiento). Le recomiendo estudiar la historia de vida de Allende y las verdaderas razones que llevaron al fatidico 11
Carlos Palma
Los únicos civiles que, aunque muertos, lucharon por que el régimen dictatorial fuera por cauces legales, a través de una constitución democrática, murieron con la dignidad de Chileno:
1.- Enrique Ortuzar
2.- Jorge Alessandri R.
La otra pleyade de jóvenes gremialistas, una cantidad innombrable tomaron el poder económico y político, contrariando incluso a altos jerarcas del regimen militar.
franmen
Con todo respeto estimado, tal revolución armada nunca sucedió. La única catástrofe armada fue la dictadura. Los desentendimientos señalados en el artículo en la UP fueron parte de todo proceso de dichas características, y que nunca llegaron a más. La UP independiente de lo señalado, debe haber sido una de las explosiones culturales más interesantes de este país, la que fue apagada por los grises uniformes.
jose-luis-silva
Estoy de acuerdo. De hecho no hubo tal revolución porque los miltares la impidieron: desde mucho antes habian campamentos de entrenamiento a guerrilleros, internación clandestina de armamento, grupos politicos con el propósito expreso de violentar a la población para forzar al camino de las armas, todos los ídolos y discursos revolucionarios, desde el mismo fidel en persona por los estadios, etc.. todo era un llamado a la guerra, incluso en los ultimos años surgieron grupos contrarevolucionarios como «Frente Nacionalista Patriay Libertad» con la misma determinación a la violencia que el MIR, nacido a mediados de los 60… no habia otra la revolución armada ya ocupaba la mentede todos.
Pero esa revolución no alcanzó a ocurrir gracias al pronunciamiento militar, que mantuvo unidas a todas las FFAA. Y eso es algo que se debe agradecer en lugar de pedir perdon.
El pronunciamiento se debe celebrar tanto como condenar los excesos posteriores.
Fabio Salinas B
Insiste en decir pronunciamiento,como si hubiero sido algo espontáneo, cuando basta con saber algo de historia para ver que fue planeado de mucho antes por EUA, la CIA y el gran capital, llegara o no llegara Allende al poder. Se qería instaurar el neoliberalismo por la fuerza, éramos sus conejillos de indias. La UP fue la excusa
Aníbal Domínguez
Lo central de todo esto es que prefiere uno: una dictadura comunista eterna estilo Cuba o China,con todas sus desastrozas consecuencias, o un Gobierno Militar garante de la libertad de asociación ,emprendimiento, etc. Nací el año 86, pero y no viví el pronunciamiento militar – una patriótica gesta que nos salvó de un régimen opresivo. El Presidente Pinochet y las fuerzas armadas salvaron al país,así de simple. El que no cree esto que se vaya a vivir a Cuba,o a otro país comunista.
vasilia
Lo central es que haya gente que siga creyendo las tonterias como las que ha puesto.
En primera, no llame «Presidente» a Pinochet. ¿O cuando fue la eleccion? Ah, cierto, NO HUBO ELECCION. Y en Chile, desde hace muchas decadas, los presidentes se eligen. A los no electos se les llama «dictador».
En segunda, ¿quien le dijo que ibamos a ser Cuba o China? ¿Sabia que Francia fue socialista un tiempo? Y no le fue tan mal. Finlandia, Dinamarca, Noruega tambien socialistas… ¿Por que dale que dale con la misma cantaleta de Cuba o China? Y seamos honestos: Cuba tiene un sistema educativo y de salud muy superior al de nosotros con bloqueo y todo, y China es potencia mundial, lo que nosotros jamas seremos.
El que quiere creer que Pinochet nos salvo es que no entiende que tal vez nos salvo de ser Suecia. ¿O que, cree que todos los socialismos son iguales? Sin Pinochet tal vez habriamos derivado hacia un Estado bienestar y no estariamos tan recontrafregados como lo estamos ahora.
E W Brownell
Muy acertado el analisis historico de lo que ocurrio durante lo que constituye la epoca mas negra de nuestra historia! BIEN
ramirezzjl
Hoy escuche a Melnick en la Agricultura; el y el clown del Hirane se jactaban de no pedir perdon.
Por que tendria que pedirlo yo?
fui militante de la Jota y dirigente de la Fechpor eso me expulsaron de la U el 73
Nunca mate, ni lesione a nadie; solo crei que podiamos mejorar Chile. Durante anos fui a trabajos voluntarios; tenia beca en la U y trabaje como control en los estadios desde los 13 anos para ayudarme.
Contemporaneos y militantes en la sede oriente: Ampuero, escritor al peo hoy; Villegas delator de cuanto companero hubo en sociologia de la U.
Nosotros no pediremos perdon; a nosotros nos tienen que pedir perdon
NADA, NI NADIE ESTA OLVIDADO
franmen
De acuerdo, los que deben pedir perdón son quienes evitaron desde un principio que se planteara una idea de cambio social. Esa es la reflexión de la columna.
jose-luis-silva
Su articulo es interesante y objetivo como muy pocos hoy en dia. Lo felicito Francisco.
Pero Usted no vivió ese tiempo. No fué un grupito que optó por una ruptura sangrienta, fué la gran mayoria del pais que pidió una intervención armada.
La visión de Allende ántes de ser presidente siempre fué una revolución armada, nose si a la chilena o no , pero armada, para él el trámite burocrático de someterse a elecciones y el resto de las insotituciónes serian un instrumento limitado de ación para su objetivo: Lo relacionado a la via armada era el clima que imponia y obviamente no podria haber terminado de otra forma con esa premisa.
En ese contexto y con esa premisa, nadie deberia pedir perdon por el pronunciamiento militar. Obviemente los abusos posteriores son definitivamente cuestionables
Saludos