Intentando ser justo, esta columna podría ser respecto de muchas otras personas. Sin embargo, lamentablemente para la gente unida demócrata e independiente, se han erigido en un símbolo de la corrupción política.
Pero no son culpables. No pueden.
La ceguera cognitiva no les permite ser culpables. En su sentido común no importa el hecho, sino que la invocación a la “causa”. El destino de los dineros pueden ser beneficencia, apoyo a candidatos menores o mayores que están comprometidos con “las ideas de la libertad”. Pero nunca el “enriquecimiento” de alguien bueno y justo como es Pablo.No, Pablo no es culpable. Como Jesús no lo era. Y como ese nazareno hace unos 1980 años, simplemente Pablo es víctima y mártir de una sociedad que no entiende la bondad de su misión.
Solamente con afán de aclarar, el cohecho no requiere que la dádiva llegué al sobornado.
Para la UDI, el cohecho no hace sentido, porque creen profundamente que las pesqueras merecen ser solo una pocas y que sean dueñas de todo. Porque las mineras no deben estar expuestas a pagar impuestos, “abusivos, coercitivos”.
La libertad de los empresarios de la educación es un valor supremo. No importa si la libertad para escoger de los padres sea una ficción teórica de su modelo de pensamiento.
No importa si las mujeres no tienen derechos, porque ellos defienden el derecho del que está por nacer, hasta que nace. Ni los trabajadores, ni los pueblos originarios, ni nadie. Primero deben preocuparse de sus “deberes”, como algunas mujeres deben usar faldas largas, para que no las anden violando.
No son culpables, porque desde que Chile es Chile, ellos han sabido lo que es mejor para la «indiada, la peonada, los flaites, los inmigrantes, la clase media».
No es que no sepan lo que hacen, es que los demás no entendemos. No vemos desde nuestro profundo resentimiento, que ellos saben cómo lograr una vida buena, aunque nos cueste otros 200 años, porque es mejor que “nadie nos regale nada.”
No, Pablo no es culpable. Como Jesús no lo era. Y como ese nazareno hace unos 1980 años, simplemente Pablo es víctima y mártir de una sociedad que no entiende la bondad de su misión. Pero, el pecado original de la UDI es abyecto. La libertad, el emprendimiento, el crecimiento y la capacidad de endeudamiento, son suficientes razones para que miles de chilenos y extranjeros fuesen humillados, torturados, asesinados, desaparecidos.
“Es lamentable…pero”, “Pocos fueron…”. Así es para ellos, ellos no pueden ser culpables y su “libertad es libre”, aunque nuestro chavismo la quiera aplastar.
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