Con la aparición del exdiputado, exsenador, exministro de Economía y excandidato presidencial por la Unión Demócrata Independiente (UDI) en una entrevista para El Mercurio afirmando que votará por aprobar redactar una nueva Constitución política y que se postulará a una eventual carrera para formar parte de la asamblea (convención) constitucional, el estado en la derecha chilena puede definirse como de crispación.
Esta aparición sería a propósito de las declaraciones del alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, quien expresó que considera necesario que el país necesita un Gobierno de centro “que incorpore muchos elementos de la socialdemocracia”. Esto es como proponer que el Partido Comunista de Chile deba incorporar elementos del neoliberalismo, por lo que el revuelo en prácticamente toda la derecha por la propuesta del alcalde Lavín, fue notorio. La derecha, esa que planta sus fundamentos filosóficos básicamente en la escuela de Chicago y la escuela neoclásica de Viena, que postula la urgente necesidad de establecer límites fuertes al Estado, y no es tolerable que las libres voluntades de los individuos sufran perturbación o amenaza por parte del Estado.Los movimientos al interior de la UDI han tensionado a todo el sector político, pues existe un temor sin una justificación expresa a levantar una alternativa para ofrecerla al interior de una asamblea (convención) constituyente
A penas se conoció la noticia de la entrevista a Longueira, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei declaró (y aclaró) que Lavín estaba equivocado en ofrecer un enfoque político de izquierda, a la vez que se ofrece para candidata de su partido para las próximas elecciones presidenciales Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales de 2013, elecciones donde su candidatura y coalición política sufrieron una estruendosa derrota.
Mientras tanto, para los socios de coalición Evópoli y RN, la propuesta de Lavín y la aparición de Longueira tensionaron la relación. Para el senador de Evópoli, Felipe Kast, la alternativa de aprobar una nueva redacción constitucional es el camino, y afirma que el excandidato presidencial en 1999 y 2005, comete un error en declarar su apoyo a ideas o conceptos socialdemócratas, pues habría ponderado más el efecto mediático que la virtud de sus convicciones. Mientras que al interior los otros socios de RN, el senador Ossandón advierte la incongruencia de la propuesta del actual alcalde de Las Condes.
Los movimientos al interior de la UDI han tensionado a todo el sector político, pues existe un temor sin una justificación expresa a levantar una alternativa para ofrecerla al interior de una asamblea (convención) constituyente. Y es en este punto en que se debe prestar atención que, a pesar de una evidente desconexión entre lo que ocurre y la percepción de Longueira, el exministro de economía tiene razón en la lectura, y está haciendo el llamado a reunir las huestes para dar la pelea en la asamblea a elegirse, en el evento probable que gane la alternativa apruebo y convención constitucional.
Aun cuando el alcalde Lavín intentó matizar el alcance de sus palabras, lo concreto es que el neoliberalismo surge como respuesta tanto al socialismo marxista como a la socialdemocracia a inicios del siglo XX. Proponer que la UDI incorpore elementos de la socialdemocracia, es plantear la revisión ideológica del partido, y por tanto modificar su concepto de Estado subsidiario y considerar y promover la existencia de un Estado de bienestar o compromiso, por ejemplo.
Para otros actores de Chile Vamos como el senador José Manuel Ossandón, la urgente necesidad que en su sector se ponga más atención a aspectos de seguridad médica, financiera, con un Estado más activo que el subsidiario, lo que saca particulares ronchas.
Planteado todo lo anterior, evidenciando la confusión en la que se encuentra el oficialismo, primero con el desplazamiento que sufrió el presidente con la revuelta del 18-O, y luego con el knock out que implicó en el Gobierno la aprobación del retiro del 10 % de los fondos de pensiones, la jugada que plantea Longueira es la más sensata, si se desea sobrevivir a la transformación del país.
Si Longueira, Ossandón y ahora lo está comprendiendo la derecha en su conjunto, en la oposición no se logró articular un comando por el apruebo y la convención constitucional, lo que es un error táctico garrafal. Deben existir vasos comunicantes entre las diversas sensibilidades de la centroizquierda e izquierda en general para articular la comunicación y empujar por llegar a la mayor cantidad de escaños posibles a la convención constituyente, con un discurso y una épica comunes, como hace 32 años, cuando con menos, se venció al dictador.
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