Cuando se cuestionan los avances de reconstrucción y se anuncia una posible interpelación en el Parlamento, la respuesta de Gobierno es que esta es una buena oportunidad para mostrar lo bien que lo hemos hecho.
Cuando se daña parcialmente un puente vial relativamente nuevo construido sobre el Biobío y se deben parchar sus daños estructurales, el Gobierno con bombos y platillos inaugura un puente ya inaugurado.
Cuando se declara que el 60% de la población no lee nada de nada, la respuesta del Gobierno es ilusoria: ¡vamos a duplicar la lectura! Cuestión que es absolutamente imposible de lograr en tres años que quedan de gobierno, a menos que piense pagarle a la gente por leer.
Todo es malabarismo e ilusión. Será que nadie asistió a ese curso donde nos enseñaron que la cosas ocurren por algo, que los avances de la reconstrucción efectivamente no son los esperados, que el puente no estaba bien construido, que la lectura es un déficit estructural de la educación chilena, etc., etc.
Este no es un problema del gobierno de turno sino un problema cultural.
El país necesita sacudirse, dejar de ser condescendiente y autocomplaciente: por qué no exigir algo más, por qué no reconocer falencias y deficiencias, por qué no sincerar nuestras limitantes e incapacidades. Ese afán de "jaguares" no nos permite mejorar, esa "suficiencia chilena" ilusoria no nos permitirá tapar el sol con un dedo.
¿Acaso a nadie le molesta que se use la bandera chilena como disfraz de halloween, o que cuando pedimos a Argentina a alguien que creemos terrorista nos hagan ver que no confían en el poder nuestra justicia? ¿O que Perú se presente como salvador de los problemas de Bolivia cuando son problemas que nosotros generamos?
El rebajar el presupuesto de la nación, el no sincerar cifras gasto estado v/s gasto reconstrucción, todas estas son malas señales de que seguimos con lo mismo. Desgraciadamente el super ego exitista del Presidente Piñera no nos ayuda mucho, quien todo lo tiene "jamás reconocerá un faltante ya que no está dentro de sus activos".
Después de tantos dedos que apuntaron a los gobiernos anteriores, el no reconocer fallas constructivas en el puente del Bio-Bio y vender una reinauguración para la TV, es una clara señal de una necesidad de difundir avances, aun cuando estos fuesen falsos. Todos sabemos que la reconstrucción ha estado lenta y un 32% de ejecución del presupuesto en el ítem subsidios es más que aclaratoria. Con eso se va la venta de eficiencia y reconocerlo sería un error político. Habría que tener visión de estado (tipo Lagos), pero eso es lo único que no se tiene.
Al final, ahora sólo quedan tres años, lo recordaremos como un buen candidato ilusionista, aunque necesitábamos y nos vendieron un buen Presidente.
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