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Lo que nos queda por hacer

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Hay palabras las cuales hemos escuchado mucho últimamente, como unidad, transversalidad, quiebre político y una decena de conceptos rimbombantes que solemos escuchar en el mundo de la política, pero hay una palabra que tal vez hemos olvidado y esa es responsabilidad, sí, responsabilidad política y con nuestros partidos.

Aquellos jóvenes que nos declaramos neoconcertacionistas (sí, hay jóvenes de la Concertación) o de la Nueva Mayoría o como quieran llamarle, sabemos que lo ocurrido en las elecciones del domingo 19 cambia totalmente el mapa, el orden político chileno y hasta el mismo sistema político actual. Cambio de sistema que es propio de un país en el cual se está viendo cómo nacen nuevas fuerzas políticas (pues sí, aunque a muchos no les guste el Frente Amplio son nuestros hijos políticos con el complejo de Edipo). Fuerzas que llegaron para cambiar todo orden político ya conocido, pasaron con éxito la fase agonal de la política y hoy toman rumbo a su fase arquitectónica, la misma que la vieja Concertación y actual Nueva Mayoría tuvo en su minuto en los 90’s y a principio de los dos mil ¿Qué nos pasó? Bueno, nos fallaron a nosotros mismos, los militantes, pero lo más importante; le fallaron a nuestra gente, pues claramente pedir perdón en el funeral del ex Pdte. Patricio Aylwin no fue suficiente. 

Para superar el luto de algunos, de la pérdida de los viejos amigos, pérdida que tal vez era necesaria y muchos no se dieron cuenta antes. Es necesario que los partidos tradicionales (los más dañados en esta elección) hagan el mea culpa correspondiente, pues nos alejamos de los movimientos sociales, nos alejamos de las familias, muchos se alejaron de nuestros ideales y convicciones, nos alejamos de la gente, pues ellos crearon el rechazo de todos ellos. Después de todo, no olvidemos que más del 10% de personas que recibieron aportes de SQM eran honorables de izquierda. Sí, ellos mismos ensuciaron a la izquierda, esa misma que muchos murieron por defenderla como mi abuelo el Lucho Arancibia, Fernando Henríquez, Carla Castillo, Soledad Britz y muchas y muchos otros simples que hoy poca gente recuerda.

Es necesario que ellos asuman que se equivocaron y hablo de ellos porque nosotros, las juventudes políticas, les dijimos que esto ocurriría; y ni nos pescaron. Postulamos a muchos compañeros jóvenes, sobre todo de regiones que se merecían estar en el congreso, los mismos que los amigos de los amigos bajaron para subir a sus amigos, los mismos que no apoyaron a los y las que tenían reales posibilidades de salir, los amigos de nadie o amigos de pocos, los mismos que perdieron con más de catorce millones de pesos en aportes y con menos del 2% de los votos, que miserables fueron.

Después de los fallidos porcentajes de varios centros de estudios y analistas políticos, probablemente todos están buscando responsables, pero nadie quiere asumir la responsabilidad que muchos tienen. En el PPD hay varios responsables como Gonzalo Navarrete, el actual presidente y amigo de unos cuantos y Germán Pino, el actual Secretario General -también amigo de otros cuantos-, entre otros varios, que muchos simples militantes de base piden su renuncia a gritos, incluyéndome. Lo mismo pasa en la DC por lo demás, mis respetos a Carolina Goic por asumir su responsabilidad y renunciar pues lo mismo deben hacer varios por amor propio y respeto a las bases. Ahora está más que claro que el amiguismo compartido es una práctica que también debemos erradicar de nuestros cuadros y nuestras filas si queremos sobrevivir a este pseudo nuevo sistema político, pues la época de la transición ya está quedando atrás. La gente y los ahora tan conocidos “Millenials” ya lo sabemos.

La clave tal vez es que a la sociedad no hay que reencantarla, hay que repolitizarla; la politización no es que la gente firme la ficha de militancia y ya está. Politizar la sociedad es la ampliación del límite de aquello que puede y debe ser discutido en el ámbito público social, esa tal vez sea la clave.

Es aquí donde tocamos un primer tema que nos interesa: el pueblo necesita estar constituido y tal es el papel de la institución electoral. El pueblo no es una simple imagen o una abstracción conceptual, sino, es por sobre todo una actividad de mediación política. Para que el pueblo y la soberanía se constituyan hace falta que varios individuos mezclen sus acciones y que de esta combinación de acciones resulte, como síntesis, el nombramiento de un delegado quien numéricamente representará la voluntad general. El pueblo político moderno no está arriba, ni abajo, no es ni el pópulo, ni la élite, sino, es más bien, un método de articulación y de mediación numérico que representa una voluntad general.

Lo único que hoy tenemos claro es que estos próximos cuatro años de gobierno será una constante lucha ideológica, y se nos viene una gran reestructuración del sistema político actual, en el que los partidos históricos y tradicionales, no podemos quedar fuera.

Dicho esto y teniendo en cuenta que se vienen tiempos difíciles para los partidos tradicionales, hoy estamos en un mapa político el cual es arquitectónicamente incierto en algunos aspectos. Lo único que hoy tenemos claro es que estos próximos cuatro años de gobierno será una constante lucha ideológica, y se nos viene una gran reestructuración del sistema político actual, en el que los partidos históricos y tradicionales, no podemos quedar fuera. De eso mismo nos preocuparemos las juventudes políticas, nuestro compromiso ha sido siempre el mismo: llevar a Chile por las sendas del progresismo.

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, hay un gran detalle que no podemos dejar atrás: la renovación tanto de los cuadros políticos partidarios como de los rostros políticos partidarios, pues una cosa es cierta (y aquí podemos diferir varios) son los partidos políticos la herramienta instrumental para una gobernabilidad legítima e institucional, es por ello que es urgente recuperar lo perdido, enseñar, creer, confiar y delegar en las juventudes políticas es imperante, y nuestro deber es disputar los espacios de participación tanto ciudadanos como partidarios.

Una vez un buen amigo, ex ministro del interior y ex presidente de la Juventud del PPD, me dijo: “el poder no se presta, no se regala y no se hereda, el poder se gana” eso es lo que tenemos y vamos a poner en práctica. La noche del domingo quedó claro que la nueva era política está comenzando, el verdadero cambio generacional llegó para quedarse, pues el soberano habló y la democracia hizo lo suyo. No podemos odiar ni envidiar al Frente Amplio por los buenos resultados obtenidos, creo que muchos debemos aprender de esto… pues nosotros no nos podemos quedar atrás en esta reestructuración del orden político chileno.

Lo que nos queda por hacer no tiene ninguna ciencia, muchos partidos deben encontrar y asumir su domicilio político, aceptar que el amiguismo ya no es la mejor estrategia para conservar el poder ni mucho menos para conseguir al tan anhelado desarrollo… Somos muchos los jóvenes que disputaremos los espacios perdidos tanto dentro de los partidos como fuera de ellos.

Después de todo nunca hay que olvidar… que nadie es eterno.

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1 Comentario

jhdasjhdajk

Osea, vamos a vivir una etapa en la que habrá mucha disputa política y cada vez más gente tratando que su nombre esté en una papeleta para que los demás hagan su raya al frente de su nombre… Esa expresión cívica que nos permite expresar nuestras ideas y sentimientos, nuestras carencias y aspiraciones de la forma más resumida posible, con una raya, para validar a todos los iluminados políticos que llenan filas de aspirantes que ven con pena como otros se llevan las nominaciones al Oscar…

No importa… Yo he estado practicando mi expresión ciudadana. La expresión de mis ideas y anhelos. Me siento a la mesa, tomo mi lápiz nº 2 y, previas muchas rayas horizontales, pruebo, practico y mejoro mi expresión, tomando el lápiz y colocándolo en la parte superior cercana a la raya horizontal, dibujo mi raya vertical. «Mi raya», mi expresión… Me sale tan bonita.

Una vez la que hago, me digo, ahora todo es posible. Me expresé. Hice mi dibujo de raya. Ahora los políticos saben qué hacer y ya nunca más se quejarán de no haber sabido cómo hacerlo y con qué hacerlo, o por qué o cuándo…

Viiiiva la raya… La gran expresión del homo sapiens actual…