#Política

Las élites y el talento

Compartir

Las élites son ‘minorías selectas o rectoras’ según la RAE. En algunas actividades (como las deportivas o artísticas) las élites están formadas por personas de gran talento y habilidad. Personas como Messi o Freddie Mercury resaltan muy por encima de sus pares, no sólo por sus habilidades desarrolladas tras miles de horas de trabajo, sino porque aparentemente han nacido con ciertos genes que favorecen sus actividades. ¿Pero qué ocurre con las otras minorías selectas? ¿En la política y la mega-empresa gobiernan también los más talentosos?

Los talentos están uniformemente distribuidos. Esto significa que la probabilidad de que una persona sea talentosa para el fútbol o la música es exactamente la misma al momento de la formación del feto, sin importar otros factores como el nivel socioeconómico. A partir de ahí, los únicos factores que determinarán diferencias en habilidades serán los ambientales exclusivamente; los múltiples estímulos, el círculo familiar y de amistadas, el colegio, el barrio, serán fundamentales para que esos talentos lleguen a convertirse en verdaderas habilidades aplicables al mundo real.

Si el talento está uniformemente distribuido y no existen mayores diferencias ambientales, entonces es razonable pensar que la distribución de apellidos en las élites deportivas, musicales, políticas, empresariales, etcétera, sea aproximadamente la misma.

Tomemos como ejemplos las élites futbolísticas. Buena parte del trabajo de los equipos de fútbol consiste en la búsqueda de talentos en las ciudades y barrios que puedan sumarse a las series inferiores y, a partir de ahí, comenzar la formación de jugadores de élite. Si el trabajo es bien realizado, entonces los chicos y chicas que terminan jugando por los equipos nacionales tendrán una distribución de apellidos similar a la distribución nacional. ¡Y así es!

En los equipos de fútbol son comunes los apellidos tradicionales de España y de pueblos originarios. Vidal, Sánchez, Bravo, Melinao, Coliqueo… Lo anterior demuestra que el proceso de selección basado en el mercado funciona (casi) a la perfección en el fútbol. Por supuesto, esto no quita que otros apellidos de otros orígenes también formen parte de esta élite. Es sólo un asunto de probabilidades.

¿Pero qué ocurre con las élites políticas y empresariales?

En las élites políticas y empresariales (en adelante las “élites”) vemos que la distribución de apellidos no tiene correlato con la distribución de apellidos a nivel nacional. En las “élites” abundan apellidos que no son comunes. Abundan los apellidos de doble erre y eñes. Apellidos de origen europeo caucásico. Echeñique, Walker, Larraín, Matte, Errázuriz, etcétera.

Si la distribución de talentos es uniforme, lo natural sería que cualquier élite, ya sea deportiva, artística, política o empresarial, tenga una distribución de apellidos similar a la distribución nacional de apellidos. Pero eso no es lo que ocurre con las “élites”. La abundancia de apellidos que no tienen correlato con la distribución nacional implica necesariamente que existen un sesgo en la selección de quienes ocupan esas plazas (hasta aquí, nada fuera de lo ordinario).

Si la distribución de talentos es uniforme, lo natural sería que cualquier élite, ya sea deportiva, artística, política o empresarial, tenga una distribución de apellidos similar a la distribución nacional de apellidos.

Pero, si esto es cierto, implica un gran problema. Si la distribución de apellidos en las “élites” no tiene correlato con la distribución de apellidos a nivel nacional, significa que necesariamente personas sin talento están ocupando plazas que otras personas más talentosas podrían ocupar. Por lo tanto, la mala distribución de apellidos es prueba empírica de que gran parte de las personas que nos gobiernan no son las más idóneas para hacerlo.

Lo mismo ocurre a nivel empresarial. No por nada nuestros mega empresarios se dedican a la forma más básica y simple de industria: la extracción de recursos. Es más simple, no requiere gran creatividad y talento como, por ejemplo, cualquier actividad relacionada con la innovación o la creatividad.

Quiero ser justo. Que las “élites” políticas y empresariales estén conformadas por personas sin talento no significa que estén formadas por personas sin preparación. Mi punto es que si a nivel gubernamental o empresarial pudiese (ficticiamente) hacerse el mismo trabajo que los equipos de fútbol hacen para buscar los verdaderos talentos, probablemente tendríamos gente tomando mejores decisiones, tendríamos empresas más productivas, más innovación, una sociedad mejor en definitiva.

Pero las “élites” se han auto convencido de que han llegado a ocupar esas plazas por ser los mejores; los más aptos. Y es justo en el momento en que Chile pasa por esta crisis que vemos la ineptitud de quienes nos gobiernan. También saltan a la luz los terribles miedos de la “élite” empresarial de sólo pensar que una nueva Constitución podría revelar que sus éxitos económicos no se deben a sus habilidades y talentos sino a sus privilegios y leyes hechas a la medida. La ineptitud es hermana de la corrupción.

Quiero terminar este post haciendo énfasis en el fondo del mensaje: La mala distribución de apellidos en las “élites” es demostración necesaria y suficiente de que en Chile gobiernan ineptos privilegiados y no necesariamente los más capaces.


Para saber más sobre desigualdad y apellidos, te recomiendo leer el informe “Desiguales. Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile” del PNUD.
2
8

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

2 Comentarios

Juan M.

Estoy totalmente de acuerdo con este articulo, en especial, cuando se trata de las esferas del poder politico y empresarial; en Chile, llegan al pinaculo del poder por pituto del apellido, contactos familiares, tipo de educacion. Es dificil encontrar un Antilef, Namuncura o un raton perez (es tan penca el gil que se apellida Perez que para subirse el pelaje le tiene que agregar un apellido de mas: perez de arce, perez-yoma o perez-zujovic). Temo que para superar este nivel de estupidez social solo una guerra civil brutal lo puede acabar, la historia lo avala: la guerra civil rusa acabo con el imperio y su aristocracia, la guerra civil acabo el imperio chino y sus elites, la guerra civil en EE.UU le dio oportunidades a los negros, la guerra de Vietnam acabo con las clases privilegiadas y sus mandarines, a menos que nazca un Mandela y unifique el pais.

abechtold

abechtold

Mala interpretación del «talento»
Los empresarios no son talentosos por mucho MBA o CI que tengan. Su éxito se basa en el tesón y capacidad de insistir en un proyecto aún contra los vaivenes de las circunstancias. Y, aún más, para rabia del columnista, en estructurar a su familia para darle continuidad a la empresa a lo largo del tiempo. Cuando la familia del empresario se involucra, y los hijos van tomando roles, la empresa es capaz de tomar relevo y mantener una ruta de éxito a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la empresa no es producto de seres extraordinarios, sino que su fuerza se basa en valores y reglas que se fomentan y traspasan en el tiempo. Es más, un gran empresario en un negocio puede ser muy malo en otro; no se trata entonces en sumar puros buenos «jugadores» al equipo, sino que de tener un equipo consistente a lo largo del tiempo