Nunca ha sido fácil para mí visitar los centros de Sename, porque uno se retrotrae al pasado y se vive la impotencia de ver los malos caminos y decisiones que toma el estado. Más allá de eso si me ha marcado las visitas. Especialmente al Centro Metropolitano norte, ahí conocí las historias de varios jóvenes que han crecido y madurado, pasando su adolescencia completa encerrados y formándose en la lejanía de un ambiente familiar.
Puedo afirmar que gané amigos, que compartí mi pasión por el deporte al igual que mi historia.
Pude ver el fracaso total de los planes de libertad asistida que llenan los bolsillos de los privados con cifras de éxito pobres, sin dedicación y muy lejanas de brindar calidad en el trabajo en apoyo de los procesos de los jóvenes.Lo que me marcó fue conocer jóvenes que tienen un talento artístico y un potencial deportivo enterrado por la ignorancia de las autoridades que no dan oportunidad al desarrollo de disciplinas culturales o deportivas
Pero quizás lo que me marcó fue conocer jóvenes que tienen un talento artístico y un potencial deportivo enterrado por la ignorancia de las autoridades que no dan oportunidad al desarrollo de disciplinas culturales o deportivas, centrándose en capacitar una mano de obra, vía empresas que van a reclutar nuevos trabajadores, bajo el alero de la “reinserción social”.
Sería injusto no señalar los esfuerzos de algunos educadores de Sename que van más de allá de su labor e incentivan la creación de instancias que permiten a los muchachos expresarse a través de poemas, pintura, escultura o competencias deportivas. Recalco estas actividades no constituyen en ningún caso, una iniciativa de la autoridad o del Gobierno que cuando puede saca fotos y publica esas actividades, apropiándose del trabajo ajeno.
A través de este escrito deseo agradecer a los jóvenes del Centro por tanto respaldo, y espero verlos afuera algún día, porque corazón y fuerza tienen, y quizás podrían enseñar valores a muchos y muchas que se dicen defensores de la infancia y adolescencia.
El tema de Sename sigue igual, duele, sin cambios, sin soluciones coherentes y enfocándose en tópicos que son importantes, pero abandonando lo urgente, los niños, niñas y jóvenes en Sename esperan que algún día se respeten sus derechos.
¡¡Gracias a todos quienes apoyaron esta iniciativa!!
Comentarios