Nuevamente el Binominal en el debate político- legislativo de Chile. A fines de enero ha sido derrotada otra iniciativa para modificar el régimen electoral. Ahora, fue el senado el que enterró las aspiraciones opositoras. Los intentos ya superan más de veinte. ¿Por qué tanto estancamiento en materia electoral?
¿No será el diseño de negociación que se ha usado para avanzar en esta reforma política lo que está impidiendo llegar a los acuerdos necesarios para su modificación?
Es evidente, que se trata de un tema estrictamente político y que define los equilibrios de poder al interior del Estado; pero, también resulta evidente observar que las maneras de abordar el tema no han sido las adecuadas.
Hay que poner atención, por tanto, en los “diseños de negociación” que hagan posible un diálogo eficiente que genere las condiciones para modificar el binominal. Las primeras pistas para avanzar en esa perspectiva se encuentran en “lo que dicen” los actores involucrados. Por ello, los discursos de los senadores el día de la votación son una buena referencia para identificar las vías y los caminos más despejados para avanzar y desbloquear las inercias y tensiones que se manifiestan en torno al binominal.
Las reflexiones de Von Baer son fundamentales para entender la postura que la UDI tiene en materia de cambio electoral. Para la senadora Von Baer, la discusión sobre el régimen electoral deber ser en “serio y de verdad”; y sobre aspectos de fondo. ¿Cuáles son los argumentos de fondo? Para Von Baer, son tres: el objetivo de la reforma, el sistema electoral a implementar y el proyecto a debatir. Veamos.
¿Qué sistema electoral va reemplazar al actual?
Esta, es la primera pregunta que hace Von Baer. “Algunos Senadores dicen que quieren cambiar el binominal… les digo okay, pero debemos sustituirlo por algo… ¿cuál es la alternativa?”
La respuesta política se encuentra en la teoría de los sistemas electorales. En ese contexto, afirma que “hay dos tipos: el mayoritario, que postula que gana aquel que obtenga un voto más… lo que se busca con él, es generar mayorías. Y el segundo tipo son los sistemas proporcionales”. Como una forma de debilitar las argumentaciones en favor de un sistema proporcional, Von Baer afirma que los que prefieren un sistema proporcional buscan “representar proporcionalmente a la población” para, luego, mencionar que “resulta imposible en una democracia tener a todas las personas en un Congreso, porque son muchas”. Seamos serios y digamos la verdad: lo que para la senadora no es posible, en rigor, sí lo es.
Interesante: para la senadora la proporcionalidad efectiva no es posible. Sólo sería realizablehablar de grados de proporcionalidad: más y/o menos proporcionales.
Esta referencia no sólo es relevante para rechazar el proyecto en votación, sino también para poner una cuña político-teórica al afirmar que “el sistema binominal es proporcional, porque entrega los escaños por proporción… cuando aquí se plantea: cambiemos el sistema binominal por uno proporcional, yo lo encuentro raro, porque estamos cambiando un sistema proporcional por uno proporcional… podríamos hacer una cosa muy divertida: seguir con el binominal”.
Todos lo saben: Von Baer y la UDI son partidarios de un sistema mayoritario. Si bien, algunos se han declarado defensores de un sistema uninominal, saben que en ese esquema la derecha perdería mucho poder parlamentario. No sólo el gremialismo es partidario de la fórmula mayoritaria, sino también los dos presidenciales del sector; mientras, Golborne afirma que no le gusta el proporcional y que el binominal “no es su problema”. Allamand ha insistido en que es partidario de fórmulas mayoritarias.
El proyecto de Ley
.¿Qué es lo concreto que se discute en la ocasión? Para Von Baer, la iniciativa dispone que el binominal “lo estamos cambiando por un procedimiento que dé por resultado una efectiva proporcionalidad en la representación popular».
¿No será el diseño de negociación que se ha usado para avanzar en esta reforma política, lo que está impidiendo llegar a los acuerdos necesarios para su modificación? Es evidente que se trata de un tema estrictamente político y que define los equilibrios de poder al interior del Estado; pero también resulta evidente observar que las maneras de abordar el tema no han sido las adecuadas.
Acá está la esencia de su rechazo. A la UDI no le gustan los sistemas proporcionales; menos, si son de una proporcionalidad efectiva. Por ello, interpela a los senadores –sobre todo, a los de regiones- a que tengan claro que “cuando se vota un proyecto se hace no respecto de algo general («cambiemos el binominal»), sino sobre una iniciativa específica. Y quienes votan hoy a favor le dan curso a la tramitación de este proyecto, y no de otro”.
El sistema a implementar y el proyecto a discutir se ordenan sobre la base de una tercera variable a tener en cuenta a la hora de definir y tramitar una reforma electoral. En efecto, todo cambio electoral debe tener claridad sobre los objetivos de la reforma. Por ello, la senadora hace un llamado a ponerse “de acuerdo acerca del efecto que queremos generar”.
¿Qué se busca? ¿Mayor representatividad y/o mayor estabilidad-gobernabilidad? ¿Muchos partidos o pocos partidos? ¿Partidos grandes o partidos chicos? ¿Partidos más ideológicos o pragmáticos? ¿Resolver los problemas actuales de la democracia? ¿Hacer real un hombre, un voto? ¿Lograr la igualdad política del voto para cada ciudadano? ¿Representar a las regiones? ¿Generar empate legislativo perpetuo?
En suma, ¿cuál es la disposición para dialogar y avanzar hacia una reforma electoral en la UDI en general y en Von Baer en particular? Para la senadora siempre el gremialismo ha estado dispuesto a dialogar y discutir. Algunos sectores ya no creen en estas intenciones. De cualquier modo, ese diálogo se debe fundar en tres condiciones: identificar y consensuar los objetivos de la reforma, definir el tipo de modelo electoral que se ajusta a esos principios y redactar un proyecto de ley que materialice objetivo político y fórmula electoral.
Las dificultades y el futuro del debate
Avanzar hacia un cambio electoral en perspectiva proporcional parece algo complejo y difícil de lograr en el actual escenario político del país. No se ve buen pronóstico. Ya lo hemos dicho; no hay cambio al binominal en este gobierno ni en esta legislatura. Si ocurre, no será para usarlo como mecanismo para definir el próximo parlamento. En plena campaña presidencial todo es posible.
Las fuerzas políticas son diversas; y, por tanto, sus intereses. Y, por ello, estas definiciones se van a tensar –necesariamente- con las convicciones y objetivos de los otros actores. Hay divergencia en todo: los objetivos de la reforma, la fórmula concreta y su expresión en un proyecto de ley. Llevamos más de veinte años de discusión e intentos frustrados para estar en el mismo lugar que en marzo de1990.
Una comisión transversal y una especie de híbrido que combine lógica proporcional y mayoritaria, parecen ser hoy las claves para una salida al impasse que enfrenta hoy la reforma electoral.
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Rafael Cárdenas
El binominal no es un sistema mayoritario, sino minoritario y, consecuentemente, antidemocrático.
Guillermo Ulriksen
Lo que ocurre es que a los de la UDI no les gusta la democracia. No entienden que el voto de Juan Verdejo valga lo mismo que el Andrónico Luksic. Viven en el Siglo XIX. Cuando los dos tercios (DC+Izquierda) logren mayoría de 7/5 en el Congreso se va a poder cambiar el binominal… aún cuando tengo dudas que en esa eventualidad estén dispuestos a hacerlo…hay muchos poderes fácticos en Chile…
Gonzalez llaguno
http://www.gonzalezllaguno.blogspot.com