Tal como en Europa y Estados Unidos, el fenómeno de la derecha “dura” estará presente en la campaña presidencial en Chile, es, por tanto, un presagio de lo que acontecerá con los mensajes que emitirá Piñera. Y la UDI pretende, como ya lo hizo el Tea Party con mucho éxito en EE.UU, el UKIP con el “brexit” en el Reino Unido y recientemente los populistas de derecha Geert Wilders en Holanda y Hofer en las presidenciales austríacas, quienes condicionaron la agenda de campaña en esos países donde los partidos del liberal Rutte (Holanda) y de Van DerBellen (Austria) endurecieron su posición sobre inmigración y el Islam.
En efecto, el discurso que hoy encarna Piñera se asemeja con la estrategia llevada a cabo por los Republicanos en EE.UU y los partidos liberales-conservadores en Europa: metamorfosearse con los partidos de ultraderecha para impedir flancos hacia su derecha. Es por eso que inventa un escenario irreal, un país en caos, al borde del colapso y una visión catastrofista y estridente para promover una “narrativa” de blanco y negro -como lo hizo Trump con su eslogan Make America Great Again- extremando su discurso de un mercado anti regulado, de mercantilizar todas las esferas de la sociedad, comprándole su retórica a la UDI y modificando su agenda política “centrista” de la elección anterior, dándole, por ende, un eco inaudito a las pulsiones anti reformas del gremialismo.
En este sentido, la UDI al apoyar a Piñera, pasa a imponer su retórica y sus políticas, entendiendo que si no lo hacía podría quedar como “outsider” en el escenario nacional, encarnando exclusivamente al votante nostálgico de la dictadura, ignorando el hecho de que su persistente defensa del modelo económico ultra liberal poco o nada aporta a tener una sociedad más inclusiva y sostenible, que su modus operandi y su conservadurismo cerrado no suman en muchos segmentos sociales y que ni su pasado ni su discurso aportan nada para renovar la confianza en un proyecto político.
Es por ello que Piñera pretende, al mismo tiempo, reescribir la historia, al mostrar su período presidencial como un oasis de crecimiento económico y de gestión eficiente, dejando en el baúl del olvido los conflictos de interés, las imputaciones por cohecho de varios de sus colaboradores, el financiamiento ilegal de su propia campaña y de parlamentarios de la coalición que lo respalda. Tampoco menciona que bajo su gobierno las movilizaciones contra los abusos y las desigualdades alcanzaron niveles nunca vistos post retorno a la democracia.
"El discurso que hoy encarna Piñera se asemeja con la estrategia llevada a cabo por los Republicanos en EE.UU y los partidos liberales-conservadores en Europa"
Ante este endurecimiento del discurso, parece fraguarse una nueva división entre los partidarios de sociedades más inclusivas o más desiguales; entre los que tienen como enemigo común a la diversidad, el pluralismo, la participación, los derechos sociales y los que ven y se movilizan por sociedades más abiertas e integradas con sujetos con derechos y la centralidad de los bienes públicos.
El discurso de Sebastián Piñera busca polarizar el debate público, excediéndose en hipérboles y la distorsión reiterativa, procurando esconder los datos duros que organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas, han publicado sobre Chile, como los incrementos per cápita, los avances en salud, educación, vivienda, expectativa de vida y grados de libertad, antecedentes que ubican a este país entre los 20 países felices del mundo.
Al exagerar los decibeles sobre la imagen de crisis del país, el candidato Piñera también intenta convertir la próxima elección presidencial en un referéndum sobre el gobierno de Bachelet y, de esta manera, posicionarse como la única alternativa real al actual gobierno, invisibilizando a las otras alternativas políticas y al resto de los aspirantes de su propio sector, al manifestar que la verdadera elección es en noviembre, por ende, desdeñando y restándole mérito a las primarias de los partidos de derecha, lo que queda patente al imponer circunscribir a un solo debate la discusión en la contienda con Ossandón y Kast. Al restringir esos debates, logra un protagonismo en la cobertura mediática y deja en la trastienda a sus otros dos competidores de las primarias de Chile Vamos.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Jaime Rubio Palma
La opinión vertida en mi columna intenta expresar, en forma respetuosa, un punto de vista sobre el nuevo «relato» del candidato Piñera. Una esperaría un contrapunto en los mismos términos. Pero vamos al tema de crecimiento económico:
Chile representa el 32% de la producción mundial del cobre y su economía esta sustentada en eso; por tanto, si la producción y el precio del cobre declina, afecta a la economía en su conjunto. Tampoco se debe olvidar que sin efecto dinamizador del esfuerzo de reconstrucción luego del terremoto del 2010 y el alto precio del cobre en el período presidencial de SB, la tasa de crecimiento en el cuatrienio no habría sido sustancialmente superior al 4% (en vez del 5,1% promedio).
Por otro lado, los problemas de la economía global han incidido en el comportamiento de la economía nacional alcanzando un pésimo desempeño el 2016. Lo cierto que la actual matriz productiva ha entrado en fase de rendimientos decrecientes. Chile muestra una tasa de inversión terriblemente baja comparada con los países que crecen dinámicamente; desde el 2000 el aumento de la productividad ha sido de apenas 0,3% -mientras en los 90 alcanzó una tasa de 2,1% promedio anual-; las exportaciones y la producción de cobre representa un 16% del PIB; el gasto de investigación y desarrollo no llega al 0,5 del PIB; el programa de infraestructura lleva detenido casi 10 años (incluye el período de SB).
Una economía que no logra reinventarse siempre tendrá rendimientos insatisfactorios.
100001738055717
Es un respetuoso relato, cierto, pero es redundante en criticar a Piñera por mostrar lo exitoso de su gobierno comparadolo con el actual. Entonces nose que contrapunto respecto a eso puede ser mas consecuente que el mio.
El precio del cobre no ayudó mucho a la presidenta, es cierto.
La economía global estaba mucho peór durante el período de Piñera., de hecho calificaba como en crisis cuando Piñera hacia crecer al paìs en un 6%. Compare la economia global 1010-2014 con la de ahora, compruebe ahora casi todos los países crecen menos Chile.
Le suguiero revise este razonamiento de excusar a la Bachelet por el bajo crecimiento debido el terremoto de Coquimbo y al mismo tiempo enrostrar a Piñera que el terremoto del 27F fué lo que sirvió para crecer.La reconstrucción debe empujar crecimiento o estamos muy, pero muy atrofiados. Y el gasto en investigación y desarrollo, como todos los demas, sólo pueden disminuir si no hay crecimiento. Esto último es lo que hay que asegurar primero.
Obviamente al alejarse del modelo de desarrollo Chile retrocede. Le recuerdo que en el período en que se aplicó mas rigurosamente el modelo el país crecía como casi ningún otro lo hacia en el mundo y el precio del cobre la mayor parte de ese tiempo estuvo a la baja. Eso nunca se verá de nuevo, mucho menos si continuamos aplicando esta mentalidad..
Saludos
Jaime Rubio Palma
Señor Silva Larraín,
Según el Banco Central, en el cuatrienio del ex presidente Piñera la tasa de crecimiento fue 5,1% promedio no más del 6%. Es necesario ser riguroso con las cifras. Por otro lado, en ese mismo período el precio del cobre se aproximó a los 4 dólares la libra.
Mi punto no es defender la actual administración, sino relevar lo que el Banco Mundial y la OCDE nos indican que si no se apuesta a un cambio de estrategia de desarrollo es difícil abrir el paso a una nueva fase de de crecimiento económico dinámico -el cual todos deseamos- por tanto, cualquiera sea el gobierno, mientras los ciclos económicos en el mundo estén con tasas bajas y los buenos precios de las commodities terminen, Chile se enfrentará a un ciclo más bajo en lo económico.
Articular una mirada menos ideológica y más compartida de país, entonces, es vital para facilitar el desarrollo y la diversidad de actividades productivas, elemento clave para lograr un desarrollo sustentable en el tiempo.
Cordialmente.
100001738055717
No hablada del promedio, durante el gobierno de Piñera llegó a 6,1% el 2011. Soy yo el que quiere una mirada menos ideológica, si queremos volver a crecer un 10% como el año 90 hay que hacer lo mismo que hicimos el ese año en lugar de seguir perjudicando el crecimiento sólo por cuestiones ideológicas, no ha habido otra razón.
Saludos
100001738055717
Esta desesperación de lo que hace o no hace Piñera se hace patológica. ¿Alguien pierde el sueño por el pauteo que le hacen otros partido de izquierda a los precandidatos socialistas Lagos y Gullé?
Además señor, si ud. no ha notado a su alrededor que ahora hay mas gente sin trabajo y que los que trabajan no aumentan su ingreso, la forma de averiguarlo es mirando datos oficiales. Y si no recuerda que el crecimiento del pais durante le gobieno de Piñera llego a sobrepasar el 6% y ahora sólo intentan que no baje del 1,5 use la misma forma para chequearlo. Esos datos son públicos. La UDI tendrá su relato asi como usted tiene el suyo, y tiene a mano la forma de ver cual de los dos esta mas cerca de la verdad. Es simple.
Desgastese buscando algo para proponer al país, no en basurerar a los que sí lo hacen.
Saludos