A propósito de la contingencia y otras tantas cosas que pasan, con ciertas confusiones que existen sobre el título de esta columna, es bueno reflexionar al respecto, más aún en este periodo pre-plebiscito constitucional, pandemia y una vez mas campaña del terror de la derecha.
Existe una molestia generalizada contra los políticos por la corrupción, haber aceptado dinero de grandes empresas que indudablemente luego cobrarían sus favores, aunque lo más grave que se les condena es que no hicieron la tarea en estos últimos 30 años, especialmente establecer derechos en justicia social, previsional, educación y salud para todos los chilenos, lo que generó una crisis sin precedentes en democracia, en que todas las instituciones del país cual más o menos se vieron involucradas.
Nadie detuvo esta práctica que por años contaminó a un porcentaje importante del sistema político cualquiera sea su orientación, ya que lamentablemente fue transversal. Las instituciones y sus burócratas fallaron, los fiscales, las superintendencias, FF.AA., SII, iglesia, tribunales, fiscalías, las dirigencias de los propios partidos políticos, ministros de Estado, hasta presidentes, “Ustedes comprenden”; algo pasó que el “modelo” neoliberal apoyado por algunos, criticado por otros, se impuso también en gran parte de la sociedad y todo se fue contaminando por el dinero, es como la pandemia actual, son pocos los que tienen la vacuna ética y moral para restarse de este virus.Tenemos que vivir una transición entre la constitución de Pinochet y la nueva que será redactada por una Convención Constituyente, 100% elegida por el pueblo de Chile
Entonces la pregunta es, ¿condenamos a todos los integrantes o militantes del sistema político del país? Creo que es un grave error castigar masivamente a los políticos, como está ocurriendo hoy en amplios círculos y redes sociales en que la condena es generalizada y no todos cayeron en este juego, porque indudablemente no es así, no es bueno generalizar, aunque sean muchos los que participaron en prácticas de corrupción, es como también sostener que todos los empresarios son faltos de ética, que no pagan sus impuestos y aprovechan las oportunidades para explotar a sus trabajadores, por supuesto que no, también existen empresarios correctos.
En este cuadro de desprestigio hacia los políticos, surge la política como una actividad generalizada de toda la población y que bueno que así sea, vemos a una mayoría deliberando por el futuro del país, porque antes del 18 de octubre hubo atisbos de este movimiento, pero ahora los ciudadanos han construido opinión, como fue la discusión por el 10% de retiro de las AFP y su transformación, en la salud, educación, una nueva Constitución, entre otras demandas, y exigen ser escuchados, a eso se suma el interés por participar en el próximo plebiscito para aprobar una nueva Constitución e incluso ser constituyentes en el proceso de redacción de la Carta Fundamental.
Grupos conservadores y derechistas están asustados por esta demanda inédita de nuestro pueblo, porque saben que serán derrotados, inventan discursos añejos que parecen una verdadera letanía en contra del comunismo, chilezuela y Cuba, que la verdad ya son motivos de risa, solo lo creen los agoreros del pesimismo. Estos últimos días el argumento es el miedo al virus, que no están las condiciones sanitarias, pero si están para los malls y comercio en general, que se necesita un guarismo mínimo de participantes para validar el plebiscito, son alguno de los recursos que están levantando en los medios. Argumentos que no se sostienen, ya que tenemos un gobierno elegido con apenas el 27% de los inscritos en el padrón electoral, diputados, senadores y alcaldes, tan de moda en el último tiempo, con guarismos vergonzantes para cualquier democracia, pero claro, aquí era importante el voto voluntario.
Entonces la gran política llegó para quedarse e incluso sin educación ciudadana, ya que el país se ha centrado solo en lectura y matemáticas en los últimos años. El capital humano era más importante que la formación del ciudadano, se imaginan si hubiéramos incorporado al currículo esta asignatura como obligatoria desde el jardín infantil, probablemente el 18 de octubre habría existido hace muchos años atrás y/o la ciudadanía habría exigido cambios estructurales hace mucho tiempo.
La tarea que viene ahora es renovar la clase política y dirigentes de partidos, porque sin ellos no hay democracia y en eso hay que ser muy claros, los invito a hacer pedagogía política en sus círculos de amistades en estos dos meses que faltan para el plebiscito. Se observa cierta molestia preocupante a cualquier gestión y posibles candidatos de los políticos tradicionales, que los llaman corruptos, cuidado, esa actitud nos puede dejar sin plebiscito, sin una nueva constitución en que se establezcan por fin los derechos sociales del pueblo de Chile.
Algunos al ver propaganda por el Apruebo donde figuran dirigentes políticos se enfurecen, amenazan con no votar o esperar el estallido dos, debemos poner atención porque la derecha justamente quiere eso, que la violencia provoque miedo y especialmente deslegitimar el proceso del plebiscito, no debemos caer en el juego de los partidarios del Rechazo ni de los sectores anárquicos que solo quieren que esto fracase.
Tenemos que vivir una transición entre la constitución de Pinochet y la nueva que será redactada por una Convención Constituyente, 100% elegida por el pueblo de Chile, posteriormente cambiaremos diputados, senadores y dirigentes de partidos políticos, no tengan duda que surgirán nuevos rostros con mayores niveles de ética que los actuales.
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