A propósito del liberalismo igualitario y las libertades positivas.
Planteo que la libertad tal como se ha entendido es una mera ilusión y lo que realmente existe es una independencia epistémica de la cual gozan organismos con un sistema nervioso central avanzado y que poseen un determinado progreso civilizatorio. Nuestra postura por tanto es materialista, sistemista y emergentista.
Sostengo que un movimiento que se haga llamar liberal y que no haya explorado las problemáticas semánticas que origina el concepto señalado, está en grave peligro de ser atacada de inconsistencia o superficialidad, debido a no abordar una problemática central en el desarrollo del término, el cual arrastra consideraciones epistemológicas y políticas.
Para contextualizar el problema debemos remitirnos a Kant, quien hizo célebre la problemática, esta problemática residía en el estatus que poseía la libertad dentro del sistema determinista de la naturaleza, para Kant fue un problema el cómo comprender y caracterizar a la libertad dentro de este mundo regido por las leyes naturales. Si todo el mundo estaba causado naturalmente por las leyes, entonces ¿cómo se entendía la libertad humana?. A grandes rasgos este era el problema.
Para el caso de este escrito, pretendo dar una respuesta a esta encrucijada levantando una respuesta desde la influencia y en confluencia con el liberalismo igualitario y el materialismo emergentista, cuya principal figura es el filósofo argentino Mario Bunge.
Para partir la conceptualización sobre la idea de libertad, debo señalar en primer lugar, que ella debe reposar sus bases sobre la ciencia y no sobre la metafísica especulativa, con ello quiero decir que las bases del concepto deben estar ligadas al mundo de las ciencias sociales y al análisis conceptual filosófico, que a una mera especulación filosófica y metafísica; por este último término me estoy refiriendo a una visión poco clara, especulativa y paradójica de enfrentar la realidad. Por ahora no entraremos más en esta problemática, por razones de espacio y tiempo, pero en su debido instante será retomada en otra columna.
"La libertad no sería tal como lo plantean los conservadores y los neoliberales, un elemento que emana del ser y que es independiente de la materialidad y la contextualidad social."
El análisis lingüístico cambió el siglo XX, considero que su influencia no ha llegado hasta el seno de la familia liberal, ni ha tocado su principal concepto que es el de libertad. La filosofía lingüística se caracteriza por modificar la forma de concebir los problemas filosóficos. Tradicionales problemas como el alma, la vida después de la muerte, la esencia, la sustancia, etc., han dado paso a nuevas conceptualizaciones donde la filosofía ya no puede caminar por sí sola sin poner atención a las ciencias. Ciencias tanto naturales, como sociales, han experimentado un auge y espectacular crecimiento y complejización desde el siglo XX, la primera comenzó su camino mucho antes, pero por preocupaciones de los investigadores y de su objeto de estudio, no por “superioridad” ni otra razón oscura como pensó el fisicalismo. Hoy tanto ciencias naturales como sociales están en constante evolución y reevaluación de sus terminologías, es por ello, que el liberalismo debe echar mano a ellas para poder refrescar el concepto de libertad que se encuentra empantanado en la metafísica religiosa y no ha dado ningún paso adelante.
Estoy de acuerdo con Wittgenstein en que el significado no es la referencia de un término, sino su uso y el llamado de este escrito es a usar de un modo distinto el término libertad, ya que una reflexión sobre ella y una nueva conceptualización, darán luces a una nueva forma de enfrentar el accionar tanto teórico como ideológico del liberalismo. Considero que el liberalismo se ha quedado empantanado -desde el punto de vista teórico- porque no ha logrado dar una nueva visión y uso del término libertad, de allí la excesiva y falaz confianza de los grupos neoliberales al pensar que la mera libertad económica traerá “progreso” social y cultural a cualquier sociedad, ello supone que consideran a la libertad no como algo que emerja de un contexto determinado, sino como una característica que siempre está presente y que basta con crear libertad económica para que surjan las demás libertades.
La libertad no sería tal como lo plantean los conservadores y los neoliberales un elemento que emana del ser y que es independiente de la materialidad y la contextualidad social. En este caso, las tesis de John Rawls que abogan por la constitución de “pisos mínimos de igualdad” garantizan el ejercicio de las libertades de los sujetos en una sociedad democrática. Estas ideas además harían ruido con la defensa de las libertades positivas, donde la sola defensa de las libertades negativas tal como hacen grupos neoliberales y libertarios, serían insuficientes para que se produzca la emergencia de la libertad en una sociedad democrática.
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Lisandro Burgos
Independencia epistémica, organismos con un sistema y bla, bla, bla. Sarta de tonterías. La cultura y naturalmente, las ideofacturas del derecho, del Estado, de la economía y sus modelos, es patrimonio exclusivo del ser humano. Las baceterias y las palomas, por ejemplo, no las tienen. Los gringos seguirán siendo la primera potencia mundial en razón del ejercicio de sus libertades, y los demás países seguirán pasando miserias como la de Venezuela en la medida que no asuman sus libertades, su condición de adultos capaces e íntegros, y sigan, cuales niños o inútiles, pidiendo que otros les alimenten y digan qué hacer con sus vidas. Es simple.