Es de conocimiento público la iniciativa de Daniel Jadue de instalar una “Farmacia Popular” en la comuna de Recoleta, iniciativa que ha provocado reacciones diversas, aunque en su mayoría de aceptación.
Entre esas reacciones positivas, en primer lugar hay una de carácter económica: los precios son más bajos que en cualquier cadena de farmacias del país, porque se venden a costo de venta. En segundo lugar, tenemos una característica ideológica, que podríamos considerar de otrora, ya que va en el rol positivo que está ejerciendo el Estado, que hoy en día es escaso en nuestro país. Y en tercer lugar en lo socio-comunicacional, puesto que es una reacción, claramente, a los casos de colusión en Chile, como lo fue el de las tres más grandes cadenas de farmacias. Sin embargo podemos encontrar una cuarta, una política, en que consideraría que hay un antes y después del edil de Recoleta.El parlamento efectivamente carece de representatividad y por qué razón, no, porque el senador esté en contra implica que esté errado, sino que el argumento lo calificaría de alejado de la realidad social.
Cabe mencionar que hay reacciones en contra, sobretodo en el mundo político, en particular la del actual senador Víctor Pérez Varela, que la calificó como una medida demagógica de la izquierda más que una solución verdadera e hizo la siguiente inquisición: ¿Por qué potenciar las “farmacias populares” si los pacientes de Fonasa pueden acceder en forma gratuita a sus remedios?
Frente a lo anterior, podríamos sacar conclusiones a grandes rasgos: el parlamento efectivamente carece de representatividad. Y no porque el senador esté en contra implica que esté errado, sino que el argumento lo calificaría de alejado de la realidad social.
Efectivamente hay medicamentos gratuitos en los Centro de Salud Familiar, sin embargo el Fondo Nacional de Salud, en primer lugar no cubre todos los medicamentos, en segundo lugar hay diferentes grupos que se atienden por este sistema; A, B, C y D. Estos últimos pueden acceder a la salud privada y ser subsidiados (medida que muchos defienden), y ante la carencia de médicos especialistas y la larga espera para conseguir una hora de atención se ven en la necesidad de abandonar el sistema público y atenderse en el sistema privado que conlleva a suplir, a medias y tampoco de la mejor forma, a mi juicio uno de los problemas más grandes de la nación. Al asistir al médico particular, que atiende por Fonasa, luego dentro de esa atención, nos da la receta, y llegamos a la gravedad de las declaraciones del militante de la Unión Demócrata Independiente; ¿Se puede solicitar medicamentos gratuitos en los consultorios, mediante un certificado médico otorgado por un médico particular?, la respuesta es negativa.
En conclusión, en relación a la iniciativa, que puede ser populista, tal vez, pero consideremos que el derecho a la salud y es más el derecho a la vida (a obtener la vida, si se quiere ver literalmente) está consagrado en nuestra constitución política en el artículo 19; este último derecho, solamente y no el primero, lamentablemente, puede ser objetivo de una acción de protección y los remedios son parte del “mejoramiento” físico o psíquico de la persona. Y por otra parte es lamentable que un “representante” de la república, esté alejado de la realidad chilena y es más, estimo esas declaraciones provienen de un paupérrimo liberal; no puede basarse en tales argumentos, para sostener una idea y que se vive día a día en la praxis.
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