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La famosa hoja en blanco

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Entre las críticas que se formulan al proceso constituyente en el que está inmerso el país es el de la famosa hoja en blanco, esto es, que el diseño y la construcción de la nueva constitución parte de cero, con una hoja en blanco. La crítica se sustenta en ¿por qué partir de cero y no partir de lo que tenemos efectuando las reformas que se acuerden? ¿Por qué no continuar con la estrategia de mejoramiento continuo de la actual constitución en que hemos estado empeñados desde el triunfo del No en el plebiscito del 88?

Estamos ante el clásico dilema en que se encuentran muchas organizaciones: mejoramiento continuo versus reingeniería. Por lo general se opta por lo primero, una estrategia de gradualidad, destinada esencialmente a la necesidad de adaptación a un contexto cambiante para mantener vigencia, para satisfacer las necesidades del mercado y/o abrir nuevos mercados y/o enfrentar nuevos desafíos. La reingeniería es una alternativa válida en contextos críticos, que fuerzan a las organizaciones a repensarse completamente, invitándolas a abrirse, a explorar nuevas opciones, a “salir de la caja”, a replanteárselo todo, a innovar radicalmente.

Desde esta perspectiva, lo que habría que plantearse es si el país vive o no un momento crítico en su devenir político, si transcurridos 40 años desde que entró en vigencia la actual constitución, y sin perjuicio de las múltiples reformas de las que ha sido objeto en todo este período, amerita seguir siendo reformada por la vía seguida hasta este minuto, o ha llegado la hora de una reingeniería que nos invite a repensar el país que queremos. Esto es lo que parece estar en juego en el plebiscito de abril.

Rara vez una organización resuelve implementar una reingeniería en tiempos de “normalidad”. Por el contrario, como ya se afirmó más arriba, en momentos de crisis. Por tanto, lo que habría que preguntarse es ¿cómo estamos como país? ¿Estamos satisfechos con nuestra situación y la de quienes nos rodean? ¿Nuestros problemas son los clásicos, tienen solución dentro de los cánones en que nos movemos? ¿O requieren de un fuerte cambio de timón? ¿Tenemos opciones de mejoras significativas?

Quienes adhieren a la Constitución actual no deben olvidar que ella fue concebida en dictadura, entre cuatro paredes, sin participación alguna, salvo de sus adherentes. Y cuando la construyeron lo hicieron sobre una hoja en blanco, haciendo tabla rasa con la constitución del 25. Sin recato alguno, y sin arrugarse siquiera, aplicaron la famosa metáfora de la retroexcavadora.

La hoja no será tan en blanco, porque podrán incluir todo lo bueno que estimen tiene la actual constitución si así lo determinan dos tercios o más de los convencionales.

La opción apruebo lo que aspira es que tengamos una Constitución construida entre todos, incluso por quienes respaldan la constitución que tenemos a través de los representantes que escojan para la convención que se convoque con ese propósito. Esto significa que la hoja no será tan en blanco, porque podrán incluir todo lo bueno que estimen tiene la actual constitución si así lo determinan dos tercios o más de los convencionales.

Esto explica que dentro del gobierno y de las mentes más lúcidas de la derecha, no pocos se han abierto a la opción de aprobar la gestación de una nueva constitución.

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2 Comentarios

vasilia

vasilia

Lei los tomos de la Comision Ortuzar, cuando se planteo tener una «nueva constitucion desde cero». Y no ocurrio. Porque nada en la vida parte de cero.

Hay muchas cosas que deben mantenerse, porque definitivamente no vamos a ser una republica parlamentarista. Hay cosas que deben cambiarse, como por ejemplo seria muy bueno tener un congreso unicameral, no somos un pais tan grande ni tan recontradiverso que tengamos un congreso mas grande que la Duma rusa o el de Estados Unidos. Y definitivamente hay que poner fin a tanto vericueto Guzmanezco, como son los quorum y todo lo farragoso del tramite para que un proyecto se convierta en ley

Son las letras chicas, esos amarres maquiavelicos de Guzman los que hacen imposible reducir este paso a una mera reforma constitucional, es necesario una nueva, que respete lo mucho que se ha conquistado previamente y que no sea un ejercicio de interpretacion que es ahora

Patrick Fisk

Buena!

Y pensar que quienes creímos en el Viva el Cambio hoy “estamos representados” por un miedo al cambio, una paradoja anecdótica por cierto.

No hay hoja en blanco en la medida que no se puede cambiar todo de cuajo, lo central es que muchos aún no se dan cuenta de que hay una oportunidad de oro.

Me encantó que tu columna se centrara en la ingeniería, en los feedbacks y en su ajuste al momento actual.

Al final del día, el tema es ver si ganamos quienes entendemos que un modelo de mejora continua, parte por ver una oportunidad en la crisis y en la reestructuración como una manera de refortalecer los cimientos y pilares de la estructura central.

Un abrazo y ojalá no uses la teoría del caos jjajaja