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La dicotomía impositiva de Chile

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Advertencia: al terminar de leer esta lectura, las palabras se las pudo haber llevado el viento.  Los impuestos son el dolor de cabeza de los gobiernos (y la ciudadanía).
 
Tengo la mala costumbre, de empezar todo lo que escribo por el final y esta columna no será la excepción. La innovación tributaria debe tener en consideración una reforma a la carga y, por sobre todo, una mayor transparencia en el destino al que llegan los impuestos de cada región de nuestro país. No sólo de la Región Metropolitana  o los estudiantes, sino además, una innovación a todo el sistema tributario.
 
Pero, ¿cuáles son los problemas del sistema impositivo chileno? ¿O su modificación sólo es un “capricho” de la ciudadanía? Despejemos dudas.
 
Retrocedamos el tiempo. Recordemos que en la campaña de Sebastián Piñera del año 2009 no figuraba dentro de sus promesas de campaña una modificación (ni menos una revisión) al sistema administrativo de recaudación impositivo chileno. ¿Por qué? Simple: no le convenía en aquel momento abrir el debate. ¿Cuándo debía abrir la discusión? Si fuera posible, no bajo su Gobierno.  Los estudiantes lograron, a duras penas, desarrollar una “conciencia tributaria”, en especial en la clase media. Además un compromiso de gobierno: en abril del presente año se enviará al Congreso una propuesta de innovación tributaria.
 
¿Qué podemos esperar de esa propuesta? No mucho. Las políticas de este gobierno (y la Concertación no se salva) en materia económica son continuistas. Nada nuevo bajo el sol.
 
¿Cuáles son los impuestos que afectan directa o indirectamente a la clase media? El impuesto directo a las personas, el “maldito” impuesto a los combustibles, el impuesto al crédito o el impuesto de timbres y estampillas, o el impuesto a la herencia, por nombrar algunos. El sistema tributario chileno está pensado para favorecer a las elites.
 
¿Qué tan factible es una innovación tributaria? Se requiere hacer la definición de para qué quiero la reforma tributaria. Si la reforma tributaria tiene por objeto darles más recursos a las personas, revisar el IVA y la posibilidad de bajarlo es una opción que se puede analizar. 
 
Pero vamos  a la letra chica. El sistema tributario chileno es inequitativo, ineficiente e insuficiente. Los niveles de desigualdad tributaria son “vergonzosos”, por dar un adjetivo. La carga tributaria entre clases es una de las más desiguales en el mundo. Y para qué hablar de las diferencias en la carga tributaria de la pequeña, mediana y gran empresa.
 
La letra chica es que los chilenos se dieron cuenta que la Concertación es mas de derecha que la derecha. Para la oposición, letra chica es todo aquello que nunca estuvo dispuesta a hacer en veinte años de gobierno y que ahora exige que se haga efectivamente.
 
La clase media sólo quiere que el sueldo a fin de mes  alcance, en la medida de lo posible, para suplir la mayor cantidad de necesidades del día a día. La clase media tiene en su mente una cosa: la disminución del IVA a los combustibles. ¿Es factible? Volveré sobre este punto más adelante.
 
El reporte de la OCDE 2012 le sugiere a nuestro país modificar lo que los estudiantes con carteles en mano pidieron el año pasado: mayores recursos para el gasto público.
 
Administrativamente, nuestro sistema de impuestos es muy eficiente. Una de las tantas letras chicas, es que ciertos combustibles para uso industrial no llevan carga tributaria, por consiguiente, para inclinar la balanza en recolección de IVA se deben cargar las bencinas más consumidas: las de uso doméstico y transporte.  ¿Contradictorio? Hasta cierto punto.
 
Y aquí vuelvo al punto que dejamos pendiente. ¿Es factible la eliminación del impuesto específico de los combustibles? Si fuera así, ¿sólo para Santiago, o todo Chile?
 
Volvamos a la letra chica. Según la ley 20.493, la tasa del impuesto es de 1,5 UTM por metro cúbico para el petróleo diesel y de 6 UTM por metro cúbico para la gasolina automotriz, las cuales se modificarán sumando o restando un componente variable determinado para cada uno de los combustibles señalados. Si esos valores los multiplicamos por toda la cantidad de vehículos, para no ser exagerados solo en la Región Metropolitana, es una cantidad no menor.
 
La letra chica, es que el Estado puede financiar este impuesto. El problema, es que no se sabe por cuánto tiempo.  Bajar el impuesto a los combustibles es una idea populista, pero sobre la que la derecha divaga hace unos años. La Concertación solo debe sentarse a negociar entre ellos.
 
Al gobierno de los mejores no le conviene hacer oídos sordos frente a las demandas tributarias de la nación. Puede  perfectamente hacer las innovaciones que se le están exigiendo, entre ellas la simplificación de la gestión tributaria de las pequeñas y medianas empresas por la vía de facilitar y hacer más grande el incentivo a la reinversión de las utilidades sin una carga tributaria tan alta como las grandes empresas. 
 
Un alivio para la clase media, en este sentido, se reflejará en las urnas presidenciales.
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8 Comentarios

gabmarin

Ya estoy aburrida de escuchar eso de que en 20 años no se hizo nada. Si el columnista hubiera tenido un mínimo de rigor se habría dado cuenta que parte de lo que no se hizo fue efectivamente porque la Concertación no quiso y otra parte, sin duda la mayor, porque la Alianza -gracias al binominal- bloqueó reformas de fondo. Es lamentable, pero siempre resulta más atractiva la frase vendedora pero inexacta.

    prementeria

    prementeria

    Gabriela, como dije en el texto, los políticas de ambos sectores políticos son continuistas. Segundo, la derecha no tiene mayoría en el Congreso, si en materia de leyes te refieres, gracias por el comentario.

abechtold

abechtold

El tema de que los impuestos son desiguales es la canción de moda en el último tiempo.
En Chile ¿quien paga mas plata, un rico o un pobre? El rico, si o si, en monto. ¿en % de sus ingresos?..ahí puede que no. Pero el rico también gasta en alimentación un % menor que el pobre, en realidad en todo gasta menos en proporción al pobre.
El fondo de todo es como se le da MAS dinero mensual al pobre, y como se hace para que el rico tenga MENOS dinero mensual. El tema a acordar es COMO se quiere que quede la distribución de ingreso, etc, etc. El COMO se logra eso, poniendo impuestos a los viajes aéreos, sacandole a los combustibles, subiendo el de los autos de lujo, bajando el IVA, poniendo impuestos a las colegiaturas de colegios privados, entregando un bono en los colegios públicos, etc…hay mil soluciones. Si la idea es aplanar la cancha, sin mas, hay miles de formas.
El problema se genera respecto a si aplanar la cancha, a secas, es el objetivo. Los impuestos son un medio, reducir la discusión a eso es lo miope.

    prementeria

    prementeria

    El tema del sistema impositivo chileno, nunca dejaremos a todos contentos. Es un tema complejo, lo importante, es equilibrar y hacer justicia entre los qe pueden pagar más impuestos al país y los que no, gracias por tu comentario.

peon

Hay y ha habido períodos en los que no se debiera cobrar impuesto a los combustibles, especialmente cuando se pasa por un tiempo en el que la economía está propensa a la inflación…

En el tiempo de la crisis de la banca norteamericana, el pan costaba $600 los mil gramos y luego de ella quedó costando $900 la decena de hectogramos, y nunca bajó el precio…

Para colmo no actuó COTRISA en su momento y luego .. había personas tan extrañadas de que el precio del pan no bajase, cuando ya había bajado el precio del trigo, que incluso ordenaron una investigación…

Por la flaite que hay gente irresponsable o torpe en determinados períodos de nuestra historia y cuánta comprensión les llega a faltar…

Insisto en que los políticos debieran usar el transantiago y ganar el sueldo mínimo y no disponer de más recursos que de el sueldo mínimo, ya que quizá eso les podría hacer pensar con más lucidez…

fdgdf

    prementeria

    prementeria

    Peón, lo importante es que las autoridades sean capaces de hacer un buen uso de su poder y tomar las correctas desiciones, sobre todo económicas en tiempos de crisis. Nos enontramos en un escenario en donde la crisis de la Eurozona no nos deja tomar las medidas impostivias deseadas, sin embargo, eso no impide una proyección innovadora de nuestro sistema, gracias por el comentario.

peon

Es sabido que las autoridades deben tomar buenas decisiones, pero, no siempre lo hacen y cuando se pegan una embarrada, de las proporciones inflacionarias que lo hizo Bachelet al no quitar el impuesto a los combustibles en su momento, es la población de más escasos recursos la que más lo sufre…

¿A quién se supone que la eurozona no deja tomar «las decisiones impositiva deseadas» y cuáles debieran ser aquellas?…

¿A qué «proyección innovadora de nuestro sistema» te refieres?…

¿Me la puedes explicar?…

kjfd

    prementeria

    prementeria

    Peón, intentaré contestar tus dos preguntas de la mejor forma posible.
    Sabemos la situación de la Eurozona; la alarma de tormenta para Chile no está sonando, pero el interuptor no está apagado. Somos un país primario exportador, si baja el precio del cobre, baja la economía chilena. En simple, si el gobierno tiene que transformar sus dólares a pesos para poder gastarlos en salud o educación, vamos a terminar con el dólar debajo de 400 pesos, y se va a ir al demonio la agricultura, la industria, y toda la exportación de bienes transables, con lo cual el desempleo y la consecuente inequidad se agravarán, al menos durante el par de décadas que tomaría crear suficientes empleos de alta productividad en la construcción y los servicios.
    Sobre la segunda pregunta, como dije en el texto, ¿Qué reforma tributaria queremos? Con innovación me refiero, o mejor me pregunto, si realmente queremos que Chile llegue a ser un «país desarrollado en el 2018», aumentar la carga tributaria debe ser sí o sí. Llevamos 25 años de crecimiento casi ininterrumpido y la inequidad sigue igualita. Tal vez podríamos ir a La Pintana o Lolol a conversar con la gente para explicarles que deben esperar otros 25 años para que les podamos chorrear como se debe.