El mundo de los trabajadores en Chile, no sólo pertenece a las personas que están afuera de las empresas sino también a la gente que atiende al público, frecuentemente caracterizado por vendedores, externos, estudiantes, entre otros.
Hoy día estamos para entendernos como sociedad desde izquierda a derecha.
Muchas veces se habla de personas influyentes con capacidad de liderar movimientos sociales, como los estudiantes, los sindicatos del área de salud y de los profesores, que se articulan a través de la CUT. Hay que formar una gran fuerza no sólo en las calles sino también en juntarse para hacer un mejor país.
No sólo las organizaciones de izquierda deben salir adelante, sino que la unión de Chile necesita a la derecha para formar una «filosofía ética laboral».
Por su parte, las personas de derecha no deben sentirse fuera de los movimientos sociales, aunque estén en los mandos de las empresas, porque el mundo llegó para cambiar. Hoy día estamos para entendernos como sociedad desde izquierda a derecha.
Se requiere empezar a agrupar las organizaciones para hacer desarrollo en los pueblos chicos, los barrios o las poblaciones. No hay que pujar por la desconfianza porque todos somos una ciudad, un país, que lucha por salir adelante. También hay falta de conciencia en cómo se dan los fondos, ya que se dan a las provincias que tienen más habitantes.
Las organizaciones y los sindicatos deben ser más sólidos, y se demuestra que debe haber una mayor capacidad para hacer proyectos en común que hoy día no se tiene. Los temas sensibles o morales siempre tienden a quedar fuera por la diferente forma de pensar tanto en la izquierda o en la derecha.
Se debe aumentar las capacidades de desarrollo y liderazgo de las organizaciones, que vayan más allá de la política, que se unan a los trabajadores en metas, visiones y misiones.
Estamos en una época donde podemos unirnos entre trabajadores y empresarios; ambientalistas e inversionistas; o gerentes y vendedores. Las cosas han cambiado en lo social y económico.
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