Ayer perdió Chile frente a una débil Venezuela en la Copa América. Nos quedamos nuevamente con las ganas y con ese sabor amargo de la frustración permanente. Jugaron las mismas figuras que nos llevaron al Mundial, pero con un planteamiento táctico desordenado. A ratos se vio buen fútbol, pero el equipo dio demasiadas licencias, sumadas a las clásicas desaplicaciones en el mediocampo y en la defensa. La disciplina, el orden táctico que caracterizó a la selección de Bielsa, cedió al concepto de arte que le imprime Borghi, a ratos un espectáculo, otras veces lo de ayer. Y no nos alcanzó.
Esta no fue una derrota de Borghi, que se tomó en serio el desafío y dio lo que era capaz de dar. Esta fue la derrota de Jadue liderando la ANFP y de los dirigentes corruptos que representan a las S.A. que gobiernan el fútbol chileno. Ellos fueron los que tramaron el actual escenario, tras un golpe blanco a la gestión de Mayne Nicholls, urdido desde las mismas oficinas desde donde se mueven todos los hilos de Chile S.A.
Hay que decirlo con todas sus letras: la derrota de la selección tiene los mismos orígenes que el caso de La Polar, que el lucro en la educación y que la mayor parte de las situaciones que nos están haciendo perder la paciencia, y suma a esa indignación nacional que se expresa a diario como un torrente en las calles. En el centro está la ambición desmedida y descontrolada de quiénes creen que porque poseen el capital, pueden hacer y deshacer a su antojo en cualquier ámbito de nuestras vidas e imponer su visión de mundo. De esta forma, quien se atreve a disentir, es rápidamente eliminado del escenario, y reemplazado por los obsecuentes como Jadue, dispuestos a venderse por unas migajas, sólo por sentirse parte del selecto grupo, aunque sea mientras dure la fiesta.
En España, el movimiento de “los indignados” ha escrito en las paredes de las ciudades consignas tales como:
– Nuestro dinero no es para el banquero,
– Poco pan para tanto chorizo
– Si no nos vais a dejar soñar, no os vamos a dejar dormir
– Me sobra demasiado mes al final del sueldo
– Nuestros sueños no caben en sus urnas
– Políticos y banqueros, mentirosos y usurero
– Recortad nuestros derechos y quemaremos vuestros techos
– El oro del banquero es la sangre del obrero
En Chile, además de pedirlas prestadas, debiésemos agregar a la lista: “Señores empresarios, vuestra codicia es nuestra injusticia” o “Empresarios usureros, vuestra ambición es nuestra maldición”.
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