Iniciamos un nuevo año con una agenda impuesta desde el corazón de aquellos que siempre vieron el Chile que decíamos tener desde la lejanía, como si ese paraíso o ese edén solo fuera de algunos privilegiados, nunca entendimos de manera correcta que este Chile era de todos, que no habría patria justa ni grandes alamedas por donde pase el hombre libre, si no teníamos como sociedad la ganas de empatizar con aquellos que construían Chile con el esfuerzo diario, alejados de privilegios, pero comprometidos con el día a día. Esa inmensa mayoría desde siempre hizo justicia solidaria, regalo sonrisas generosas, puso de pie a quien de rodillas alzaba sus brazos buscando esperanza, esa inmensa mayoría conoció injusticias y carencias mientras uno pocos disfrutaban de una mesa generosa, de una educación y salud digna y una vejez colmada de privilegios pero sobre todo tranquila.
Desde octubre, decir que Chile conoció un nuevo Chile es seguir pensando desde el egoísmo individualista, desde octubre hasta hora no hay un nuevo Chile, lo que hay es la visibilización desesperada del Chile de siempre, ese que nunca entendió cifras macroeconómicas o indicadores de calidad de vida que nos ponían como ejemplo en la región, mientras el esfuerzo de millones se hacía cada día más necesario para un poco de dignidad.Iniciamos el año desafiados, interpelados por puños en alto que se confunden entre consignas que reclaman la patria justa que la patria nuestra necesita, no hay en nuestra historia momentos como el que ahora nos interpela
Iniciamos un nuevo año con una meta clara, con la necesidad definida por aquellos que enarbolaron banderas más allá de partidismo y que hablaron de transversalidad y justicia. Iniciamos el año desafiados, interpelados por puños en alto que se confunden entre consignas que reclaman la patria justa que la patria nuestra necesita, no hay en nuestra historia momentos como el que ahora nos interpela. Chile hoy no necesita miradas distintas, ni consignas antagonistas, Chile hoy nos busca para que juntos seamos parte de una historia hacia la conquista de un nuevo Chile, uno donde estudiar no sea una condena que no deje despegar los talentos de quienes todo lo pueden, un país donde nuestros adultos mayores no escondan sus sonrisas angustiados por un futuro incierto, uno donde la paridad y justicia no se asegure por ley sino que se manifieste espontáneamente en cada rincón de esta tierra generosa que está dispuesta a darnos todo, pero que hoy disfrutan uno pocos.
Hagamos que este año los mutilados se sientan orgullosos, hagamos que este año los violentados digan mañana que valió la pena, hagamos que este 2020 quede en la memoria como el año en que fue posible comenzar a escribir justicia sin temor a que se convierta en un inalcanzable , hagamos juntos que este año la historia nos sonría de manera distinta, sincera, hagamos de este 2020 el año de la conquista de un nuevo Chile.
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