Siempre me gustaron los lemas de campaña usados en los gobiernos radicales, inspirados en los principios de la Revolución Francesa (Libertad, Igualdad, Solidaridad, Participación y Bienestar) enviaron mensajes tan importantes como “Gobernar es Educar” y “Gobernar es Producir”. Lo mismo me inspira hoy a pedir que este gobierno o el próximo comprenda que inocular el sistema es el norte que debemos proponer.
¿Se acuerdan cuando Fra Fra pasó un par de noches en el anexo Cárcel Capuchinos? recuerdo haber estado viendo esa noticia junto a un amigo y su papá (abogado con especialidad tributario) y escucharlo decir ¡No le va a pasar nada! ¿Cómo? – Fue lo primero que pregunté – y su respuesta me abrió lo ojos, “Hay fórmulas legales que permiten robar sin ser condenado y tu único riesgo es quedar detenido un par noches… a final de cuentas, cuando tienes plata y no tienes moral, todo es posible en este sistema”. No tengo claro cuantos años han pasado desde ese día, pero al parecer las leyes, siguen siendo las mismas.«Gobernar es Vacunar» implica introducir al poder legislativo a personas que entiendan el virus de la corrupción y sepan donde están las falencias que le permite vivir y crecer, ¡Basta de políticos codependientes de sus asesores legales.
A la luz de los escándalos de los que hemos sido testigos desde que volvió la democracia, más allá de Penta y Caval, parece que llego la hora de que votemos por quienes pueden corregir el sistema. Hoy más que nunca lamento profundamente que Rafael Garay no haya salido electo Senador por el Bio Bio costa, porque se requieren tipos así para hacer frente a estos escándalos desde donde se gestan.
«Gobernar es Vacunar» implica introducir al poder legislativo a personas que entiendan el virus de la corrupción y sepan donde están las falencias que le permite vivir y crecer, ¡Basta de políticos codependientes de sus asesores legales!, ¿Qué sentido tiene votar por alguien que no entiende nada de leyes y que entre lobby e ideología incompleta cree que es capaz de resolver vicios que llevan años desangrando al fisco?
Volviendo a Penta, ¿Dónde está el crimen? ¿En el financiamiento truculento? o ¿En la retribución al aporte?, respecto a Caval ¿Cuál es el crimen? ¿Quedarse con más de 2.500 millones? ¿Conseguir un préstamo sólo con influencias? ¿Saber que los terrenos cambiarían de avalúo antes de la venta?, sumando y restando, para mí, el crimen está en la inexistencia de leyes que impidan la realización de estos negocios truculentos y esa culpa amigos míos, es nuestra.
Se acuerdan del caso de las Boletas de Guido Girardi o el complejo escenario que vivió Juan Pablo Letelier o del paso de Rodrigo González por el Municipio de Viña del Mar o Sebastián Piñera en el Banco de Talca y porque no, lo hoy estudiado en el caso Cascadas o Jacqueline Van Rysselberghe en Concepción o todos los involucrados en la Ley de Pesca de Longueira o Laurence Golborne con el tema de los paraísos fiscales y la repactación unilateral de las tarjetas… Podría seguir eternamente (los invito a postear libremente de los que ustedes se acuerdan), pero si no hacemos algo, el problema seguirá siendo el mismo.
¿Será que estamos secuestrados? ¿No quedará nada más que entrar a robar al supermercado en esta catástrofe de representatividad? ¿Es lo que queremos de Chile?
Ustedes se ven (yo me salí de las trincheras hace rato) tan ridículos jugando al empate; «que nadie de la Nueva Mayoría dice algo», «que Penta es más grave», «que donde está Andrade», «que la derecha no tiene moral para hablar», «que es el peor error político de la Presidenta», «que la Dictadura sentó las bases del problema», «que no podemos aspirar a ser como Argentina o Venezuela», «que el modelo Norteamericano hace esclavos» y bla bla bla… ¡Basta! Como dice la Bersuit… («Si no lo pueden voltear lo van a querer comprar. Con discursos, si no les sale. Son capaz de darle acciones a los grandes mercaderes) Quizás la respuesta se esconde en eso, en inundar a la ciudadanía con mensajes con calle y musicalizados. Es tiempo de trabajar de verdad y salir de esta maldita inercia que sólo favorece a los mismos narcos de siempre, esos que están traficando influencias «en los tres poderes del Estado. ¡Pero no aún en el Quinto!
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