Acaecía un día 6 de marzo de 2005, cuando falleció una de las más notables, maravillosas y valiosas líderes sociales que Chile ha tenido y nunca olvidará: Gladys del Carmen Marín Millie.
Hoy que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, creo que es importante rendir tributo a un excelente ser humano como Gladys, quien encabezó y luchó por los derechos sociales de las mujeres, la juventud y sobre todo de los más necesitados.
Recordemos que Gladys desde temprana edad abrazó nobles ideales, fue militante comunista durante toda su vida, ocupando diversos -desde Secretaria de las Juventudes Comunistas hasta obtener, con mucho honor y merecimiento, el cargo de Presidenta del partido). Ella nunca transó sus valores altruistas y su gran conciencia social que la caracterizaron hasta el fin de sus días.
Gladys tuvo que enfrentar y sortear numerosos, complejos y difíciles episodios, como la muerte y desaparición de su marido Jorge Muñoz Poutays a manos de uno de los organismos más represivos y exterminadores de la dictadura (la DINA). Su exilio, la separación de sus pequeños hijos, Alvaro y Rodrigo; su constante abogacía desde la clandestinidad para denunciar los crímenes de la dictadura y combatirla, la constante crítica asidua que tuvo que vivir al regresar a Chile, en el momento que fue candidata a Presidenta de Chile, su posterior y dramática enfermedad que le produjo su deceso.
Hoy que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, creo que es importante rendir tributo a un excelente ser humano como Gladys, quien encabezó y luchó por los derechos sociales de las mujeres, la juventud y sobre todo de los más necesitados.
Cabe destacar que ella nos legó una bella frase: «Nunca hay que dejar de luchar, aunque en eso se nos vaya la vida», y nos entrega la preciosa moraleja que siempre hay que abogar por los derechos sociales y contribuir a construir una sociedad más justa, equitativa, en la que no exista exclusión, donde prevalezcan los lindos valores humanos, donde la dignidad del ser humano sea respetada y garantizada en sus todos ámbitos.
Además, Gladys fue siempre leal con el Presidente Salvador Allende, su programa político-social y lo siguió profesando hasta su muerte. Ese hecho, nos habla de una gran persona que nunca traicionó ni abandonó a su pueblo.
El recuerdo de Gladys siempre vivirá en el corazón de quienes creemos, soñamos y deseamos profundas transformaciones sociales para Chile. De los que estamos dispuestos a enfrentar toda clase de desafíos para lograrlo, siempre con visión, posición colectiva, generosa, honesta, desechando toda clase de individualismo, ambición, intereses y egoísmo, amando y respetando al ser humano en su esencia.
Gladys, aunque transcurrían mil años, nunca te olvidarán y siempre estarás en mil corazones.
Comentarios
03 de julio
Que linda de alma…eso es ella..
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