Hace unas semanas, Piñera afirmaba en rueda de prensa desde la cumbre del G20 que se estaban «tomando medidas para proteger nuestras fronteras”. De esta forma, ponía especial énfasis en los problemas que hoy existen en la puerta de entrada norte de nuestro país. Aquel tono que nos tiene acostumbrado el Presidente, nos instruye de manera anticipada el trato a la crisis que hoy se vive en la frontera de Chacalluta, como un problema de “seguridad”.
El enfoque que se utiliza para afrontar problemas como estos, no surgen de manera natural, pues existe diversidad de formas de percibir y analizarlos, de manera que la cuestión de seguridad que indicaba el Presidente no es al azar, y es precisamente como algunos medios de comunicación y partidos políticos han tratado el tema. De este modo, hoy vemos como aquella influencia en los espacios públicos, también ha distorsionado la opinión publica tomando de manera natural la forma en que se está tratando este problema el gobierno.
Llevamos un año de intensa actividad en los noticieros mostrando los horrores de la crisis en Venezuela, donde se ha querido argumentar los problemas que viven a diario los venezolanos en su país, llegando al punto de que nuestro Presidente, fue una cara visible en todo el proceso de resistencia contra Maduro en Cúcuta, pero, ¿Qué fue lo que transformó aquella política de ayuda humanitaria hacia Venezuela, a una precariedad administrativa y se optó por vincular la inmigración en el norte del país con la seguridad de nuestro país?Aquel tono que nos tiene acostumbrado el Presidente, nos instruye de manera anticipada el trato a la crisis que hoy se vive en la frontera de Chacalluta, como un problema de “seguridad”.
El titulo no es antojadizo, el problema fronterizo perdió todo carácter de trato humanitario. El colapso con más de cuatrocientas personas en búsqueda de un visado que los pueda dejar pisar el país hace que lo que viven aquellos migrantes sea de todo menos humano. La mayoría de aquellos, que de manera terrestre llegaron a la frontera de Perú-Chile, duerme en la calles, se alimenta gracias a la ayuda de vecinos y organizaciones humanitarias, esperando alguna respuesta positiva para su visado, otros en cambio, optan por caminar en campos minados a precios que van más de unos cuantos dólares, el precio de sus propias vidas, y aun así, el gobierno trata el problema como un colapso administrativo y con firmeza en la seguridad nacional.
La falta de congruencia política en el gobierno no deja de ser importante, ya que el Presidente está en conocimiento y así lo afirma convincentemente sobre la crisis que vive Venezuela, y pese a las ayudas humanitarias que ha mandado al país, no ha sido capaz de afrontar la crisis en nuestra frontera con los ojos puestos en las urgencias residenciales de los venezolanos apostados en el norte de nuestro país y la ambivalencia con la que se quiere tratar esta crisis, precisamente desde la seguridad, como si el problema migratorio fuera un tema de legal e ilegales, honestidad y deshonestidad, que causan daño a nuestro país, como lo ha expresado Sebastián Piñera.
Por último, me quiero referir a lo importante que es tratar de soltar las cadenas prejuiciosas que se están gestando en la opinión pública entorno a la inmigración en Chile. Es indiscutible el aumento de la migración, y que se necesita urgentemente una innovación en la leyes entorno a esta materia que regularicen y amortizan una nueva multiculturalidad y responsabilidad estatal con los nuevos integrantes de nuestra sociedad, pero hay que tener mucho ojo en como somos espectadores de este escollo que hoy tiene a familias en condiciones y tratos inhumanos en la puerta de nuestro hogares.
Comentarios
11 de julio
El presidente no puede ni debe hacer más de lo que dictan las leyes o seria una dictadura lo que puede hacer se esta haciendo, que es trasladar e las personas a costo nuestro ante el consulado de Tacna para completar los tramites que dictan las normas de inmigración en Chile REPITO de puede ni debe hacer mas que lo que dictan las normas Chilenas por que juró y prometió respetar las leyes
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14 de julio
Es bastante triste lo que esta ocurriendo, sin duda es una situación díficil, pero la pregunta es ¿debemos saltarnos nuestras leyes? . Es curioso que quienes rasgan vestiduras por esas personas que sufre son los mismos que apoyan a ese regimen de terror, son complices del dolor de miles de familias, porque solo ven las dictaduras de derecha, pero no quieren ver las miserias del otro lado. En realidad no les importan las personas ni nunca les ha importado, lo que les interesa es la jugada politica, doblegar al rival, vencer, hacer prevalecer su ideología, no importa el costo. El problema de las caravanas es que junto al niño que llora, la madre que sufre su impotencia y a aquella persona que busca una mejor vida, lo que vemos en la tele, se cuela el delincuente, el narco, el sicario, la otra parte, la que trae la muerte, por ello el estado debe revisar bien, ser cuidadoso,cotejar información. A las personas de buena tela y que estan sufriendo hay que recibirlas en forma cálida, pero hay que respetar las pocas leyes que nos protegen.
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