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Frivolidad y Reforma Tributaria

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Desde hace varias semanas -a grosso modo- la hazaña de unificar casi todas las opiniones en torno a la reforma tributaria se zambullo en la toma de decisiones. Una vez alcanzado el protocolo de acuerdo «Por una Reforma Tributaria para un Chile más inclusivo» sobre una de las tres iniciativas  emblemáticas del Gobierno, algunos columnistas se embarcaron en la frivolidad del análisis.

La Real Academia Española define Frívolo como: “espectáculos ligeros y sensuales, de sus textos, canciones y bailes, y de las personas que los interpretan”.

Así entonces, en gran parte de este tiempo humano, la fiebre de la continuidad ha colonizado varios de los puntos de vistas sobre el nuevo ciclo y las transformaciones en curso.

Las críticas al protocolo de la reforma tributaria aparecen como un pseudo problema en este caprichoso reino de la fantasía, y no han conseguido más que un monótono concepto, en ambos lugares del péndulo de la realidad. Veamos:

Por una parte, el agudo columnista del El Mercurio y rector universitario Carlos Peña señaló: «¿Desde cuándo los ministros del Gobierno, como lo acaba de hacer el ministro Alberto Arenas, discuten los asuntos públicos a la hora del té, en el hogar de los asesores de la oposición, lejos del escrutinio público y del Parlamento?…».

Por otra, Héctor Soto escribió en su columna del diario La Tercera que: “Algo cambió esta semana. La atmósfera política es muy distinta después del protocolo de acuerdo suscrito entre gobierno y oposición la noche del martes. Por una parte, se disipó la fantasía de un gobierno que venía a refundar el país haciendo borrón y cuenta nueva. Por la otra, se recuperaron los acuerdos como instancias de legitimidad para las nuevas políticas públicas que el gobierno se propone llevar a cabo”.

La versatilidad de las opiniones  y las luchas por  el prestigio de cada una de estas plumas, cuyos matices interpretativos o ligeras desviaciones, representan algo así como un lifting del pensamiento crítico dominical.

En estas líneas -entre otras por supuesto- es interesante destacar los conceptos de “compromiso y distanciamiento” de Norbert Elias. Esto es, el esfuerzo de la comprensión mutua requiere de un espacio de maniobra que abarca desde el extremo que supone la plena identificación con el otro, hasta el otro extremo: la total separación de él, actuando siempre con cautela para no aproximarse en exceso a cualquiera de los dos polos.

es interesante destacar los conceptos de “compromiso y distanciamiento” de Norbert Elias. Esto es, el esfuerzo de la comprensión mutua requiere de un espacio de maniobra que abarca desde el extremo que supone la plena identificación con el otro, hasta el otro extremo: la total separación de él, actuando siempre con cautela para no aproximarse en exceso a cualquiera de los dos polos.

Permítanme además, una sola palabra para indicar la idea de la historia implicada.

Aunque no han sido cuantificados los triunfos en la construcción de una sociedad integrada -a nuestro juicio- algunos vectores han sido detonantes en el chile democrático post transición. Uno de ellos es el rol del estado y las políticas públicas para enfrentar las desigualdades y las inequidades. Con el tiempo quedo claro que no se podía cuadrar con la lógica del mercado. Esta batalla humanitaria también enfrentó a los pesimistas de aquel presente, que con el correr de los años mutaron como optimistas del futuro. Y esto no es una excepción a lo apuntado en líneas anteriores.

En consecuencia, existen argumentos para la preocupación, pero no para la desesperación.

Así situados tras el rastro o huella de Marx o de Heidegger, nuestros eruditos, ilustrados y versados columnistas son aún incapaces de aproximarse de la forma que sea a los cambios políticos y sociales en curso. Con o sin la  astucia de la razón.

Finalmente, en la película del nuevo ciclo en algo Peña y Soto tienen razón, empieza a ser una verdad que este “protocolo” es el peor de los escenarios.

Solo les añadiría que… con la excepción del resto de todo lo demás.

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3 Comentarios

Joaquin

Efectivamente una lectura de Soto y Peña bien «desesperada», como dice Olea en su audaz opinión.

Elena M.

Como siempre una lectura y pluma aguda de este columnista. Me parece que lo importan de la reforma es la recaudación y su objetivo de generar los recursos para integrarnos más en esta sociedad tal desigual.

Mauricio

A lo Deng Xiaoping: “No importan el color del gato, lo importante es que cace ratones”. El propósito de la reforma tributaria, es la recaudación para avanzar en un Chile más inclusivo.