Aún retumban las palabras del Papa Francisco respecto de su visión sobre cómo abordar la cuestión marítima entre Bolivia y Chile. Indicó: diálogo, diálogo y diálogo, no levantar muros y sí tender puentes para que naciones hermanas avancen. No terminaban aún los análisis de comentaristas, académicos, políticos y -en especial- de la Cancillería chilena, sobre sus dichos, cuando Francisco continuaba con declaraciones afirmando que es legítima la aspiración marítima boliviana.
¿Es importante lo que indica el Papa? Sí, muy importante. Sobre todo cuando de la acción que debe desplegar la Política Exterior de Chile, en el futuro inmediato y mediato, se refiere. No son pocos los que desde el análisis político academicista o político partidista han entregado fórmulas y consejos de cómo interpretar la realidad de las relaciones internacionales bilaterales entre ambos países; y desde ahí, entonces, generar la más pertinente acción de Política Exterior cuando a la relación con Bolivia se refiere.El afán no es caer en el activismo ambiental, sino visibilizar cómo el tema ambiental hunde o no raíces en la reflexión política profunda -incluida la filosofía política-, e interpela nuestro actual modelo de desarrollo.
Pero para Chile ¿sólo el anterior dato que dejó la visita pastoral de Francisco por Ecuador, Bolivia y Paraguay es importante? o ¿habrá otro dato que también importa a nuestro país cuando del modelo de desarrollo se refiere? Ese nuevo dato instala otra cuestión importante, y consiste en comprender cómo el medio ambiente se vincula linealmente con la cuestión pública, -esto es- la política en un marco de espacio geográfico.
No son pocos los que entienden como muy importante la cuestión medioambiental: la contaminación de Santiago, Temuco, Isla de Pascua, los microbasurales comunales, el calentamiento global. Lo mismo ocurre con los procesos extractivistas o neoextractivistas (cobre, oro, carbón, agricultura, u otros) que se conocen en la actualidad y que son soporte de nuestro modelo de desarrollo; que, sin embargo, en nada se condicen con la idea de desarrollo sustentable que los organismos internacionales y multilaterales proponen e invitan a integrar en el diseño de política pública de los países.
Sin desmerecer, la importancia de las palabras del Papa respecto de la relación con Chile y Bolivia, parece interesante detenerse en esta cuestión que fue también parte de los contenidos de la visita pastoral: «la importancia del buen trato del medio ambiente como condición básica de vida en un marco de equidad social». Entonces, afirmando que la cuestión medioambiental puede ser abordada desde la ecología política u otra disciplina afín, lo que importa del mensaje pastoral y moralizante de Francisco: el medio ambiente es una variable inminentemente política, ya que se encuentra directamente relacionada con modelos de desarrollo, regímenes políticos y, por supuesto, relaciones de poder. Esto, por supuesto, tiene una expresión espacial – territorial, ya que se da en un espacio geográfico concreto.
¿Es importante para Chile este contenido de la misión pastoral del sumo pontífice? Según los titulares de prensa, no. Según los comentarios de la clase política (católica y devota, en muchos casos), tampoco. Según la clase académica del país, tampoco. El afán no es caer en el activismo ambiental, sino visibilizar cómo el tema ambiental hunde o no raíces en la reflexión política profunda -incluida la filosofía política-, e interpela nuestro actual modelo de desarrollo, que sin perjuicio de la institucionalidad que se ha logrado (Ministerio del Medio Ambiente, compromisos internacionales, normas y otros), aún tiene largo camino que recorrer en orden a estándares básicos de respeto genuino por el medio ambiente y la vida.
Finalmente, si el Papa, en su visita pastoral en estos tres países, se refiere a la cuestión ambiental con esta profundidad, que tiene como telón de fondo la encíclica papal Laudato Si (alabado seas, mi señor), íntegramente trabajada a propósito del medio ambiente, ¿cómo reaccionan las expresiones laicas respecto de este tema, que de novedoso nada tiene?
Comentarios