¿Qué sería de Roberto Ampuero sin la figura de Fidel Castro y el régimen castrista? ¿De qué tema hablaría? ¿De qué escribiría? No esta muy claro. Al parecer, esa Revolución, que desembocó luego en una dictadura de casi sesenta años, es la gasolina que alimenta sus lugares comunes acerca de las democracias y las tiranías. Como también la única razón real por la que los medios lo entrevistan y le preguntan sobre sus experiencias literarias, aquellas que viste con ropajes de realidad.
Ampuero dice condenar todas las dictaduras por igual, y cuando se osa cuestionar sus argumentos sobre lo que sucede en Cuba, por lo general saca la carta de que ha sido férreo opositor tanto a Pinochet como a Castro, lo que pareciera ser como una credencial democrática que necesita mostrar con cierta urgencia, antes de que su relato de “víctima” del comunismo se caiga a pedazos. Tal vez por el miedo de que su interlocutor recuerde no haberlo visto con la misma fuerza apoyar el NO hace un par de décadas atrás.
Porque, ¿alguien sabe si el escritor se opuso realmente a Pinochet? Esa es la pregunta que a uno le surge cuando en sus entrevistas pasa por el caso chileno de manera referencial sin profundizar realmente su crítica al militar que gobernó durante 17 años nuestras tierras. Ya que, si es que habla del milico golpista, sus condenas son más bien fáciles y noventeras, debido a que, si bien dice odiar lo sucedido bajo su mano de hierro, lo concreto es que siempre termina adulando la estabilidad que provocó el sistema económico instaurado en aquellos años.
Entonces, ¿es la condena de Ampuero a la dictadura castrista algo que responde a sus anhelos de democracia en todos los rincones del mundo o simplemente una venganza ideológica? No se sabe. Y nunca podrá saberse mientras sus respuestas frente a periodistas poco informados sean siempre superficiales y bonitas para todo quien tenga muy poco conocimiento de la historia y crea que ideas de izquierda y dictaduras sean una sola cosa. Lo que sí uno podría suponer, en cambio, es que si Roberto hubiera realmente estado en contra de todo lo que significaba el pinochetismo, no habría sido parte de un gobierno en el que sus secuaces caminaban junto a él por los pasillos del poder.
¿es la condena de Ampuero a la dictadura castrista algo que responde a sus anhelos de democracia en todos los rincones del mundo o simplemente una venganza ideológica?
Si Ampuero realmente fuera un demócrata convencido, en vez de un profeta ideológico que se cambió de religión simplemente, no hubiera participado tantas ocasiones en foros empresariales realizados por quienes avivaron la cueca golpista del dictador chileno; ni menos se habría dedicado a escribir libros en los que una derecha que aún vive de los réditos de la dictadura se sintiera exculpada de sus pecados gracias a ese conveniente empate en el que ha querido situar, novela tras novela, al golpe del 73 con la Revolución Cubana.
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Cecilia
Es malevololo el comentarista.porque …..todos estamos en contra de lo que sucedió en chile con los derechos humanos , al igual que en Cuba … sin embargo el éxito económico de esos años de Pinochet , debemos agradecerlos porque se rodeó de gente apta .., lo que NO sucedió en Cuba , en que daba pena las desigualdades que conocimos allá ….además Amouero vivió fuera de Chile todos esos años y el habla de lo vivido y NO de » cuentos » …. como otros …..
jose-luis-silva
Si, especialmente este ultimo tiempo Francisco publica articulos bastante perversos, busca cualquier tema que sirva de excusa para basurear al cuestionado Presidente Pinochet. Pero a medida que pasa el tiempo, bajo los mismos articulos se ve como poco a poco su sectarismo lo va dejando solo.
Pocas veces atiende los comentarios que hacemos. Tuvo su tiempo con muy buenos artículos, era bastante menos odioso y con temas para hacer debates entretenidos. Como dice usted en esto no hay mucho que debatir, creo que el amigo quedó falto de tema.
Saludos
Francisco Méndez
Estimado, cuando quiera debatimos. Sólo en este artículo me hago preguntas que me asaltan sobre un personaje.
Saludos y gracias por comentar la columna.
Servallas
He visto que a este señor Ampuero le dan como bombo en fiesta, duro con él, al parecer rompió un pacto de hermandad, quizás se puso a reflexionar y tuvo la desgracia de tener una iluminación, o la desdicha de darse cuenta que estuvo equivocado, al fin y al cabo los paraisos totalitarios no son más que infiernos en la tierra, en todo caso el hombre, este señor Ampuero, tiene la valentía para denunciar lo que muchos sabemos, porque no es necesario pasar por la experiencia de apoyar totalitarismos, basta leer un poco.
Rodrigo M
El análisis es muy pobre. Siembra dudas, pero no asevera nada. Que tiene que ver participar en foros de empresarios con ser pinochetista? Equivale al argumento de que si alguien cree en el mercado no le pueden gustar los Jaivas. El argumento de que no debiera haberse dedicado a escribir libros en que la derecha se sintiera exculpada es aún más pobre. Resulta que la libertad de expresión y el contar historias personales está supeditado al uso q terceros puedan hacer de los textos?
El rechazo a las atrocidades de la dictadura cubana se sostiene como algo loable de si mismo