Hoy son días de cambio en Chile, mejor ejemplo para darnos cuenta de ello es revisar las portadas de diarios cada mañana en las cuales se nos presenta un nuevo escenario a nivel nacional, donde las mayorías han dejado de creerle al sistema político imperante que se ha visto envuelto en múltiples problemas de corrupción, credibilidad y concientización de la verdadera situación, país que exige cambios que realmente beneficien a todos los chilenos.
Concretamente, la nueva Reforma Educacional que se nos impone por parte del Gobierno no ha contribuido a mejorar este ambiente de decepciones que vivimos los chilenos diariamente en el último tiempo. Además de todas las falencias que contribuyen a esta solución parche que es la reforma, existe un tema que no sé si nadie ha querido tocar o simplemente ha pasado desapercibido: La inclusión de las FFAA y fuerzas de orden que son Carabineros a la gratuidad que se dará paulatinamente a las instituciones que la reforma integre.
Hoy más que nunca siento que este tópico es de gran importancia para quebrar esta cadena sin fin de odios creados que ha dividido la opinión chilena estas últimas semanas, en las cuales se acusa al movimiento estudiantil la implicancia en actos delictivos y de violencia, inclusive estando en situación grave un estudiante de la Universidad Católica que se estaba manifestando pacíficamente. Demostrándonos que la crítica improductiva y el insulto es usado hasta en estos casos que está en juego la vida. Me pregunto: ¿En qué minuto esta sociedad dejo de ser humana? ¿En qué minuto pudimos opinar así con la vida de un hijo, un estudiante, un padre, un ciudadano, un chileno?
Mi respuesta a estas intrigantes es que no es el momento de caer en trivialidades de insultarnos los unos y los otros, es momento que más que nunca debamos dejar de lado nuestras diferencias y unirnos como un solo pueblo, una nación, la cual representamos esta gran mayoría y no quienes buscan enriquecimiento a costas de su propio país que nos pertenece a cada uno de sus habitantes. Unirnos en pro de reformas que de verdad sean reformas – valga la redundancia – porque sinceramente creo que ni los mismos que crearon esta reforma a la educación estén convencidos que vaya a ser un cambio positivo.
No es el momento de caer en trivialidades de insultarnos los unos y los otros, es momento que más que nunca debamos dejar de lado nuestras diferencias y unirnos como un solo pueblo, una nación, la cual representamos esta gran mayoría y no quienes buscan enriquecimiento a costas de su propio país que nos pertenece a cada uno de sus habitantes.
¿En qué momento los estudiantes tuvieron que verse con el deber de manifestarse? ¿Cuándo debieron ser el actor principal para demostrar el descontento que todos los chilenos sentimos? Dejemos esa hipocresía que muchos adjudican a nuestra sociedad, hoy todos estamos molestos, decepcionados e incluso con rabia hacia nuestro sistema que en los últimos meses no ha hecho nada más que demostrarnos que existen miembros con beneficios e impunidad ante una ley que se nos promete justa e igual para todos. La indiferencia que reina en la Moneda y el parlamento llega a ser burlesca para el 99% de Chile que no ha visto que se aplique verdadera justicia y responsabilidades a los hechos que todos conocemos. Esa indiferencia reina en gran parte de Chile igualmente, provocando que nunca obtengamos el verdadero respeto y los cambios que tanto necesitamos para el real progreso; como dice un viejo refrán: «Si queremos obtener resultados distintos, hay que probar métodos distintos». Es hora de actuar chilenos.
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