Las nuevas tecnologías de esta era que se ha iniciado está produciendo una erupción fantástica en todos los planos de la vida social e individual, en casi la mayoría de las actividades en las que se desenvuelven las instituciones y las personas con el lanzamiento de miles de productos y servicios de uso habitual o que se simplifican o se hacen más eficientes y a unos costos mucho menores y más accesibles para todos, y que dejan anacrónicos viejos formatos e industrias y sus servicios (por ej. la automotriz que liquidará sus viejos autos a combustible a base de petróleo y sus desfasados formatos comerciales).
Todo cambia y bajan los precios y costos salvo los negocios que están indexados a la UF u otros amarrados a antiguas concesiones públicas monopólicas que ya dejaron de ser competentes y no quieren salir a competir como ser: agua potable, energía eléctrica domiciliaria, las carreteras puertos aéreos y marítimos concesionados y muchos otros servicios públicos ineficientes y costosos, entre otros bajo protectorado que requieren un pronto refresh.Las nuevas tecnologías, materialidades y comunicaciones entrarán en los gobiernos y en la política para hacerlas más eficientes, como ya están penetrando en tantas otras áreas de la vida cotidiana en forma silenciosa.
Hoy todo puede ser diferente y mejor que lo propuesto por anquilosados paradigmas políticos del siglo pasado.
Las nuevas tecnologías, materialidades y comunicaciones entrarán en los gobiernos y en la política para hacerlas más eficientes, como ya están penetrando en tantas otras áreas de la vida cotidiana en forma silenciosa. Sus líderes tendrán que modernizarse para trabajar en el diseño de la nueva educación, de la nueva vivienda, de la nueva ciudad por ej. con enfoque “Feuille de Ville”, de la nueva salud y alimentación, de la nueva transportabilidad, de las nuevas energías, y también en resolver las “nuevas pobrezas” que será una elección que podrán tomar quienes la quieran, las nuevas vestimentas y estéticas, las nuevas formas de ocio y de hacer negocios, la nueva justicia, la nueva contraloría, las nuevas fuerzas armadas, y las nuevas relaciones internacionales y las nuevas artes del porvenir.
“Las miradas al futuro” que se han realizado en el país, en los últimos 5 años aportan muy poco a la modernización real de las instituciones, de los proceso, de los productos y servicios según se observa. Las elites gobernantes político económicas culturales se han quedado en algunos discursos, comentarios y seminarios inconexos de acercamiento a estas materias.
Pese a las señales ya evidentes de que se nos viene una realidad futura – muy diferente a la del pasado – las miran y escuchan sin traducirlas en decisiones concretas hoy. Lamentablemente nuestra clase dirigente y elite cogobernante perpleja, parece creer que no es necesario educarse, ni educar, sobre los cambios que las nuevas tecnologías y conocimientos implican y significan hoy en día para el desarrollo de nuestra sociedad y los que sin duda serán ya una realidad en pocos años más.
El up date nacional está pendiente, asimismo nuestra peregrina propuesta destinada a que se cree una Agencia de Estudio del Futuro para Chile (ADEF), destinada ocuparse de estas problemáticas y posibles soluciones junto a otras entidades.
Temas como big data, cloud computing, nanotecnologías, genómica del cáncer, desalinización masiva, drones agrícolas, robots ágiles, inteligencia artificial, realidad virtual, multienergías renovables inteligentes, materiales artificiales, fábricas de producción átomo X átomo, saludicina (paradigma de ciencias médicas centrado en salud no en las enfermedades y remedios), la nueva producción industrial y la vida en el espacio exterior entre muchos otros que hoy se investigan, desarrollan y lanzan al mercado nos sorprenden y sorprenderán cada día más
Por lo tanto, si las antiguas elites a cargo de la gobernanza nacional no entran pronto en este camino de la innovación tecnológica rumbo a un(os) nuevo(s) futuro(s) posible(s) saliendo de sus espacios de comodidad y sus negocios tradicionales, se quedarán obsoletas y hundidas en el atraso, sobrepasadas por las tendencias rupturistas emergentes.
Las nuevas facturas que está adquiriendo el poder y la riqueza de las naciones avanzadas ahora asociada al: conocimiento, la innovación, las comunicaciones, la investigación; todo está siendo impactado por una profunda revolución científico tecnológica en una marcha – al parecer imparable – que nos lleva hacia unos mundos muy diferentes a los acostumbrados y conocidos. Una nueva polis, una nueva cultura y sociología se está haciendo ya presente; unos mundos para los que las elites y mandatarios a cargo de la gobernanza, en su mayoría no se ha ni nos ha preparado con la anticipación y calidad debida y suficiente.
Probablemente en su trayecto hacia esta nueva sociedad del conocimiento y la tecnología habrá avances y retrocesos, aciertos y errores, pero el peor será no transitar a tiempo por ella, «lo que nos llevaría en modo retroceso a ser una nación medieval». Qué duda cabe, una neo gobernanza para Chile del siglo XXI está pendiente en espera de decisiones… una nueva polística tiene la palabra.
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