Este 26 y 27 de noviembre el Frente de la Diversidad Sexual realizó el primer Congreso LGBTI de Chile, en el Salón de Honor del Palacio Consistorial de la Ilustre Municipalidad de Santiago. Es la primera vez que en Chile se reúnen 45 organizaciones defensoras de derechos humanos del país junto a representantes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, y de la Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales. Además hubo autoridades del Ministerio de Justicia, del Ministro de Secretaría General y del gobierno en espacios de reflexión sobre las distintas demandas que existen hoy en día y que aún faltan por luchar. Culminó el encuentro inédito con el trabajo en equipo para juntxs generar una declaración final del Congreso.
Se abordaron diversas temáticas relacionadas con los derechos humanos como: una ley de identidad de género por vía administrativa y no judicial que incluya a los niñxs y adolescentes trans, una reforma a los derechos filiales de los hijos e hijas de familias diversas existentes en Chile, el matrimonio igualitario, una reforma a la ley de Anti-discriminación (ley 20.609) más comúnmente conocida como la Ley Zamudio, las políticas públicas y de salud sobre la educación y prevención de VIH/SIDA, espacios educativos seguros y la inclusión, buenas prácticas laborales para la diversidad, fueron algunos de los temas necesarios de abordar en el Congreso y lo es de manera permanente en nuestra sociedad, por una cultura de equidad y respeto que se requiere para llegar a ser un país realmente desarrollado en los derechos humanos universales. Ahora, más allá de discutirlas es imprescindible concretar acciones que las promuevan dentro del poder legislativo, jurídico, el sistema de educación y de salud.El Chile de hoy es diferente, y existen realidades que ya no son tabú, y no se esconden, porque no existe razón alguna para hacerlo.
Nuestra sociedad ha ido avanzando de manera evolutiva y segura en los últimos 5 años y no va a dar paso atrás. Se ve en las familias, en los colegios, en los trabajos y en los espacios públicos. Un sector importante de la sociedad ya no se compra el cuento del patriarcado heterosexista, machista que menoscaba a las personas por el prejuicio contra su orientación sexual o identidad de género o familias diversas. El Chile de hoy es diferente, y existen realidades que ya no son tabú, y no se esconden, porque no existe razón alguna para hacerlo. El peor pecado de la población LGBTQI es de tener el amor y respeto propio suficiente para estar más empoderado, ser más conocedor de sus derechos y por sobre todo trabajar y luchar por ello.
Ahora, ¿existirá una receta infalible o única para la erradicación de la desigualdad de derechos humanos? ¿Dónde nos vemos de aquí a 2, 5 ó 10 años más en temas de derechos equitativos? Creo que no, pero de lo que sí tengo certeza es que los avances en Derechos Humanos Equitativos deben ser transformadores y no pueden seguir dependiendo únicamente del convencimiento del poder legislativo, sino que regidos por el respeto hacia los derechos de todo ser humano, sin importar su género, orientación sexual, identidad de género, ni por su diversidad familiar.
Es hora de exigir que el Estado trabaje para adecuar y elaborar leyes que garanticen y protejan los derechos inherentes de toda persona y toda familia. Chile no puede seguir reservando los derechos como un privilegio para un solo grupo por meros prejuicios, ni mitos. Lo que me dejó claro el primer Congreso Nacional de Organizaciones de la Diversidad Sexual y Género es que el Estado tiene el deber de trabajar para toda la población y que ese trabajo lo tiene que realizar en conjunto con la sociedad civil, sin exclusiones. No podemos resignarnos y es hora de golpear la mesa y dejar de tratar los derechos humanos como una negociación, sino que una necesidad colectiva para el desarrollo equitativo del país.
Comentarios
30 de noviembre
Cuando se juzga a delincuentes y se les lleva a la cárcel, ellos se supone que tienen un derecho a rehabilitarse y el Estado debe colaborar en ese propósito, proveyendo las herramientas que sean necesarias…
Similar cosa se supone y se entiende que sucede cuando un drogadicto es puesto en la cárcel por causa de su adicción. El sistema debe ayudarlo para que se rehabilite y deje las drogas y sea un ciudadano mejor aceptado en la sociedad.
Cae por su propio peso, bajo la realidad consecuente de este análisis, el que si el Estado debe ayudar con lo que sea pertinente a quienes proclaman un libre ejercicio de sus preferencias sexuales y las distintas maneras que prefieran al conformar sus familias, el que también procure rehabilitarlos, por si exista la posibilidad, psicológica y/o médica, de mejorar el sentido de su orientación sexual, procurando que esta se ajuste a razón y por cierto que a naturaleza…
Caso contrario, dado que se puede decir con certeza que los tres grupos señalados tiene una desviación psicológica del estándar común de la sociedad, si se conceden beneficios a quienes sufren una desviación sexual, también se pueden conceder a los otros dos grupos citados.
Si a éste, además, se le conceden derechos, ¿por qué no concedérselos a los delincuentes y a los drogadictos?…
¿Por qué no crear una sociedad abierta de delincuentes financiada por el Estado para que luchen por sus derechos a delinquir?…
Ellos no son menos personas que un homose
-1
30 de noviembre
xual y también tienen derecho a ejercer lo que les dicte los deseos de su mente, así como a formar familias de delincuentes…
También debiera ser posible el que, además de organizarse para delinquir, financiados por el Estado, a ellos se les dicten cursos de perfeccionamiento para delinquir, ya que cada vez más la policía se adiestra para atraparlos, pero, a ellos pocos recursos les llegan para perfeccionar sus técnicas, más que las que aprenden en la misma cárcel o en la televisión… Nadie quisiera que ellos estén en desventaja respecto al uso de las tecnologías y su capacidad para ejercer su derecho a satisfacer lo que sus mentes les dicta…
Lo mismo debiéramos hacer con los mentirosos, los engañadores y los estafadores.
Tampoco debiéramos dejar fuera de estas innovaciones a las personas que tienen una inclinación mental por golpear a sus parejas hasta lastimarlas lo suficiente como para sentirse orgullosos y satisfechos…
Si este rumbo llevamos, debiéramos crear una sociedad de ebrios o borrachos para que puedan salir a tomar una «chelita», si acaso quieren, en las horas de trabajo.
También los conductores que les gusta beber y luego conducir ebrios debieran ser mejor comprendidos por nuestra sociedad… Ellos también tienen derecho a conducir raja de curados si acaso quieren…
_______
Posdata: esto es una parodia acerca de lo retorcida que puede llegar a ser la mente humana… En todos los casos se necesita rehabilitación… Se ruega no toma
30 de noviembre
Estimado peón de jehová,
Usted tiene el derecho de elegir creer en lo que le nace, decidir seguir la religión que desea y ser quién desea ser en este país con todos los derechos que lo protejan, siempre y cuando no transgrede los derechos del otro. Todo lo que escribió, no afecta en nada los principios de los derechos humanos universales, al contrario deja en evidencia la necesidad de trabajar para terminar con una violencia que existe a veces (no siempre porque existen personas creyentes que respetan a los demás) dentro de distintas personas que sienten una grandiosidad y supremacía sobre el otro.
Vuelvo a reiterar aunque su opinión sea detrimental u ofensiva, jamás estará por sobre los derechos humanos.
Esto se trata de equidad de derechos humanos universales, nada más y nada menos que eso. Gracias por haber leído mi columna, le deseo lo mejor.
Atte,
Claudia
30 de noviembre
No veo la forma en que le resulte ofensiva o detrimental una línea que haga referencia a lo retorcida que puede ser la mente humana. Le aseguro que la mia debe serlo también en alguna medida, lo mismo que la de todos, sin excepción, porque todos somos malos.
Ahora, los derechos que usted cree que yo tengo no me interesan en absoluto, porque de distintas formas no los puedo ejercer, así es que si pierdo uno, tal como el poder participar en la vida política de mi país, desde mi casa, los he perdidos todos, porque el fundamental no está disponible para discutir los demás.
Probablemente usted esté acostumbrada a ser agredida por personas de orden religioso, y por ello no se demoró mucho en sacar a luz el tema de la grandiosidad de unos seres por sobre las de otros, producto de sus creencias, sin embargo, creo que se deben separar correctamente las cosas.
Uno es la forma en que se vive, viviendo la vida sin afectar los derechos de otros, o las formas en que otros escogen vivir su vida, tal como usted lo ha señalado. Dentro de este contexto, la parodia que hice expresa que a algunas personas le molestan ciertas actitudes o comportamientos y para ello el Estado debe colaborar en corregirlos. En este aspecto, el homosexualismo no deja de ser diferente a la delincuencia y a los ejemplos citados. Esto es un hecho, por más que usted lo defienda como derecho, ya que si lo hace, el mismo derecho tiene una persona, actuando como prefiera, a delinquir, maltratar o asesinar…
-1
30 de noviembre
Tema aparte a lo que se considera correcto por unas personas del país y por otras no, es la visión de Estado que las políticas públicas deben tener. En este contexto, debe quedar entendido que el Estado es de todos y debe actuar para todos defendiendo los derechos de todos y proveyendo cuando falte de la medida.
Esto implica que si se ayuda al drogadicto, al delincuente, al bebedor de licor o a quien sea, tal como a un enfermo o a una persona con escasos recursos, también incluye a quienes se desvían de la media y por su puesto los homosexuales no pueden quedar fuera de este contexto…
Es decir, si bien se pueden garantizar derechos que los distintos grupos sociales soliciten, también debe haber una preocupación por su salud física y mental… Ahora, si este hecho o postura le resulta a usted ofensivo, creo que usted no estará sopensando las cosas en la justa medida, ya que el homosexualismo, observado desde una estadística que contemple en pleno a la raza humana, debe ser considerado una enfermedad…
Le hago notar que no es mi intención criticar la vida de nadie, sino que colaborar en las causas que logren que la vida de todos sea mejor.
Saludos y gracias por responder.
30 de noviembre
Estimado peón de jehová,
La peor enfermedad es el prejuicio y bueno la discriminacioń arbitraria que es resultado de aquello. La homosexualidad, la heterosexualidad y el resto de las orientaciones sexuales no son enfermedades.
Slds.
+1